Desde el gremio metalúrgico de Rosario (UOM), estiman que desde comienzo de año se perdieron al menos mil puestos, entre efectivos y contratados.
El Gran Rosario viene sintiendo fuerte el impacto de la recesión económica que atraviesa al país. La pérdida de empleos y la apertura a una instancia de retiros voluntarios comienza a hacerse sentir en el cordón industrial de Gran Rosario. Desde el gremio metalúrgico de Rosario (UOM), estiman que desde comienzo de año se perdieron al menos mil puestos, entre efectivos y contratados.
En ese sentido, se expresó el secretario general de la UOM local, Antonio Donello: “En línea blanca hay un bajón muy grande, perdimos mucha gente con contratos a prueba. Hay muchos retiros voluntarios. Perdimos cerca de mil empleos, entre efectivos y contratados. En la pandemia no llegamos a perder la mitad de esos empleos”.
Por lo pronto, el gremio metalúrgico se sumó al paro general de este último jueves. Este sector se encuentra en alerta ante la ola de despidos.
Asimismo, desde la UOM pusieron el foco en uno de los puntos controvertidos de la Ley bases que se encuentra en discusión en la cámara de senadores del Congreso nacional, el denominado Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Cabe destacar que los metalúrgicos rechazan dicha ley que promueve el gobierno de Javier Milei.
“No solo nos preocupa la caída de la actividad sino también lo que puede pasar con el RIGI, entregándoles la posibilidad a empresas extranjeras que importan todo y destruyan la industria nacional”, dijo Donello.
En ese sentido, el dirigente gremial explicó lo que podría suceder en caso de aprobarse ese régimen y el impacto que podría tener a nivel regional. “General Motors está fabricando y paga un montón de impuestos. Si otro le trae inversiones por 200 millones de dólares y trae todo de afuera, ¿cómo le va a competir GM? Una empresa que deja ganancia en Argentina se tiene que ir, el otro que no deja ganancias, se queda”, indicó el dirigente.
La fábrica rosarina de heladeras comerciales de El Dorado SA, que comercializa la marca de heladeras Inelro, vio recortada su actividad por una caída de las ventas a más de la mitad y suspendió a 100 empleados por tiempo indefinido.
La empresa tomó la decisión luego de una caída del 40% en sus ventas durante el primer trimestre. “Lo que hicimos fue reducir un turno. La empresa solía trabajar con dos. No hay demanda”, aseguraron al portal económico El Cronista.
Por su parte, otra emblemática fabricante de heladeras, la firma Briket, anunció que durante el primer trimestre redujo a la mitad a su personal por la caída en las ventas, que alcanzó el 50% en marzo. “Pasamos de 600 a 300 operarios y estamos buscando un punto de equilibrio para seguir produciendo”, dijo en declaraciones radiales Roberto Lenzi, dueño de esa empresa.