La fachada del edificio de Juan B. Justo al 2000 fue intervenida durante una jornada de encuentro que también contó con la presencia de trabajadores de ambas instituciones.
Vecinos de Travesía realizaron un mural en el frente compartido del Centro de Convivencia Barrial (CCB) y el Centro de Salud Juan B. Justo, en el que plasmaron las diferentes actividades e inquietudes de las personas que trabajan y asisten a las dos instituciones.
Desde temprano en la mañana, decenas de niñas y niños, jóvenes y adultos del barrio, junto a profesionales y trabajadores/as de los centros de Convivencia Barrial y de Salud, se acercaron a Juan B. Justo al 2000 y, munidos de pinceles y pinturas de colores, empezaron a cambiarle la cara a estos espacios que transitan día a día, en una actividad que apunta a fortalecer los lazos de pertenencia entre la comunidad y estas instituciones.
“Con el Centro de Salud Juan B. Justo habíamos estado pensando en actividades que sean convocantes y que tengan que ver con pasar un momento de recreación que le cambie la cara al barrio”, señaló Carolina, coordinadora del CCB.
«El hecho de la intervención de los frentes hace que la población pueda apropiarse de estos lugares», sostuvo y agregó: «Lo que está dibujado son ideas que surgieron de conversaciones con la gente del barrio, elegimos una temática que nos identifique y que una los dos espacios. Fue una lluvia de ideas de la que surgió el tren, ya que nosotros tenemos el tren que pasa por acá, y es un rasgo del barrio».
«Pero ese tren, pensamos, ¿de qué tiene que ir cargado? De aquello que a nosotros nos interesa: pensamos en los derechos de todos, pensamos en la gente del barrio con la bandera wiphala, en la bandera de la diversidad, en las diferentes generaciones que asisten a los espacios, pensamos en la recreación, por eso reflejamos niños jugando. Pensamos en una actividad colectiva que sea agradable, compartida, que nos deje a todos el registro de lo compartido”, expresó la coordinadora del espacio.
Por su parte, la secretaria de Desarrollo Social, Laura Capilla, remarcó que “desde el municipio trabajamos todos los días en fortalecer instancias como estas, en las que vecinas y vecinos, junto a trabajadores de estos espacios, se encuentren a compartir, a embellecer los lugares, escuchándonos entre todos y colaborando».
La actividad contó con la activa participación de vecinas y vecinos del barrio, como Soledad, que vive frente a los centros y acudió con su hijo de dos años, o Agustín, que tiene 20 años y participa del CCB desde los 4.
“Yo venía de chiquito y ahora tengo 20 años y todavía sigo colaborando y ayudando”, contó Agustín, pincel en mano. “Hice muchas actividades acá, como pintar, dibujar y también jugaba. Después, de adolescente también seguí viniendo. Ahora estudio y me queda terminar la secundaria. Me dieron ganas de participar porque desde chiquito venía y doy gracias a este lugar por tantos momentos compartidos, me gusta que se armen este tipo de actividades para poder ayudar a los más chiquitos, que andan en la calle”, indicó el joven.
En tanto, Dora, médica del centro de salud, también se sumó a participar como muchos de los integrantes del efector y de los pacientes. “Me encanta esta propuesta, me despierta idea de nuevas actividades. Yo tengo la idea de que en el hacer te encontrás con otras cosas, con una alegría distinta, y en lo bello todos nos podemos poner de acuerdo, a través del arte. Estamos muy acostumbrados a la palabra y me parece que nos vienen bien los encuentros con algún hacer», reflexionó.
«Algunas de las personas que están participando estaban haciendo un taller de mujeres y las convocamos y eso aporta al vínculo social que a todos nos cuesta, te ayuda a estar tranquilo y bien con el otro, encontrarse a nivel personal. También hay algo que no se dice y es que nos hace bien a todos los trabajadores, nos da un bienestar general, una linda excusa para el encuentro”, relató emocionada.
Así, mientras trabajadoras y trabajadores del centro de salud pintaban junto a las seños del CCB y a los vecinos, los más chiquitos disfrutaban de juegos participativos o dibujaban junto a sus mamás en stands dispuestos en la calle para la ocasión.
El mural
La pintura colectiva que desde el miércoles embellece las fachadas del Centro de Convivencia y el Centro de Salud es una obra del artista rosarino Fernando Campos (Kiro), que trabaja en el área de Cultura del Distrito Norte, y surgió de una charla entre todas las personas que acuden a las instituciones, donde se volcaron sus inquietudes e intereses.
La obra representa un tren, en alusión a las vías férreas que pasan por allí, y cada vagón lleva algún rasgo característico de las actividades cotidianas de los centros. “Con las ideas que fueron tirando todos, pudimos hacer un mural que incluya a todos y sea colaborativo y colectivo», mencionó el artista.
«La devolución de los vecinos es fantástica, se prenden todos, todos quieren pintar y se genera la idea de que es tuyo, que lo vamos a cuidar. Siempre la idea es trabajar con los vecinos y vecinas del barrio, y que se apropien de la obra. Es muy gratificante lo colectivo, para el artista y la comunidad. El ida y vuelta que se lleva a cabo es muy interesante, también que puedan sumarse todos a la propuesta», agregó.