Plantearon sus opiniones respecto al proyecto de colocación de medidores de agua por departamento en los edificios.
Presidió la reunión desde el Salón de los Acuerdos “Dr. Lisandro de la Torre”, la titular de la comisión, María Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular, a quien acompañó la vicepresidenta, Jesica Pellegrini, de Ciudad Futura-FSP, en tanto por teleconferencia participaron Agapito Blanco, Roy López Molina y Renata Ghilotti, de Cambiemos; Fabrizio Fiatti, de Creo, y Verónica Irizar, del bloque Socialista.
Medidores de agua en departamentos
En el primer tramo de la reunión expusieron representantes de la Asociación Empresarios de la Vivienda y Desarrollos Inmobiliarios (AEV) y de la delegación Rosario de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) respecto al proyecto que presentara el ex edil Horacio Ghirardi, junto al también ex concejal Enrique Estévez y la edila Verónica Irizar, que propicia que “todo nuevo edificio de propiedad horizontal que se construya en el ejido urbano de la ciudad de Rosario deberá contar con medidores de agua potable en cada unidad funcional, sean residenciales u oficinas”.
El titular de la AEV, Leandro Rinaldi, expresó que “ambas entidades compartimos el criterio en relación a la necesidad del cuidado del recurso agua” pero con relación a la iniciativa marcó el problema que ello demandaría, por ejemplo, sobre espacios en los palieres y el diseño de las unidades habitacionales.
Por su parte el vocal titular de la AEV, Pablo Florio, expresó que “es razonable que cada edificio cuente con medidores de agua” pero coincidió en que la instalación “de medidores individuales es sumamente complicado desde el punto de vista técnico” y precisó que al presente “hay lo que nosotros llamamos columnas de bajadas por baños, lavaderos y cocinas y si se instalaran medidores individuales debería ampliarse el diámetro de los caños y las instalaciones en el interior de cada departamento”. En tal sentido mencionó que ello encarecería los proyectos.
Sí se expresó a favor de la instalación de un medidor por edificio y luego prorratear los gastos a través de las expensas. Acerca del medidor individual estimó que “nos parece que el esfuerzo justifique económicamente la instalación”.
En tanto Gisella Minervino, de la CAC, sostuvo el criterio de un medidor por edificio “o si son varias torres uno por cada una y que luego se prorratee el consumo según el plano de mensura de cada departamento”. Agregó que de manera individual es “técnicamente muy complejo, habría más recorrido de cañerías y riesgo mayor de pérdidas de agua”.
Asimismo desde la CAC, Mariano Schort, dijo que “colocar un medidor por departamento hay que sumar un costo adicional al servicio, el de la lectura de cada uno por parte de la empresa Aguas Santafesinas SA (Assa)” y en tal sentido se preguntó si la firma estatal “estaría en condiciones de prestar” la tarea y cuánto personal debería destinar a ello.
En una nueva intervención el arquitecto Florio expresó que “si sumamos más medidores a las plantas bajas, habría una fachada de medidores”.
Mientras que Gustavo Micheletti, también de la CAC, consultó si Assa “está capacitada para colocar la nueva demanda de medidores” y “si hay estadísticos de cuántos deberían instalar”, para marcar que siempre sería en los edificios nuevos.
La concejala Gigiliani hizo referencia a las experiencias de la ciudad santafesina de Sunchales, donde la medición se efectúa a través de ultrasonido, lo que permite realizarlas a distancias, y también sobre Mar del Plata.
Aludieron los representantes de las entidades a la baja densidad de la ciudad de Sunchales.
Al intervenir nuevamente el ingeniero Rinaldi consignó que “los costos terminarían indefectiblemente en aumentar el precio de la vivienda”.
Sobre el final del encuentro la edila Gigliani recordó que sobre el tema están previstas reuniones con la empresa Aguas Santafesinas SA (Assa) y con el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress).
Otras cuestiones
Los concejales analizaron largamente y quedó en estudio un proyecto del concejal Alejandro Rosselló, de Juntos por el Cambio, que propicia la incorporación de la posibilidad de utilizar el sistema de anclajes en la construcción de edificios.
El edil Blanco recordó que “el tema viene muy conversado” y se manifestó a favor de la incorporación de “la autorización expresa del vecino” para la ejecución del trabajo, en cuanto al aspecto técnico dijo que mejora lo relativo a la submuración, dado que este sistema es “una lanza de hormigón armado que es fácilmente removible”.
Insistió en la necesidad de la autorización expresa de los linderos, dado que podrían haber tanques suplementarios o de combustible para generadores que podrían afectarse por el tipo de trabajos. Asimismo, marcó que no lo plantearía para la vereda porque podrían afectar diverso tipo de cañerías.
El concejal Fiatti coincidió respecto al consentimiento expreso.
En tanto la edila Pellegrini se preguntó si podrían convivir los dos sistemas, si un lindero autorizara y otro no.
El edil Blanco en tanto desestimó que la “autorización fuera por el paso del tiempo” desde una notificación. “Es una locura”, sostuvo.
El concejal López Molina mencionó la necesidad de la autorización, dado que “no se puede intervenir en el fundo lindante”, de acuerdo a lo establecido en la Constitución Nacional y en los artículos 1944 y 1945 del Código Civil y Comercial.
La concejala Gigliani, por su parte, no descartó la realización de una reunión conjunta de las comisiones de Planeamiento y de Gobierno para analizar el tema, que quedó en estudio.
Quedaron también en análisis mensajes del Departamento Ejecutivo sobre convenios con desarrolladores e iniciativas de ediles sobre donación diferida de suelo para usos productivos y la creación de la Agencia de Justicia Urbanística y el Tribunal de Faltas Urbanísticas, al igual que sobre la construcción de salones de usos múltiples en terrazas de edificios.