El ciclo de especialización, organizado por la Secretaría de Género y Derechos Humanos, contó con la participación de profesionales de Psicología, Derecho y Trabajo Social.
Con un acto de entrega de certificados a las y los profesionales que se capacitaron entre junio de 2021 y agosto 2022, se dio por concluido este ciclo de concurrencias interdisciplinarias sobre violencias de género. Esta capacitación, denominada «Cohorte 2021–2022», organizada por la Municipalidad de Rosario a través de la Secretaría de Género y Derechos Humanos, convocó a profesionales de Psicología, Derecho y Trabajo Social. Además, entre los módulos teóricos se realizaron conversatorios con especialistas.
Una de las etapas de las concurrencias duró 6 meses y fue teórica a través del aula virtual municipal (dictada por primera vez de esta manera). En tanto, las prácticas (ad-honorem) se llevaron a cabo de enero a julio de este año.
Este ciclo de capacitaciones tienen como objetivo brindar herramientas metodológicas para la atención desde las perspectivas de género, diversidad e interseccionalidad, como también recorrer el marco teórico y normativo que sostiene la práctica en la atención de los diferentes dispositivos de la Dirección de Atención y Prevención de las Violencias de Género. Se propone aproximar la teoría hacia la intervención en violencias de género asistiendo a los Servicios de Atención municipales.
Al evento de cierre asistieron las y los profesionales que concluyeron las concurrencias; Mariana Caminotti, secretaria de Género y Derechos Humanos; Mariana Alonso, directora de Atención y Prevención de las Violencias de Género; Lidia Ramírez y Adriana Gerbaudo, psicólogas y docentes coordinadoras, y los equipos de la dirección de atención.
Mariana Caminotti, destacó que «desde la Secretaría de Género se implementa esta capacitación que promueve la reflexión personal y colectiva, a través de intercambios de saberes desde distintas profesiones que abordan la temática, con el objeto de poner en cuestión y visualizar estructuras patriarcales de nuestra sociedad que generan discriminación y desigualdad como génesis de las violencias de género”.
Y agregó: “Con estos objetivos como horizonte se busca que las acciones contemplen restitución de los derechos vulnerados, que cada mujer se instaure en un lugar de autonomía pudiendo desarrollar un proyecto de vida libre de violencias”.
Por su parte, Alonso subrayó: «El espacio de formación y capacitación en atención de las violencias de género, es una instancia importante para la Dirección ya que da cuenta de lo esencial que significa profesionales formados en abordajes de las violencias por motivos de género y capacitados en dar respuestas acordes a las intervenciones específicas de cada uno de los Dispositivos de Atención con los que cuenta la ciudad de Rosario en materia de protección y acompañamiento a personas en situación de violencia por motivos de género. La importancia institucional de formación se manifiesta desde el 2004 hasta la fecha en forma ininterrumpida”.
Y resaltó: “Una nueva cohorte de profesionales formados renueva energías para seguir en este camino de aprendizajes propios, que nos enriquecen”.
En tanto, Lidia Ramírez detalló que “en su mayoría las y los concurrentes valoraron la posibilidad de participar de una formación de calidad, donde pudieron acceder a conocimientos específicos de la atención de las violencias de género, sus abordajes posibles, así como los pilares teóricos donde se cimentan estas prácticas”.
Y en ese sentido, explicó: “El concepto de interseccionalidad, tanto su complejidad teórica como su potencial político y estratégico a la hora de hacer diagnósticos, fue considerado como uno de los principales aportes de este espacio formativo que las y los cursantes han integrado a su bagaje de conocimientos. La mayoría reconoció que no había tenido oportunidad en otras capacitaciones de abordar el concepto desde sus debates antecesores (feminismos disidentes), profundizar en la “Standpont Theory” (conocimiento situado) que integra la mirada interseccional y aplicarlo como categoría de análisis al acompañamiento en la ruta crítica de las personas atendidas”.
Julieta Demarchi, una de las alumnas psicólogas, destacó: “Haber transitado este espacio implicó un atravesamiento subjetivo de transformación, posibilitando no sólo la incorporación de herramientas sumamente valiosas para mi quehacer en el ámbito psi, sino también la construcción de nuevas miradas, en pos de continuar repensando todo lo que las luchas de los feminismos han ido instalando como preguntas a lo largo de la historia. Preguntas que resuenan, incomodan, disputan, problematizan. Preguntas que acarrean un corrimiento de los lugares estancos en los que las más de las veces solemos encontrarnos”.
Julieta Fava, trabajadora Social que finalizó las concurrencias, concluyó que “las temáticas abordadas necesitan del aporte de distintas especificidades y miradas con el fin de restaurar a las víctimas a una vida digna. Mi experiencia me permitió observar la importancia de trabajar al lado de la víctima, trabajar con las mujeres y para las mujeres, teniendo un acompañamiento social, un trabajo centrado en la persona, de manera que sean las propias mujeres quienes, una vez comprendida o identificada su situación, inicien acciones positivas para su recuperación. Ellas son quienes emprenden el camino, y nosotros quienes les acompañamos”.
Antonella Chaparro, psicóloga y también concurrente valoró la capacitación por brindarle “un importante bagaje teórico actualizado acerca de los desarrollos de la perspectiva de género, los derechos humanos, la perspectiva interseccional, la historización de los movimientos feministas, de los movimientos de lucha por los derechos de las personas con discapacidad, o de los pueblos originarios, la problematización sobre las masculinidades; el diálogo con otras disciplinas y profesionales, son herramientas que colaboran en la construcción de una praxis fundamentada, situada, atenta a las problemáticas sociales más acuciantes en nuestro contexto, es decir, a partir de la aprehensión de la propuesta formativa, se generan intervenciones sensibles a la realidad social emergente”. Y agregó: “Los espacios de práctica de la concurrencia me hicieron reflexionar que cada profesional desde su especificidad tiene mucho que aportar, somos agentes de cambio”.
Cabe destacar que las y los participantes de las concurrencias pudieron analizar el compromiso del Estado y observar el trabajo diario en la atención de las violencias de género, cuya complejidad y sistematización era hasta el momento desconocida para ellas.