Para la concejala Schmuck, «hay que cambiar urgente el paradigma de la nocturnidad, para que la realidad no nos supere

La
concejala radical María Eugenia Schmuck , presidenta de la Comisión de Gobierno,
reclamó «un urgente cambio
de paradigma para que la realidad no nos pase por encima». 


Sostuvo
que «las maneras de vivir la
nocturnidad en la ciudad cambiaron profundamente» e indicó que lejos de
abonar estrategias «prohibicionistas que sólo corren detrás de los
acontecimientos», hay que «construir una legislación moderna que interpele muestro presente
y a nuestros jóvenes», para lo que considera «impostergable, en el año 2018,
sancionar una nueva ordenanza de nocturnidad». «Hay que hacer de
éste, que es un tema central en la vida de una ciudad, una política de Estado y
convocar a todos los actores que puedan aportar visiones que puedan enriquecer
el diagnóstico», puntualizó.
«Los últimos fines de  semana los rosarinos fuimos
testigos de múltiples festejos navideños que se realizaron en la vía pública y
en ámbitos privados. Algunos de ellos terminaron desbordados, con situaciones
muy preocupantes de violencia e incluso con víctimas fatales. La respuesta que
aparece inmediatamente se vincula, en algunos casos, a pedidos de mayores
controles y, en otros, directamente a la prohibición de esos eventos, la
mayoría espontáneos. Lo que hay, a mi juicio, es un error de diagnóstico y ese
es el fondo y la sustancia del problema que hay que resolver», indicó.
«Si analizamos los últimos diez años de la noche rosarina,
prohibir fue la estrategia más frecuente del gobierno local, obligado a aplicar
una normativa (del año 2002) que regula la actividad nocturna de una Rosario
que ya no existe»,
y graficó que «hace 15 años,
la mayoría no tenía celulares, tampoco acceso a internet y las redes sociales
eran una promesa de futuro. No era fácil organizar un evento público para
cualquier ciudadano, por eso la ordenanza vigente promueve y regula como
espacios de encuentro bailables y de fiesta, a grandes discotecas o boliches.
Pero todo eso cambió. Cambió mucho y profundamente», indicó
Schmuck.
«Hace al menos 10 años que empezó a cambiar en todo el mundo, la
manera de encontrarse, divertirse y vivir la nocturnidad. Hoy, son los menos
los que van al “boliche que van todos”, a escuchar los hit que pasan en la
radio. Ahora, cada cual va al lugar que le gusta, a escuchar la música que le
gusta (pubs de pop-rock, música electrónica, peñas de folclore, espacios
culturales y tantos otros). Y si ese sitio no existe, se construye, porque en
poco tiempo se puede organizar un evento privado con esas características y
convocar a la gente que a cada uno le interese. Más allá de la consideración
que cada uno pueda tener sobre estas transformaciones, lo que no se puede es
negarlas, porque son un dato objetivo de la realidad. Y si no damos cuenta de
ese fenómeno, esa realidad nos termina desbordando», abundó.
Por ello,
indicó que los jóvenes «necesitan
espacios de encuentro, socialización y contención como necesitaron siempre,
pero eso no se garantiza con una normativa desactualizada, desde una lectura
equivocada del problema y sin proyecto consistente. De no mediar cambios
urgentes, seguiremos intentando interpelar y controlar con formatos y
mecanismos absolutamente ajenos a nuestros jóvenes».

«No hay más tiempo que perder ni más “parches” que poner», enfatizó la
concejala. «Es hora de
diseñar y sancionar una ordenanza moderna que convierta a Rosario en una ciudad
que vive de día y de noche, que atraiga al turismo por la calidad y la variedad
de sus eventos, que escuche a sus jóvenes y promueva espacios de encuentro y
entretenimiento, garantizando la convivencia y el descanso de los vecinos. ¿Se
puede?, por supuesto. Si cambiamos el paradigma con el que abordamos el
problema, si diagnosticamos bien y si nos comprometemos a construir legislación
que de cuenta del mundo de hoy y del futuro. Hace un año lamentábamos muertes
en fiestas electrónicas y también prohibir parecía la salida más rápida y
contundente. Con trabajo responsable, promoción y control, hoy resaltamos haber
realizado más de 30 eventos de esas características con saldo positivo. Una
muestra de que, mejor que prohibir, es escuchar a los protagonistas y hacer. Y
el 2018 debe ser el año», finalizó Schmuck.