La ceremonia tuvo lugar este mediodía en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada, en reconocimiento y homenaje por los 45 años de lucha en la defensa de los derechos humanos.
El presidente Alberto Fernández, junto al secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, encabezó el acto en el que fueron distinguidas Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; Lita Boitano, presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas; y Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, en representación de las 71 Madres y Abuelas que viven en el país.
“Estamos felices de poder hacer este homenaje. Las Madres y Abuelas tuvieron un rol fundamental en el peor momento del terrorismo de Estado, fueron un pilar y gracias a eso, la Argentina hoy tiene políticas de Memoria, Verdad y Justicia”, señaló en la apertura del encuentro el secretario Horacio Pietragalla Corti. “Nosotros soñamos que nuestros nietos y nuestras nietas hablen de las Madres y de las Abuelas como se habla de San Martín, de Belgrano, de Juana Azurduy, porque creo que tienen ese lugar. La historia las va a poner en ese lugar”, concluyó.
Por su parte, el presidente Fernández se refirió al significado del premio “Juana Azurduy”, cuya creación lleva su firma junto a la de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner: «Es el reconocimiento de una sociedad que tiene memoria que recuerda y que sabe que en el medio de la tragedia argentina hubo un grupo de mujeres con el coraje que la sociedad no tuvo. Gracias Abuelas, gracias Madres, las quiero mucho».
Al momento de recibir su distinción, Lita Boitano le agradeció “a la vida estar viva para poder estar acá” y llamó a “no dejar nunca de luchar para que esto no se repita». En tanto que Taty Almeida le dedicó el premio a su hijo Alejandro y a los 30.000 desaparecidos. «Este año no vamos a salir a la calle porque los organismos de derechos humanos cuidamos la vida, pero ha habido una creatividad maravillosa. Este miércoles, pongan pañuelos en las plazas, en los balcones porque los pañuelos son los 30.000”, exclamó.
En el cierre de la actividad, Estela de Carlotto apeló al concepto de unidad para afrontar los problemas del país: “Llevamos el período más largo de democracia y hay que cuidarla”. En este sentido, señaló: «nos han querido hacer perder la memoria, pero la historia no está escrita todavía y tenemos que conseguir la verdad absoluta para juzgar con la ley. La palabra venganza no existe en nuestro corazón. Tenemos amor».
El evento fue seguido por más de 40 Madres y Abuelas que estuvieron conectadas a través de la plataforma Zoom desde diferentes puntos del país, y que también se hicieron acreedoras del reconocimiento oficial por parte del Estado nacional.