El investigador Ever Palermo ofrece una obra de entrevistas y hechos salientes. El primero de los tres “rounds” va de 1914 a 1950 y es un golpe al recuerdo de Rosario, cuna del box en la provincia.
Ever Palermo es mucho más que un inquieto investigador: es un apasionado de los guantes. Con la tenacidad y humildad de los pugilistas que tiran golpes a los sueños, reconstruyó la riquísima y olvidada historia del boxeo rosarino. Buceó en todos los rincones para poder detallar, junto a un sinfín de protagonistas, la esencia de esta noble disciplina, que fue cuna a nivel provincial, y produjo una obra inédita, un material para coleccionar. «Puños Rosarino» es mucho más que el título del libro. Es la tierra de campeones.
El primer tomo, de los tres previstos, abarca el período comprendido entre 1914 y 1950 de la historia del boxeo rosarino y es atrapante. Cuenta con relatos de antaño, lugares memorables. “Este libro tiene otras vetas. Es el fiel reflejo de todo boxeador”, contó de movida el autor para entrar en clima antes de saltar de lleno al ring.
Fiel reflejo e ilusión
“Defino este escrito como un reflejo de todo boxeador. Es que de un momento a otro te encontrás con las puertas cerradas, pasás hambre o aflojás”, describió Palermo a modo de prólogo. “En un instante me planteé ¿qué quiero ir a investigar si no tengo para comer? Otras veces no tenía ni para comprarle pañales al nene. Pasé momentos muy duros. Por eso defino que estas páginas son el reflejo de lo que pasan muchos pugilistas”, sostuvo con mirada firme y corazón duro.
El investigador confesó:“Pasé por todas. Desde el cansancio mental y físico a levantarme y seguir porque éste era el objetivo trazado», y acotó con esperanza: «Sin embargo, la intención es que los chicos salgan de la calle. Quiero que entren al mundo del boxeo porque pueden salir de todo lo malo. No necesitan ser campeones para ser reconocidos. Necesitan contención. Y el boxeo se lo pueda dar”.
Proyecto en marcha
Ever comentó que la idea de escribir un libro de estas características surgió porque tenía un viejo anhelo: reivindicar y reimpulsar el boxeo amateur y profesional. A esos matices le sumó otros aportes: «Tuve un gran profesor, Rubén Riani (campeón nacional en la década del 70), con quien hablamos que había que contar la historia. Me confesó detalles que desconocía. Fue así que empecé a involucrarme en la historia de los pugilistas locales que se habían consagrado campeones argentinos”.
“Cuando comencé a investigar fui encontrando mucha información, que me llevó a cambiar de idea. Consideré que no era justo que se hablara solo de rosarinos que fueron campeones argentinos. Ahí me propuse desarrollar la historia completa del boxeo de la ciudad así la gente la conoce, la reivindica y podemos sacar del olvido a nuestros héroes”, destacó el autor.
Y agregó: “Quería encontrar o descubrir la primera pelea en la ciudad para que la gente tenga en sus manos un libro con la verdadera historia del boxeo rosarino”.
«A partir de ese momento, visité cotidianamente la hemeroteca, donde revisé 40 años de diarios, hojas por hojas. Encontré decenas de instituciones boxísticas que nadie conocía, al igual que entrenadores que están en el olvido o no están más en las charlas populares del barrios. Sin embargo, ellos también son héroes como Oscar Nardi y Juan Umberto Natale, quien además de haber sido el mejor entrenador de la ciudad fue el fundador del Rosario Boxing Club”, compartió.
Rosario, cuna del box
El club Gimnasia y Esgrima de Rosario tuvo boxeo en sus inicios. Así lo avala con enjundia Palermo: “Sucede que no se llamaba así el club. El nombre era Club Argentino. En 1914, la comisión directiva se reunió y decidió ampliar las actividades deportivas porque la misma sociedad lo solicitaba. Fue así que sumaron la esgrima, la gimnasia y el boxeo. De hecho, en GER hay un libro del centenario donde hay un acta que certifica el inicio de la enseñanza del boxeo en nuestra ciudad”.
Y completa: “Hasta que un nuevo documento diga lo contrario, considero que Rosario fue la primera ciudad que comenzó a ejercer el boxeo en todo Santa Fe. De hecho, en 1923, GER desarrolló el primer campeonato amateur de la historia a nivel provincial”.
«El boxeo está arraigado a los barrios populares. A la periferia. No obstante, está claro que no se trata de tirar golpes al aire, a la perita o a la bolsa. El box es arte. También pasión. Rosario puede dar fe. Vivió épocas doradas. Veladas que aún siguen vivas en la memoria», sostuvo el escritor a la par que añadió, para dejar sentado que supo ser una disciplina muy popular: “Donde ahora está el cruce Alberdi había un estadio que todos llamaban La Carpita. Pero en realidad era el Cruce Park. Ahí la gente miraba las peleas desde las tribunas de tarimas que denominaban el gallinero”.
Estadio Norte, el ícono
“El por entonces Estadio Norte, en José Ingeniero y Alberdi, fue el boom del boxeo en Rosario. Se inauguró el 7 de enero de 1950. Ese día terminó siendo histórico porque hubo una pelea inolvidable. De hecho, sigue siendo la más famosa de la ciudad”, abundó el autor con cierto tono de voz expectante.
“Hubo una pelea reñida entre el bahiense El Vasco Dante Nolasco y el rosarino Juan Strano. Los dos se tiraron tres o cuatro veces cada uno. Sin embargo, se levantaban y seguían batallando. La gente que presenció esa velada contó que fue un furor por el grado de pelea dura”, deslizó.
Y sumó: “El público, según cuentan, una vez que terminó la pelea acompañó a los dos pugilistas hasta el hospital Freire, que hoy en día es el Pami II. Estaban todos cortados y debían coserlos. Fueron caminando juntos a miles de personas. Eso era el box de aquella época ”.
La historia, en tres rounds
Ever comentó que la edición completa de la historia del boxeo rosarino contará con tres tomos. El primero ya está a disposición bajo el título «Puños Rosarinos». “La primera entrega, que denomino Primer round, tiene 242 páginas. Cuenta con imágenes de las instituciones y mucha historia. El segundo round, que abarcará la época dorada, que fue en los años 50, tendrá una cantidad similar de páginas”, adelantó.
El historiador afirmó: “La idea es que no quede ningún protagonista afuera. La intención es que estén todos los nombres de los pugilistas, que son nuestros ídolos”, e insistió: “Arranqué a investigar en 2016 y mitad de 2018 tenía material para los tres tomos. Pero luego, viendo y descubriendo más cosas, considero que me faltará un año más para completar la tercera edición. No quiero que nadie quede afuera”.
Esfuerzo propio
Palermo narró que, una vez que tuvo el libro en las manos, cuyo proceso generó tiempo en hemerotecas, entrevistas, charlas, investigaciones, “todo fue muy difícil, muy duro». «Uno tiene una familia, a veces no la pasa bien. El dinero para invertir en la publicación es fruto del trabajo personal. Parte de la plata la recaudé vendiendo mesas ratonas que fabriqué con palets que traía a casa de varias cuadras al hombro caminando. Y otra parte la ponía de mi sueldo”, expresó con la voz entrecortada.
“Cuando hablé con el secretario de Deportes de la Municipalidad le comenté que este libro, además de ser un documento, dará un consejo de cómo organizar otra vez al boxeo. La idea, además, es que los chicos entrenen y encuentren contención en esta noble disciplina. Por eso, considero que esto es mucho más que un libro de box”, cerró emocionado el investigador de esta real obra histórica que realza los valores de un deporte que supo ser pasión de multitudes en la ciudad y pionero a nivel provincial.