Desde la Secretaría de la Mujer del Partido Justicialista -Santa Fe conmemoramos una fecha especial para todos los argentinos y para toda América Latina: un 26 de julio de 1952, a las 20.25 hs, María Eva Duarte, la mujer a la que el pueblo llamaba Evita, dejaba este mundo y pasaba a la inmortalidad.
Dijo alguna vez Jorge Taiana: “…mucha gente tiene en su vida grandes amores o grandes vocaciones pero, cuando se acerca el momento de la muerte, esos amores se apagan. Y es lógico, pues predomina el instinto de conservación y se repliegan sobre sí mismos. Ella, en cambio, murió expandida sobre los niños, sobre la gente, sobre los “cabecitas negras”, demostrando, a mi juicio, una vez más, la autenticidad de su pasión.”
El sábado 26 de julio hacía frío y llovía cuando se informó por la cadena de radiodifusión: “Cumple la Subsecretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación el penosisimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 horas ha fallecido la señora Eva Perón, Jefa espiritual de la Nación. Los restos de la señora Eva Perón serán conducidos mañana al Ministerio de Trabajo y Previsión en donde se instalará la capilla ardiente.”
Una muchedumbre desconsolada comenzó a acercarse para despedirla. Se formaban en colas que llegaban a cubrir 35 cuadras, con paraguas, silenciosos, los que tanto habían rezado por su salud, madres con sus hijos, ancianos, curtidos trabajadores, todos llorando, querían besarla por última vez. El cuerpo de Evita fue trasladado a la CGT y allí permaneció hasta diciembre de 1955 cuando un grupo comando, por orden del Presidente de facto, secuestró el cadáver del que no se supo nada por 16 años.
Hoy, más que nunca, debemos levantar su bandera y llevarla a la victoria. Desde la Secretaría de la Mujer del PJ-Santa Fe la recordamos con agradecimiento y con amor y queremos celebrar su gloriosa vida.