Unión Americana, un club con 80 años de historia en el corazón de Fisherton

Ubicado en Brassey 7801, mantiene la esencia barrial que siempre lo caracterizó y planea expandirse en el corto plazo. Entre sus muchos recuerdos, el paso del Flaco Menotti por la institución.

Fue fundado el 3 de abril de 1941 por el deseo de tres jóvenes que jugaban a la pelota y querían tener un club para poder participar de los torneos. La idea era llamarlo Sportivo Football Club, pero desde Fiscalía de Estado le sugirieron que debían cambiar de nombre. Fue así que en la asamblea se impuso la moción por Club Social y Deportivo Unión Americana, la misma institución que hoy en día sigue emplazada en el corazón de Fisherton (Brassey 7801) y mantiene la esencia barrial.

“Acá estamos, seguimos en este lugar que tanto nos representa. Somos una institución que conserva los valores y ciertas tradiciones barriales, pese a que quedamos en el medio de un lugar privilegiado. Pero en esta zona cuando nació el club había más terrenos baldíos que casas, nada que ver con la actualidad”, describió sin titubear Miguel Aguilar, quien preside Unión Americana desde hace casi dos décadas.

Se percibe a simple vista que es un club cálido donde la sencillez y el respeto por el prójimo comulgan el mismo idioma. Conserva los valores históricos y la lealtad hacia los colores blanco y rojo. Un cartel de chapa gastado por la sal del tiempo sintetiza el ADN institucional. En la calle no. Un niño feliz en el presente será un hombre de bien en el futuro. Hágase socio reza el antiguo letrero que está clavado sobre una pared en el ingreso del club y oficia además de una gran reflexión.

Puertas adentro, hay varias disciplinas para la masa societaria. La gran vedete es la prolija pileta que está habilitada todo el año. “También tenemos cancha de padel, que está disponible para socios y no socios”, dijo Aguilar. Un amplio y confortable bufé también está al servicio de los vecinos con sus diversas ofertas gastronómicas caseras.

“Contamos con un lindo gimnasio donde además se realizan diversas funciones. Hay patín artístico, se dan clases de distintos tipos de bailes, yoga, futsal para menores, boxeo y kick boxing. Y hasta antes de la pandemia había talleres de teatro”, puntualizó el máximo directivo que, además, sostuvo orgulloso: “Tenemos casi 600 socios”.

Merced a tener toda la documentación en orden, el club pudo acceder al Plan Abre. “La ayuda recibida nos permitió refaccionar todo el salón que está al lado del escenario, que es de hormigón y tiene 16 metros por 10 de alto y en décadas del 60 y 70 oficiaba de cine”, deslizó Miguel.

Toda una vida ligada al club

El vínculo entre Miguel Aguilar y Unión Americana data de décadas. Al menos así lo certifica el propio presidente. “Nací en este barrio y comencé a venir al club en el año 1957 cuando recién se estaba formando todo. Mi padre además integraba la comisión directiva”, relató, para luego destacar: “Nací acá adentro prácticamente”.

“A los siete años empecé a jugar al básquet y a participar de los torneos de la Rosarina. También jugaba al fútbol, ya que en Donado y Brassey estaba la cancha. Recuerdo que se armaban lindos torneos en aquella época”, afirmó Miguel.

Según confesó, “nuestros campeonatos eran famosos porque lo jugaban como 50 equipos. Venían de todos lados. Hasta el Trinche Tomás Felipe Carlovich y César Luis Menotti se prendían en los partidos”.

“Desde 1989 estoy ligado al club, pese a que en una época me alejé. La idea es ayudar desde el lugar que sea”, confió el directivo antes señalar: “En 2001 ya me involucré de lleno por pedido de mi hermano (Jorge) y llegué a la presidencia”.

El Flaco Menotti salió del club

La historia marca que César Luis Menotti tiene un vínculo directo con el club. “El Flaco era del barrio y venía a Unión Americana. Jugaba al fútbol y al básquet. También fue entrenador del equipo femenino de básquet”, confió Aguilar.

“El Flaco fue un personaje histórico del barrio. En una época había elecciones en el club y él estaba en la oposición. Un día aparecieron escritas algunas barbaridades en los tapiales, y mi viejo trajo un perito calígrafo para saber quién había sido. Se confirmó que había sido Menotti, así que lo suspendieron 90 días, pese a que tenía 16 o 17 años. Es una anécdota llamativa que no muchos conocen”, consideró Miguel.

Y agregó: “Con el tiempo se fue a jugar a Rosario Central, se dedicó de lleno al fútbol y luego todo el mundo conoce la historia y los grandes logros que obtuvo”.

A la espera de un nuevo terreno

Unión Americana tiene proyectado expandirse a corto plazo. Aguilar destacó que “presentamos un proyecto a la Provincia y parece que en poco tiempo más saldrá aprobado. Si todo sale como esperamos nos cederán un terreno, que está ubicado en Tarragona y Juan José Paso”.

“La idea es hacer una pista deportiva de 40 metros por 20 para que el futsal femenino y masculino de la primera división puedan participar oficialmente de los torneos”, afirmó el presidente con marcada esperanza e ilusión.