La institución de Tablada nació tras un grave accidente del hijo del fundador y ahora inició los trámites para obtener personería jurídica a través de la Secretaría de Deporte y Turismo.
Para los vecinos de Centeno 500 bis es mucho más que una canchita de fútbol. En ese espacio donde la tierra le gana al césped por goleada anidan muchos sueños. También es una sólida red de contención para los casi 130 pibes que hoy componen la gran familia de Tanque Juniors. Un club que nació a raíz de una triste historia pero que logró tener su final feliz.
El relato se remonta 34 años atrás, cuando el hijo de Juan Badaracco, fundador del club, fue víctima de una grave accidente: “Me acuerdo de aquella tarde de octubre de 1986. Mi nene de 9 años estaba jugando al fútbol junto a otros amigos cuando de repente un Peugeot 504 lo arrolló a toda velocidad y lo dejó tirado”, comienza a graficar el presidente de los verdiblancos.
“Estuvo en coma varios días y en ese tiempo le prometí a Dios y a todos los santos que si se salvaba buscaría un espacio para que los pibes no estén más en la calle. Juan Sebastián se salvó y creamos la institución el 26 de enero de 1987”, declara con voz entrecortada. “Ahora, con la gestión de la Dirección de Clubes de la Municipalidad iniciamos los trámites para obtener la personería jurídica”, cuenta con orgullo el empresario de 71 años.
Badaracco recuerda con angustia ese 22 de octubre en el que casi pierde a su hijo: “Juan Sebastián quedó tirado, abandonado. Estuvo 120 horas en coma. Se salvó de milagro porque estuvo internado muchas semanas. Los médicos nos dijeron que este es un caso aparte porque de mil chicos uno solo zafa”.
Ese día, Juan prometió que si su hijo se salvaba no iba a permitir que otra familia pasara por un momento así. Y cuando Juan Sebastián se recuperó, comenzó a trabajar en su proyecto: «No lo logré sólo. Vecinos y comerciantes del barrio colaboraron para que pudiera cumplir con la promesa. Y así fue que fundamos Tanque Juniors el 26 de enero de 1987”, contó.
Juan recuerda que ya siendo el técnico del equipo, y aunque su hijo no tuvo secuelas del accidente, aún le daba miedo que saliera lastimado: «Como había tenido también la pelvis rota no quería ponerlo nunca. Era su entrenador y lo metía siempre entre los suplentes. Hasta el día de hoy me dice que siempre hacía banco, más que jugar, lo que pasa es que tenía miedo de que le sucediera algo. Sobre todo por el golpe en la cabeza. No quería que se golpeara de nuevo. Era miedo de padre, en realidad. Trataba de cuidarlo a mi manera”.
Actualmente, el club alberga a 130 chicos. “Hacemos todo a pulmón. La historia de Tanque Juniors comenzó cuando vi este terreno. Hablé con el dueño que se llamaba Pedro Nieto, y cuando charlamos me preguntó si yo era el chico que había salido en la televisión por el tema del accidente que había tenido un nene del barrio. Le dije que era el padre de ese pibe y ahí nomás me cedió de manera desinteresada el espacio físico. Me lo dio así, naturalmente. Hicimos los papeles y así empezó este camino que seguimos transitando 33 años después”, graficó Juan.
“Cuando falleció Nieto fui a charlar con la hija, como corresponde, y realizamos la documentación en Tribunales para que se quedara tranquila de que ese espacio siempre estará destinado a contener a los chicos”, enfatiza sin dudar y poniendo a flor de piel la honestidad que lo envuelve.
Ahora le llegó el tiempo de continuar con los trámites y obtener, a través de la gestión de la Dirección de Clubes municipal, la personería jurídica. «Es un paso muy importante que dimos porque es como que tendremos documentos”.
“La Dirección de Clubes nos ayuda mucho. Se portan de diez. Estamos muy contentos por la colaboración y también por habernos guiado a este gran paso que dimos. Pensar que el club nació por un accidente y hoy tiene 33 años de vida”, desprende Juan. “Lo lindo es que siempre hacemos todo a pulmón. Me emociono cuando hablo del Tanque Juniors porque atrás hay una historia dura y nació de mi corazón”, cerró casi entre lágrimas.
“La idea es seguir ayudando y conteniendo a los chicos del barrio”
Alejandro Alegre es el secretario del club y también profesor de la categoría 2014. Hace 8 años que llegó a Tanque y fue el encargado de dar el presente en este momento histórico para el club. “Sí, me tocó llevar la documentación para obtener la personería jurídica. Por suerte, y gracias a la Dirección de Clubes, ya dimos el primer paso. Nos costó mucho hacer esto y ahora queremos disfrutar. Nos vendrá bien por muchas cuestiones tener los papeles en regla”, afirma. y cierra: «Me involucré en Tanque Juniors cuando mi nene jugaba acá. La idea es prosperar, seguir ayudando y conteniendo a los chicos del barrio”.
No caben dudas, Tanque Juniors es mucho más que un sinónimo de barrio Tablada. Nació de una triste historia pero tuvo su final feliz.