En marzo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió un 7,7% respecto a febrero. El segmento de “estacionales” subió 9,3%, el de “regulados” 8,3%, y el IPC núcleo (sin regulados ni estacionales), subió 7,2%.
Al respecto, el Secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein, comentó: “Marzo presentó un dato de inflación sumamente elevado. Como aspectos particulares, cabe mencionar aumentos de bienes y servicios regulados, que suelen aumentar en esta época del año como educación (29,1%), aumentos en rubros estacionales muy fuertes, como frutas (14,2%) y verduras (9,1%), a lo que se sumó el aumento en indumentaria (9,4%) por cuestiones de cambio de temporada”.
Asimismo, Rubinstein sostuvo que “durante el primer trimestre del año la sequía, las altas temperaturas y la gripe aviar generaron su mayor impacto sobre frutas, verduras, carne vacuna, pollo y huevos, los cuales en conjunto aportaron 2,1 puntos porcentuales a la inflación de marzo. La sequía y la gripe aviar influyeron en aumentos del 11,5% en la carne vacuna y del 26,7% en el pollo, con una significativa incidencia en el IPC”.
“Si consideramos la inflación núcleo y le restáramos la carne, la suba habría sido del 6,5%, que igualmente es un registro muy alto, aunque un escalón por debajo de la suba general del IPC. Varios de estos factores esperamos no estén presentes en abril, de modo que esperaríamos un descenso de cierta magnitud en el índice general. Seguiremos procurando bajar la inflación, combinando políticas fiscales y monetarias que sigan siendo consistentes con tasas de inflación mucho más bajas, junto a políticas de ingresos (acuerdos con empresas y otras), que coadyuven a frenar los aspectos inerciales de las altas tasas de inflación”, concluyó el secretario.