La fiscalía que interviene en el ataque sexual que sufrió una joven de 18 años en una entrevista laboral en el barrio porteño de Balvanera, apeló la excarcelación del acusado y reclamó que se lo vuelvan a detener porque entiende que existe «peligro de fuga» y de «entorpecimiento de la investigación».
El caso ocurrió el sábado 23 de enero pasado en un comercio de la calle Paso 693. La víctima se presentó allí por una oferta laboral que el dueño había publicado en Facebook. Según fuentes judiciales, la joven llegó cerca de las 9 de la mañana y ese mismo día comenzó a trabajar. Sin embargo, el encargado le anunció que a las 13 cerraba las puertas, pero que ella debía quedarse trabajando.
De acuerdo a la versión de la chica, en un momento tomó un vaso de agua que el acusado le ofreció y poco después comenzó a sentirse mal. Como sospechó que podría pasarle algo malo le avisó por WhatsApp a su mamá y a su hermana, quienes llamaron al 911 para alertar el caso a la Policía. Cuando llegaron los efectivos, la chica estaba tirada en el fondo del local, cerca de una escalera y con el torso desnudo.
Los voceros señalaron que el acusado intentó escapar del lugar por lo que la fiscal Silvana Russi, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 41, entendió ese comportamiento como una manera clara de intentar eludir la acción de la Justicia.
El presunto abusador estuvo detenido apenas dos días: este lunes fue puesto en libertad porque la jueza Karina Zucconi, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº15, aceptó el pedido de excarcelación que solicitó su abogado defensor. Entre otras cosas, el letrado argumentó que su cliente no registra «condenas anteriores» y que «posee un domicilio fijo».
“La pena en expectativa de efectivo cumplimiento por sí sola no es obstáculo para que el nombrado no obtenga su libertad. No hay de momento elemento alguno que lleve a presumir que el acusado intentará eludir el accionar de la justicia, ni que su detención se erija como necesaria para neutralizar el entorpecimiento del trámite del proceso”, entendió la jueza en su resolución.
Lo llamativo del caso es que el comerciante está imputado por un delito gravísimo: «abuso sexual con acceso carnal», que prevé penas que van de los 6 a los 15 años de prisión y es de cumplimiento efectivo.
La fiscal Russi, que se opuso a la decisión de la jueza, presentó un escrito para que intervenga la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional. Para la funcionaria las medidas de coerción impuestas por la jueza no resultan, a su criterio, “suficientes para prevenir el peligro de fuga y entorpecimiento de la investigación que se vislumbran en el caso”.
Russi entendió además que el hombre «premeditó el ataque sexual» porque tenía en el comercio la medicación sedante que le dio a la joven para dejarla en un estado de indefensión.
A su vez, remarcó que existen pautas que hacen presumir su peligro de fuga: «La actitud que tuvo cuando llegó la policía y que además no fue veraz al momento de aportar su domicilio». Sobre este punto, se informó que el acusado dio una dirección que luego su propia hermana desmintió, al decir que «no vivía junto a ella sino en otro lugar».
Por último, la fiscalía destacó que la libertad del acusado «podría entorpecer la investigación ya que quedan por realizar medidas probatorias importantes, como la evaluación psicológica de la joven y el análisis de distintos elementos secuestrados».
«Pensé que estaba muerta»
La mamá de la víctima reconoció que pensó que su hija «estaba muerta» cuando la fue a rescatar. La víctima estaba tirada en el fondo del local, casi inconsciente cuando la Policía llegó al lugar.
«Pensé que mi hija estaba muerta y me estaban cuidando de ver algo monstruoso. Yo les gritaba que quería verla», sostuvo la madre de la víctima en declaraciones a C5N, y agregó que «la policía llegó rápido, la reacción fue muy buena, estuvieron siempre atentos».
«Le puso una remera de él», aseguró la mujer, quien, a su vez, contó que recibió varios comentarios de que el atacante hizo lo mismo con otras jóvenes. Por esa razón, pidió a estas mujeres que «tengan la valentía» y que lo denuncien, ya que «hay personas que pueden ayudarlas».