La institución, ubicada en Servando Bayo 799, ofrece libros para adultos, para infancias, una bebeteca, diversos talleres para todas las edades y muestras.
Hace 60 años, un 29 de septiembre de 1963, se inauguró la Biblioteca Pública Municipal José Manuel Estrada, en la esquina de Servando Bayo y Eva Perón. En el corazón de zona oeste, y a pedido de los vecinos y vecinas, esta biblioteca es un espacio de encuentro, de talleres y de muestras, en el que varias generaciones fueron y son parte.
Marina Paloma es la directora de la Biblioteca desde hace diez años y cuenta que la misma surgió a partir de un pedido de los vecinos hace sesenta años. «Le pidieron al municipio tener una biblioteca en esta zona y que se hiciera cargo del fondo documental de la Biblioteca Ferroviaria Bernardino Rivadavia que cerraba y el municipio aceptó. Había un local comercial situado aquí, en Servando Bayo 799, y se tomó ese local para inaugurar la biblioteca. Empezó así, a pedido de los vecinos. Y seguimos con ese ímpetu», cuenta.
En ese sentido, varias generaciones pasaron por sus salas, demostrando el vínculo que los vecinos y vecinas de zona oeste han creado con la institución. «Desde los inicios, la biblioteca creció con la gente, con el barrio, y han pasado un montón de generaciones por aquí. Siempre estamos tratando de responder a las necesidades de la gente, escuchando, esto es un lugar de encuentro. Lo ha sido en sus inicios y lo sigue siendo ahora. Es un espacio para compartir y no solo promocionar el hábito lector, sino que también vienen acá a encontrarse, a buscar información, a jugar, a pasar el tiempo», dice Paloma.
Sobre la importancia que tiene la existencia de una biblioteca pública, su directora remarca que está abierta a todas las personas que se quieran acercar y que es gratuita. «No hay un límite de acceso, al contrario, es un lugar abierto y que es receptivo, sobre todo, es gratuito, lo que es muy importante en estos momentos, encontrar información o un lugar de escucha, de encuentro, de comunidad. A mí me gusta decir eso, que hacemos comunidad». Asimismo, Natacha Kaplún es la coordinadora institucional de la Biblioteca Estrada y agrega que le parece que en estos momentos es muy importante el espacio que ofrecen las bibliotecas públicas para garantizar el derecho a la información. «Es un lugar que garantiza los derechos a la accesibilidad, a la información, a la cultura, al disfrute de la lectura y de otras actividades culturales.
Nosotros estamos en la zona oeste de la ciudad, por fuera de bulevares, y lo importante, y siempre trabajamos para eso, es que el acceso a la cultura sea garantizado en todo el mapa de la ciudad», agrega.La directora recuerda que en estos sesenta años la biblioteca tuvo modificaciones, como por ejemplo en 1994 que comenzó un proyecto de remodelación de la estructura que mudó los libros a la esquina de su ubicación original, en 1996 se sumó el servicio de lectura accesible y hacia fin de año se inauguró el nuevo edificio de tres plantas. Además, desde hace un tiempo, los vecinos pueden tener acceso al catálogo online.
«Desde los inicios, los chicos venían a hacer los deberes, a buscar los libros de texto, los manuales, teníamos una colección inmensa de todos los libros que se necesitaban en el secundario, en el primario, eso después fue cambiando. La biblioteca es dinámica, es algo vivo, se va adaptando a los tiempos, entonces, cuando fue el cambio de edificio, se habilitó una sala multimedia donde la gente podía venir a consultar internet, en esa época empezó a cambiar la forma de buscar información de los chicos, las tareas ya no eran tanto con los libros, eso también lo fuimos acompañando en el cambio de hábitos», menciona la directora sobre la adaptación que hizo la biblioteca a lo largo de los años.
«También modernizamos el servicio de la biblioteca al implementar un catálogo colectivo para que la gente pudiera consultarlo en cualquier lugar, en sus casas, consultar el catálogo para saber si está disponible o no. Se conformó una red de bibliotecas municipales, se puede ver el catálogo de todas las instituciones y en época de pandemia también se habilitó la inscripción online a las bibliotecas, si sos socio o socia de la Biblioteca Estrada, también sos de la Biblioteca Argentina, por eso somos una red», dice.
Asimismo, cuenta que el servicio de lectura accesible también se realiza de manera conjunta con la Biblioteca Argentina. «Hay un operador del servicio que realiza escaneo de material y se traduce, a través de un software, en audio. Entonces, la gente que lo necesita puede solicitar ese trabajo y se les da la información o el libro que necesita en formato digital», menciona como un servicio más que ofrece la biblioteca para personas ciegas o con disminución visual.
Acerca de la bebeteca, la Biblioteca Estrada fue pionera en habilitar un sector para bebés, para que desde muy chicos puedan tener un contacto con los libros. «Que puedan tener contacto a través del tacto, del olfato, que toquen los libros por el tema de las texturas y las sensaciones», explica.
Uno de los pilares de la Biblioteca son los talleres que ofrecen mes a mes en la institución. «La biblioteca es un punto de encuentro. Nosotros trabajamos, tenemos una fuerte vinculación con la comunidad y también es importante decir que somos muy receptivos a las propuestas que la gente trae. Sostenemos algunos ejes, porque para nosotros la biblioteca también es una caja de resonancia de todas las problemáticas contemporáneas que están pasando, es un lugar para reflexionar sobre eso.
Mantenemos líneas de programación que tienen que ver con promoción de la lectura, pero también con las problemáticas socioambientales o las problemáticas de género. Queremos que este lugar sea un espacio de reflexión y debate para pensar en comunidad estas cuestiones», explica Kaplún. Y cuenta que hay talleres para todas las edades, desde bebés, niños, jóvenes y adultos. Pero también hay talleres de ajedrez, de tejido social y además, realizan una fuerte articulación con el Hospital Carrasco, en el que realizan una propuesta llamada Fogones de palabras, para toda la comunidad del hospital.
«Tenemos un vínculo con la comunidad y también salimos a la búsqueda, porque lo que pasa con las bibliotecas es que a veces la gente conserva ese estereotipo de lugares oscuros, cerrados, que tenés que tener alguna competencia, un saber para acceder y a veces las barreras no solamente son geográficas, sino también son simbólicas.
Lo que nosotros hacemos es picar amorosamente esas barreras, deconstruirlas para que haya mayor acceso y la gente se pueda apropiar de estos lugares, porque fundamentalmente lo que tiene que saber la comunidad es que estos lugares son de ellos y ellas», dice.
Para Paloma el libro es una mirada al mundo, le encanta decir que promocionan el hábito lector, ya que es importante para abrir la cabeza, para mostrar, ver otras cosas, para poder saber qué hay más allá. «No solo lo lúdico, sino también tener una posición de las cosas y eso lo muestran los libros, saber y conocer», dice. Por su parte, Kaplún agrega que los libros y las bibliotecas son herramientas para leer el mundo. «Me parece que la lectura no solamente está reducida a los libros, también se leen imágenes, la lectura de los signos es muy amplia y eso nos da herramientas para generar un pensamiento crítico.
Es muy importante la labor de la biblioteca como mediadora y de alguna manera legitimadora de ciertas fuentes de información. Me parece que la función de los bibliotecarios es fundamental en este tiempo como mediadores para orientar a ver cómo navegar en este continuo bombardeo de redes y de información», finaliza.
La biblioteca está abierta de lunes a viernes de 8 a 19 y sábados de 9 a 13:30. Se puede consultar sus actividades a través de su página web y su cuenta de Instagram. Además, a través del teléfono 4804678/54 y su correo electrónico estrada@rosario.gob.ar.