El informe dado a conocer por el Indec, arrojó 8,8% en abril último y en medio de la recesión los precios continúan desacelerando. En el primer cuatrimestre, el costo de vida subió 65%, mientras que en los últimos doce meses fue del 289,4%.
El porcentaje mayor de aumento en el mes fue Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (35,6%) por los incrementos en las tarifas de gas, agua y electricidad.
Le siguieron Comunicación (14,2%), por las subas en servicios de telefonía e internet, y Prendas de vestir y calzado (9,6%) por cambios de temporada.
Además, el incremento de los servicios tuvo mayor incidencia en las regiones de GBA, Cuyo y Patagonia, donde se destacaron las subas de Gas, Suministro de Agua y Electricidad; y Alimentos y bebidas no alcohólicas (6%) en las demás regiones, donde se destacaron Carnes y derivados; Leche, productos lácteos y huevos; y Verduras, tubérculos y legumbres.
Las dos divisiones que registraron las menores variaciones en abril fueron Bebidas alcohólicas y tabaco (5,5%) y Bienes y servicios varios (5,7%).
A nivel de las categorías, Regulados (18,4%) lideró el incremento seguida por Estacionales (9,9%), mientras que el IPC Núcleo aumentó un 6,3%. Este número venía monitoreando el Gobierno, ya que allí puede verse una baja sostenible y una proyección del futuro de la inflación al no considerar los productos estacionales ni los precios de las tarifas de servicios públicos, algo que este mes pegó de lleno.
“La inflación núcleo, que excluye los componentes regulados y estacionales del índice, fue de 6.3%. Este fue el dato más bajo desde enero de 2023”, sostuvieron fuentes oficiales desde Economía.
Además, indicaron que la inflación de abril “volvió a ser muy inferior a la expectativa de los analistas participantes en el REM de diciembre”.
Desde el Palacio de Hacienda comentaron a Noticias Argentinas que “la fuerte desaceleración en los últimos meses se sustenta en el programa económico implementado en diciembre, cuyos pilares son el equilibrio fiscal, el saneamiento de la hoja de balance del BCRA y la implementación de medidas de desregulación y reducción de costos para el sector privado. Esto permitió transitar, en menos de 5 meses, de una economía con expectativas desancladas y alto riesgo de hiperinflación a una que ha generado las condiciones para la reaparición del crédito hipotecario de largo plazo luego de 7 años”.