El Interbloque de legisladores provinciales de la UCR, que Preside el Senador Felipe Michlig y el Diputado Maximiliano Pullaro expresó que “suspender las exportaciones de carne no aportará soluciones al problema de la inflación y sumará más problemas” ya que “es un severo error tanto de diagnóstico como de estrategia del Gobierno Nacional adoptar una medida cortoplacista y con fines efectistas en uno de los tantos rubros con precios en aumento”.
“Por tal motivo, solicitamos al Gobierno Nacional que urgentemente deje sin efecto la medida que afecta a uno de los pocos sectores que empujaban la actividad económica y aportan divisas al país en esta difícil y grave coyuntura”.
*La Política del Garrote*
Los legisladores radicales sostienen “que para aplacar los precios internos de la carne se acuda a suspender las exportaciones es un error, ya que los cortes de carne de exportación no son los mismos que los cortes que consume el mercado interno. No hay dudas que -una vez más- la lógica del gobierno no es aplicar un instrumento objetivo que regule mejor la oferta, sino que se recurre al clásico amedrentamiento con garrotazos indiscriminados”.
“La ganadería es una actividad donde los precios, la producción y la capacidad productiva interactúan de una forma particular. Desestabilizar los precios de la carne, ya sea a la baja o al alza, no solo genera efectos negativos sobre el stock ganadero sino en la capacidad productiva futura del sector y, por ende, en la propia oferta futura del mismo. En otras palabras, lo que se hace en el presente para bajar un precio a la fuerza puede terminar reduciendo la oferta de carne en el futuro, agravando los precios internos”.
*Recetas que nunca dieron resultado*
A su vez los Senadores y Diputados radicales agregan que “incumplir compromisos de contratos de exportación no solo afecta al sector agropecuario, sino que afecta al país como exportador a mediano y largo plazo. Ganarse la reputación de ser un exportador confiable cuesta mucho tiempo, pero para perderla hace falta muy poco”.
“Todo lo expuesto no surge de conjeturar efectos potenciales, sino de consultar la propia historia de la política económica argentina. Recetas de este tipo se ensayaron varias veces y nunca dieron el resultado que los gobiernos buscaban, sino que agravaron más los problemas”.
“Alcanza con ver otros países que también tienen actividad ganadera en la región y comparar lo que hicieron ellos y nosotros. Por un lado nosotros tuvimos políticas erráticas y cortoplacistas. Por otro lado, Uruguay, Paraguay y Brasil han sostenido políticas ganaderas de largo plazo. Mientras Argentina vio reducir su stock ganadero, los vecinos lo incrementaron y aumentaron exponencialmente sus exportaciones ganando mercados externos que Argentina cedía producto de sus políticas erradas”, sostienen.