Quedan 11 días para que finalice la campaña electoral y este domingo se pudo ver a muchos candidatos recorriendo la costanera en Rosario y la gente expresando su enojo contra los afiches callejeros.
En una campaña que hasta el momento se presentaba apática por parte del electorado ya comienza a exacerbase la ciudadanía al ver la invasión de carteles e imágenes en los canales de televisión y presta atención a quien a votar.
En un clima donde la pandemia golpeó duró, no solo por la cantidad de infectados y muertos que hubo, sino que las declaraciones de algunos funcionarios generan cierto rechazo en la opinión pública. La pandemia, Olivos, la defensa a la maestra que pretendía adoctrinar a sus alumnos, los negociados, los personajes vip entre tantas discusiones, genera enojo y sobre todo cuando pretenden justificar actos que son reprochables.
La situación económica y social que padece el pueblo, con una inflación que rondará a fin de año el 48 %, la falta de empleos y de oportunidades en los jóvenes y la inseguridad hizo que no despertará interés en el electorado.
Sin embargo, los ciudadanos el 12 de setiembre deberá elegir, y al ver algunas figuras se mofan, o como vimos este domingo en varios afiches que representan al gobierno nacional excrementos de perros en la boca a la máxima figura del kirchnerismo al igual de quien fuera el Ministro de seguridad de la nación. También el Frente Progresista recibieron pegatinas sobre los afiches.
Por otro lado, sobre la costanera se instalaron varios puestos de otros candidatos con entrega de volantes y tratar de convencer con sus propuestas a los electorados, todo sumó el camión de Juntos por el Cambio parado en la Costanera central, carteles del periodista Miguel Tessandori a lo largo de calle recreativa por bv. Oroño, la caminata de Juan Monteverde junto a Caren Tepp por Ciudad Futura, Lisandro Cavatorta, del Partido Moderado con militantes portando una urna gigante, la izquierda, el partido que lidera López Murphy y una variedad de recursos que se mezclaba entre la gran cantidad de gente que se congregaba en la costanera a disfrutar un domingo primaveral con una campaña muy austera.