Por un fallo judicial más de mil empleados de la Tabacalera Bronway podrían quedar en la calle

Tras marchar hacia la Afip, este viernes se manifestaron en Entre Ríos y Tucumán, para pedir que estos magistrados ratifiquen su decisión contraria al juez de primera instancia y los dejen volver a trabajar.

Hace más de un mes más de mil trabajadores de la tabacalera Bronway esperan que la Cámara Federal revierta un fallo del juez Gastón Salmaín que hizo lugar a una medida de una multinacional e impidió que la fábrica ubicada en el barrio Nuevo Alberdi de Rosario siga produciendo. Es que este magistrado había ordenado a la Afip que no entregue más estampillas a la firma, con lo que directamente ordenó el cierre y dejó a más de mil trabajadores, vinculados en forma directa e indirecta con la empresa, en la calle.

Este viernes se manifestaron frente a la Cámara Federal, en Entre Ríos y Tucumán, para pedir que se pronuncien y los dejen volver a trabajar, lo que habían hecho un día antes ante el organismo fiscalizador estatal.

En junio pasado la llegada de Salmain a Rosario hizo que todo cambiara, ya que hasta ese momento en sintonía con lo que sucede con otras seis pymes en todo el país la Justicia federal renovaba su visto bueno para que la Afip extendiera las estampillas necesarias para la comercialización de cigarrillos, en este caso de las marcas Pier y Dolchester producidas por Bronway en Rosario.

El juez Salmain desempolvó una medida cautelar presentada por la multinacional Massalin Particulares que era de 2021 y decidió darle curso exprés. Y le pidió a la Afip que no le otorgue más a la tabacalera rosarina las estampillas necesarias para vender los cigarrillos. Si bien hay un fallo de la Cámara Federal que les permite funcionar, la Afip no lo acata, por lo que la fábrica dejó de producir y cesanteó a los trabajadores. Ahora esperan que la Cámara alta deje sin efecto la resolución del juez de primera instancia.

La manifestación se hizo escuchar el viernes a la mañana reclamando que la Justicia ponga fin al conflicto en el que terminan beneficiadas empresas multinacionales en desmedro de una fábrica que da trabajo a mil rosarinos.

Cristian Cena, distribuidor de Bronway, dio su visión sobre el conflicto: “Soy cliente de la empresa, soy distribuidor, y como distribuidores trabajamos en forma exclusiva para esta marca producida acá en Rosario; venimos hoy con una preocupación muy grande, ya que no se expide el instrumento fiscal, no se entrega las estampillas, y nos resulta muy extraño ya que son siete las pymes a nivel país y somos la única a la que no se le entrega estampillas”.

“Ya sabemos que hay cuestiones de fondo relacionadas a destruir permanentemente los esfuerzos y el trabajo nacional, la industria nacional. Los compañeros de la empresa tienen derecho a comer, tienen familias que mantener, está en una situación delicada la economía del país y nos llama poderosamente la atención la falta de sensibilidad para con la industria nacional a cómo se viene a pique” el trabajo de los argentinos, añadió Cena.

Por su parte Nicolás Rivas, empleado de logística de la firma, describió su bronca ante una situación que calificó como injusta: “La planta está parada . Nos quedamos sin las estampillas que nos tiene que proporcionar la Afip y no lo está haciendo.  No sabemos por qué cada tres meses nos traban esto y tenemos que venir acá para poder trabajar”.

“Desde este miércoles paramos la producción, los 271 puestos de trabajo están cesantes y los 800 de distribución en todo el país. Hay muchos intereses turbios en el medio”

El origen del conflicto

La tabacalera Bronway está ubicada en el barrio Nuevo Alberdi, sobre la ruta 34. Es una planta que emplea a 271 trabajadores directos y brinda 800 puestos de trabajo indirectos. Y que produce los cigarrillos Dolchester y Pier, que se imponen en un mercado ya que su valor es menos de la mitad de los que producen las multinacionales. Esa disputa de mercado tiene desde hace tiempo su escenario en la Justicia federal. Allí se iniciaron tres causas diferentes contra Bronway que partieron de denuncias anónimas que determinaron allanamientos, incautaciones y sobre todo gran despliegue mediático. Todas ellas terminaron en sobreseimiento.

En forma paralela, la firma de capitales rosarinos libraba otra batalla, también ante la Justicia, para que le permitan pagar un impuesto acorde con el precio de los cigarrillos que comercializan, como todas las tabacaleras nacionales.

Durante la pandemia, sufrieron en varias oportunidades las idas y vueltas de la Justicia federal hasta que al fin obtuvieron la posibilidad de seguir pagando el precio del impuesto de acuerdo con el costo del atado de cigarrillo en el mercado. Pero los ataques por parte del capital concentrado continúan. En el camino, debió cerrar For Men, una pyme de la ciudad de Santa Fe, cerró sus puertas y dejó a 84 trabajadoras y trabajadores en la calle.

El último episodio al menos extraño comenzó en junio pasado. La llegada de un nuevo juez federal de primera instancia a Rosario dio un nuevo vuelco, ya que este magistrado desempolvó una medida cautelar presentada, ante la Justicia provincial, por la multinacional Massalin Particulares que era del 2021 y decidió darle curso exprés. Esa decisión ahora está apelada ante la Cámara Federal de Rosario.

“Existe como un master plan. Una superestructura con una pata judicial y una mediática trabajando en sincronía para borrarte del mapa. Porque por más que en esas causas inventadas uno termina sobreseído, mientras tanto te arruinan tu imagen, tu producto, te tratan como un bandido y te paralizan la empresa”, sostuvo Ippolito, presidente del directorio de la tabacalera.

“Los problemas empezaron cuando empezamos a crecer. La empresa tabacalera se fundó en el 2017, y recién en 2018 logramos la habilitación para poder funcionar. Bronway fue creciendo y a medida que fue creciendo fuimos atacados por una serie de avisos publicitarios en contra, haciendo un lobby a través de los medios para hacer creer que esta empresa era fantasma o que estaba llena de delincuentes. Hemos recibido cualquier tipo de denuncia, casi diez, hasta llegar el punto de que nos hagan denuncias por trata de personas”, describió Ippolito.

“A medida que la fábrica se fue ampliando, esto se fue agravando: notamos una persecución judicial que era amplificada por algunos medios, por lo general los mismos. Y también de la Afip. Realmente nos llama la atención, más allá de que uno tiene que respetar las normas, nos llama la atención las formas”, añadió el ejecutivo sobre la operatoria de fuerzas federales y funcionarios judiciales en cada ocasión.

“Este problema es sólo de las tabacaleras de la provincia de Santa Fe. De hecho, una de ellas, For Men, cerró sus puertas y con ella los 86 puestos de trabajo que generaba se perdieron. Los trabajadores fueron indemnizados, pero hay 86 puestos de trabajo menos.

Las otras pymes no sufren el ataque que sufrimos nosotros. No sé si es porque estamos instalados en Rosario o porque fue la primera” que se atrevió a inmiscuirse en un mercado dominado por muy pocos, detalló Ippolito y de inmediato agregó: “Pero es raro porque las otras tabacaleras no sufren este tipo de ataques. Incluso la de competencia más directa, al firma Sarandí, nunca sufrió esta forma de ataque, entonces nos hace más aún desconfiar de algo prearmado. Ese es el motivo por el que llegamos a pensar eso”, sobre la recurrente ofensiva de las multinacionales.