De la concejala Mónica Ferrero, a quien acompañó su par del bloque Socialista, Verónica Irizar, se aprobó una ordenanza por la que se denomina Mario Robert a la calle que fuera provisoria mente denominada 13.132, de orientación norte-sur, que se extiende paralela a la autopista Rosario-Santa Fe, entre la calle Cullen y Ugarte y la avenida Salvat, en el barrio Olímpico, y como homenaje al que fuera reconocido entrenador de remo, tanto en el Club Regatas Rosario, como en numerosas ocasiones en las selecciones olímpicas argentinas de ese deporte.
Don Mario Robert es, sin dudas, el mejor entrenador de la historia del remo argentino.
Si bien desde principios del siglo XX se realizaban en aguas de nuestro Paraná distintas competencias, la práctica del remo se intensificó a finales de los años 20, cuando en un desprendimiento del Rosario Rowing Club nacen el Club de Regatas Rosario en 1917 y el Club Remeros Alberdi en 1919.
Por esa época el remero rosarino Justo Pellejero integró el Ocho argentino que compitió en los JJ.OO. de París 1924, pero el verdadero crecimiento del remo local se produjo casi 15 años después con la llegada a Rosario de Don Mario Robert.
El «cana», como se lo conocía a Robert (pues era Jefe de Policía), se instaló en la Ciudad de Rosario en 1942 y cuando lo hizo ya traía entre sus pergaminos un campeonato argentino y otro sudamericano que había ganado para el Club de Regatas Santa Fé, su ciudad natal.
Lo curioso es que cuando Robert se radicó en Rosario comenzó a explotar otro perfil, el de entrenador, una actividad a la que le consagró más de 38 años y en la que se constituyó en un verdadero símbolo, no sólo del Club de Regatas Rosario sino del remo nacional. Contribuyó, por ejemplo, a que la institución del barrio Arroyito se convirtiera en la que más trofeos acumula en su amplia vitrina.
Veinticinco gallardetes y premios de honor, 1500 regatas nacionales, 100 medallas de oro en campeonatos nacionales y medallas de oro en Henley (Inglaterra) en los años 1946 y 1971, son solo algunas estrellas en una constelación de premios
Robert integró delegaciones nacionales a siete JJ.OO. En Helsinki, en 1952 consiguió la última presea dorada en remo con Tranquilo Capozzo y Roberto Guerrero en doble par, y en 1972, en los JJ.OO. de Munich, con Alberto Demiddi, el hombre que más satisfacciones le otorgó en su carrera, conquistó la medalla de plata en un par de remos cortos.
En lo que tiene que ver con Campeonatos Mundiales, en 1955, en Bélgica, con el bote del dos sin timonel de los hermanos Glusman, consiguió la medalla de bronce y en 1969, con Alberto Demiddi en single, la medalla de oro, situación que se repetiría en Saint Catharine ́s en 1970 y en Copenhague un año después.
En la historia del remo local, Mario Guerci, quien fué el que invitó a Robert a radicarse en Rosario y ser su entrenador, fue la figura preponderante de la década del 40. En la del 50 emergió la de Juan Carlos Gómez, que con 155 pruebas ganadas se convirtió en el remero que más triunfos acumuló. Ya los años 60 fueron sencillamente la década Demiddi, la del remero número uno de la Argentina.
Cambiaron los nombres, pero en todos los casos estaría vinculada la figura de Robert como entrenador.
Mario Robert formó a lo largo de su exitosa carrera 48 remeros olímpicos. En los Juegos Panamericanos, con 10 tripulaciones y con 17 en los Juegos Sudamericanos, cosecharon una gran cantidad de medallas de oro. En 1971 el Club de Regatas Rosario representó a la Argentina y de 7 pruebas ganó 4, ubicándose por tres años como el mejor remo de América.
Lejos de ostentar todos sus logros, que fueron muchos, Robert fue un cultor del perfil bajo.
Fuente: https://www.cril.org.ar/