Por: Jorge Díaz
No cumplen el difícil papel de ser médicos o enfermeros que están luchando por salvar la mayor cantidad de personas denodadamente contra el coronavirus que avanza día a día en el mundo cobrándose nuevas víctimas. Ni el personal de seguridad y farmacéuticos, están tan expuestos como un empleado de supermercados en esta cuarentena. .
No es lo mismo ser cajero de una banco o de una farmacia que lo protege un blindex y manteniendo la distancia necesaria, que un cajero o repositor de un supermercados que está muy cercana a las personas, que si bien busca protegerse de ellas, muchas veces es inevitable poder apartarse.
Los empleados de la proveeduría de Empleados de Comercio le ponen el hombro, la mejor predisposición y hoy son pilares fundamentales del sindicato, entre ellos hay profesionales, ex comerciantes, técnicos y futuros profesionales, sobre todo padres de familia que se mezclan con distintas edades. Están los que el mercado laboral desplazó por ser del sector etario al no cumplir con los requisitos que requiere el sistema y los más jóvenes que se inician con su primer trabajo.
Ambos tienen algo en común, la crisis del gobierno anterior los obligó a buscar otros destinos, cerraron sus lugares de trabajo y los más jóvenes abandonaron sus estudios para poder ayudar a sus familias, y hoy gracias al EEMPA que funciona dentro del gremio pueden completar sus estudios. Todos ellos debieron ser seleccionados dentro de la cantidad de los postulantes que se presentan diariamente, ingresan 50 curriculum aproximadamente por día al sindicato, y tener la suerte de poder reinsertarse nuevamente en el mercado laboral.
Pero, en esta oportunidad la proveeduría a pesar de ser el puntal del gremio debe sostener la otra realidad, poner el cuerpo ante el enemigo invisible que es el coronavirus, saben que si uno se contagia caen todos, como suelen decir entre ellos y esto les genera preocupación porque detrás de ellos está su familia esperándolos al final de la jornada, algunos se angustian cuando otros compañeros de otros sector que cumplen la cuarentena suele discriminarlo cuando ingresan al lugar como si la persona que lo atiende amablemente estuviera contagiado. Hace una semana todo el personal que cumple tareas dentro de la proveeduría, como ser carniceros, fiambreros, seguridad, coordinadores, administrativo, repositores y cajeros fueron los primeros en ser vacunados contra la gripe, aunque sabemos que contra el Covid – 19 todavía los científicos no pudieron desarrollar la vacuna para poder acabar con esta enfermedad que afecta a todo el planeta, y que solo es un paliativo ante esta situación.
Muchos reflexionan de cómo los afecta fuera y dentro del lugar de trabajo, y todos coinciden “ Dios nos puso acá para proveer de alimentos a la población y entre todos debemos cuidarnos, no nos queda otra». Además comentaban que cuando llegan a sus casas se limpian la suela de sus zapatos con agua y lavandina en un trapo de piso en la puerta de ingreso, luego se quitan sus pertenencias y van directos a las duchas, mientras sus ropas son rociadas con alcohol etílico. Luego abrazan a sus familias y se habla mucho durante la mesa de los peligros que trae esta enfermedad y de los cuidados que deben tener.
Los más experimentados aunque todos son considerados iguales y los nuevos siempre son bienvenidos le ponen mucha energía, apoyan al compañero, convirtiéndose en un lugar con mucha onda, de respeto y colaboración.
Cuando pasé todo esto, están dispuestos a estrecharse la mano y darse una gran abrazo por haber estado al frente y exponer el cuerpo ante esta pandemia, que solo sabemos cuándo empezó y no cuándo termina.