Miles de personas marcharon para pedir Justicia por Agustina

Esperanza

Fue una histórica movilización social para la ciudad. Más de 10 mil personas participaron de una emotiva marcha que reiteró el pedido de #NiUnaMenos.

Se realizó este lunes por la noche en Esperanza una movilización multitudinaria en Plaza San Martín que pasó por la sede de la Fiscalía Las Colonias y terminó frente al municipio.

Fue horas después de conocerse el asesinato de una joven de 17 años ocurrido este domingo en la ciudad y descubierto este lunes. Las propias organizadoras de la marcha pidieron que los medios de comunicación denominen el doloroso hecho como “Caso Pablo Trionfini” que es el nombre del asesino y no “Caso Agustina” que es el nombre de la víctima.

Lo hicieron ante miles de personas que reiteraban el grito de “Justicia, Justicia, Justicia”. Ante la gran convocatoria la marcha integrada mayormente por mujeres con vestimenta de color negro comenzó puntualmente a las 20.

Caminaron batiendo palmas y gritando justicia alrededor de Plaza San Martín pasando frente a los dos templos que tiene la ciudad en su casco principal y llegando a la esquina de Aaron Castellanos y Sarmiento.

Allí la marcha se dirigió a la Fiscalía Las Colonias, es decir una cuadra al Este por Aaron Castellanos, luego tomó por Moreno y Avenida Córdoba para regresar a Plaza San Martín. Para tener una idea de la cantidad de gente que participó debemos decir que cuando quienes encabezaban la marcha llegaron a la esquina de Avenida Córdoba y Sarmiento para ingresar a la plaza, había gente todavía marchando frente al templo evangélico.

Allí se unieron las columnas y llegaron todos frente a la Municipalidad de Esperanza para unirse en un reclamo compartido, el pedido de Justicia por Agustina, que se profundice la investigación y que se termine la violencia contra las mujeres.

Justicia Sí, política No

Cuando las oradoras desde las escalinatas reclamaban Justicia por Agustina y una correcta actuación judicial para observar si había otros involucrados en el caso recibieron el unánime aplauso. También cuando pedían no volver a victimizar a la víctima reiterando su nombre.

El reclamo fue unánime cuando a los medios de comunicación se les reclamó seriedad en la cobertura de los hechos y cuando se pidió denominar al caso con el nombre del asesino.

La situación cambió cuando las oradoras comenzaron a involucrar una postura política reclamando políticas públicas de género y la inclusión de la Educación Sexual Integral. Fue mayoritario el reemplazo del aplauso por el grito de justicia.

Incluso algunas de las mujeres participantes se acercaron a las oradoras para reclamarles que no mezclen la política con la marcha por justicia. Quizás el tono y la respuesta de quienes tenían el micrófono diciéndoles “bueno sí, después hablamos”, más encendió el grito de la gente que aturdió con la canción que los unía: “justicia, justicia, Agustina, Agustina”.

Sacerdotes se sumaron al final de la marcha

Si bien cuando los líderes de la marcha pasaron frente a los dos templos cantaban “muerte al patriarcado”, la mayor parte de los participante eligió no involucrarse en fanatismos.

No podemos dejar de reflejar que cuando finalizó la misa en la Basílica el padre Ernesto Agüera y los sacerdotes Zingerling y Correa se sumaron a la movilización, el párroco incluso llegó hasta la zona de las escalinatas del municipio y se mostró dispuesto a hablar. No lo hizo con el micrófono a los presentes pero sí a los medios de comunicación.

Allí aclaró que lo importante era rescatar lo que nos unía. Dijo coincidir con el reclamo de justicia por este y todos los femicidios y con el pedido de “Ni Una Menos”. Agregó que quizás hoy hay otras cosas que no compartimos con algunos movimientos sociales pero sí coincidimos en pedir justicia y participar del reclamo social.

Madurez de todos

Por suerte las diferencias en la discusión y algunas posiciones que parecen irreconciliables no pasaron a mayores. La madurez primó y el reclamo por justicia fue el grito unánime de más de diez mil personas que decidieron decir presente, involucrarse y gritar públicamente su dolor.

Aplaudir en silencio a modo de reclamo, recordar a esa joven, pensar en su familia, en sus seres queridos, en su ausencia y no ocultar lágrimas de dolor e impotencia.

Fuente: Esperanza Día x Día