Por: Lorena Macia
La parodia de la verdad planteada como verosimilitudes de derechos y resultados en paralelo, enfrentada siempre a la manipulación maquiavélica en el ejercicio del poder, permitió filtrar en esa distorsión, una sombra de violencia peligrosa destructora de argumentos, para sin argumentos, querer destruir lo que existe. Volver a discutir la relegitimación de la violencia represiva como poner en valor la acción represiva estatal, se pudo llegar hoy a plantear la “Construcción de Contra hegemonía” para instrumentar el pasado ¿en éste presente?
En el filo de la apología del discurso, confusas equivalencias de estados de poder minimizando y banalizando la estigmatización a la violencia insurgente, parece levantar bandera a la lucha desigual de conceptos por la cual trajo la desgracia de tantas muertes, la Construcción de repudio al Genocidio”, y aún así, hoy se analiza y se visibiliza el pasado como si no estuviese cerrado, en criterios de convivencia democrática con los dolores que dejó el abuso del poder.
Espada afilada, peligrosa y manchada de sangre en la historia de nuestro pueblo, luchador de derechos y dignidades en las desigualdades y sometimiento, se vio levantar como signo de advertencia de pensamiento para traer confusión, otro ángulo de circunstancia, la cual no es tan confusa, solo se debe dividir aquí en dos líneas de análisis: la lucha armada en nuestro país por parte de organizaciones insurgentes y la otra discusión sobre las características del genocidio y sus efectos en el tejido social.
Revertir las conquistas políticas, deslegitimizar al actor militar en su fusión represiva buscando relegitimar el rol de las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad con la resistencia a ordenes dictatoriales o proscripciones, plantea un gran contraste buscando instaurar con los últimos manotazos, de conseguir poner en agenda mediática, tema que ya parecía resuelto a nivel social, en plena campaña electoral 2023 por un partido político que pretende ocupar el sillón de Rivadavia.
Como contraste parecería necesario incorporar en la reflexión qué es lo que se puede hacer como familiar de un genocida con ese legado y qué cosas distintas puede hacer la sociedad con ese legado que recibe de un proceso genocida si aún quiere sumarse esa mirada a la historia sin borrar lo construido como nación democrática.
El negacionismo, revisionismo y nuevas audiencias, son hoy parte de los desafíos para el movimiento de Derechos Humanos en la construcción del tejido social en constante renovación, sin olvidarnos el “Nunca Más” y el sentido del genocidio con sus consecuencias en el presente. Podríamos decir que la película Argentina 1985 estrenada en 2022 en nuestro país no llegó a abarcar la temática en su totalidad o tal vez nos olvidamos muy rápido de lo que vimos.