El trabajo esencial de los centros de Convivencia Barrial durante la pandemia

Con una fuerte presencia en los barrios, la atención y contención social se rediseñaron en el marco del programa municipal Rosario cuida a sus barrios.

La Municipalidad de Rosario, a través de la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat, sostuvo desde el inicio de la pandemia la presencia del Estado en el territorio, materializada en los centros de Convivencia Barrial. Con la puesta en marcha del programa Rosario cuida a sus barrios, se concentró en los CCB la atención y contención social con el objetivo de seguir garantizando actividades fundamentales como la asistencia alimentaria y la intervención e inclusión de las familias, y adultas y adultos mayores.

Durante la fase del aislamiento social, preventivo y obligatorio, en los CCB se establecieron guardias que garantizaron todas las actividades fundamentales que se desarrollaban habitualmente. Ya en la segunda etapa, se retomaron las acciones con diferentes propuestas destinadas a la primera y segunda infancia, y otras específicas dirigidas a los jóvenes, apuntando a sostener el vínculo con las vecinas y vecinos. A su vez, en cuanto comenzó la circulación comunitaria del virus, se dispusieron equipos de trabajo en burbujas.

El secretario de Desarrollo Humano y Hábitat, Nicolás Gianelloni, señaló al referirse al trabajo realizado en estos dispositivos: “En este contexto de crisis y complejidad, los centros de convivencia barrial se consolidaron como espacios territoriales de referencia y, por sobre todo, de cuidado y atención integral de la población en situación de vulnerabilidad. Son los espacios en que el Estado local brinda información y propicia encuentros para mantener el vínculo con el fin de asistir, tanto en lo alimentario y en cuanto a necesidades básicas, como también desde la educación, la capacitación y la recreación”.

En el marco de la pandemia, las propuestas socioeducativas y socioalimentarias para la infancia adquirieron un rol medular en la vida de los CCB, constituyéndose en una red de sostén en la que las familias se insertaron, conformando apoyos para complementar y fortalecer la tarea del cuidado y la crianza.

La ayuda alimentaria se realiza mensualmente para las familias de los niños y niñas que asistían habitualmente a las actividades en el mencionado espacio, y desde lo socioeducativo se entregan las cajas Cuidar a una población determinada de cada barrio.

A estas instancias se suman diferentes estrategias de cuidado para fortalecer los vínculos de las vecinas y vecinos con los CCB y los equipos municipales, y así desarrollar acciones conjuntas que promuevan el cuidado de las familias.

Las cajas Cuidar fueron el resultado de un aporte de la Subsecretaría de Economía Social, en el que se vinculó a los emprendedores sociales del Municipio a propuestas lúdicas para desarrollar la imaginación, la creatividad, la motricidad y el lazo en la primera infancia. A su vez, en una propuesta articulada con la Secretaría de Cultura y Educación, se entregaron 1.800 muñecos de tela para acompañar las emociones, para abrazar y para jugar, inventando formas para estar juntos en pandemia.

Andrea Fortunio, coordinadora de Políticas Socioeducativas, destacó al respecto: «La caja Cuidar permitió que pudieran llegar juguetes artesanales que la familias no sabían que existían. Por ejemplo, el balero, el trompo, el tatetí hecho en madera, los títeres de dedos, fueron recursos muy valiosos que les proporcionaron a chicas y chicos experiencias que tienen que ver con la sensibilidad y la motricidad, permitiéndoles pensar y trabajar la creatividad de otra manera”.

 

Ludoteca, mandalas y redes de comunicación

En pequeños encuentros o mediante sus familiares y también utilizando recursos tecnológicos accesibles, los niños y las niñas referenciados a las instituciones municipales territoriales recibieron mensajes y actividades por parte de sus educadores. A través de las redes de comunicación vigentes se distribuyen recetas, canciones e ideas para, con pocos elementos, entretenerse en casa.

Gabriela y Antonella, educadores de primera infancia del CCB Rucci, comparten que a pesar de tratarse de un año complicado, en el que sólo pudieron tener dos días en la sala de adaptación con las niñas y los niños antes de que empiece la pandemia, siempre pudieron sostener el contacto con las familias por medio de grupos de WhatsApp, enviando actividades semanales y mensuales, además de coordinar la entrega presencial de la caja Cuidar, los muñecos de emociones y las cajas de alimentos a adultas y adultos mayores, entre otros recursos. “Tuvimos que incorporar hábitos totalmente nuevos, utilizar estrategias para mantener el vínculo con las familias, y hoy en día tenemos un grupo muy presente y espectante de nuestra comunicación”, agregó Gabriela.

En el sudoeste de la ciudad, desde los CCB Tio Rolo, Las Flores Este y Barrio Plata, se implementó el proyecto Modos de la cercanía en el sudoeste, que a partir de propuestas específicas apunta a resignificar el juego en casa, el juego como derecho humano de la infancia, poniendo en valor los juguetes artesanales. A su vez, se trabajó a través del dibujo, la pintura y la lectura, tratando de reafirmar con los adultos referentes el concepto del cuidado y, como una de las cuestiones fundamentales, la de limitar el uso abusivo de los aparatos tecnológicos.

Laura Martínez, educadora de segunda infancia de Tío Rolo, comparte su experiencia: «La finalidad es el acercamiento a las familias, a través de la charla con el niño y obviamente con la familia, también seguir impulsando el juego. Nosotros en la Ludoteca siempre hemos trabajado la pertenencia, que tengan algo propio, el contacto con el arte, desplegar ahí alguna técnica artística y tener en un espacio de su casa algo propio. También les entregamos unas mandalas para pintar, con el fin de despertar la creatividad, liberar tensiones, colaborar con la relajación , la paciencia y también ayudar a reconocer emociones».

En el Centro de Convivencia Barrial La Lagunita, además de sostener el contacto telefónico y virtual, se trabajó con artes plásticas a partir de material reciclable, con la idea de implementar diversas técnicas de reconocidos pintores, entre ellos Berni y Picasso, mediatizado por un momento lúdico para seguir interactuando con las familias en estos tiempos diferentes. La propuesta sostiene mantener la distancia física sin que se convierta en distancia social.

 

Rosario cuida a sus barrios

El programa está específicamente dirigido a intensificar las acciones del municipio en el territorio, readecuando las propuestas socioeducativas y consolidando el trabajo con las organizaciones sociales en el marco de las acciones de prevención por la pandemia del Covid-19.

La puesta en marcha de Rosario cuida a sus barrios contempla, dentro de sus distintas aplicaciones, la readecuación de los dispositivos para niñas y niños de 0 a 3 años en los centros en los centros de convivencia y centros de salud, así como un cambio de perspectiva en las propuestas socioeducativas de primera y segunda infancia. Además, se reformuló la propuesta alimentaria –especialmente para niñas y niños de 0 a 3 años-. Así, el municipio fortalece la red institucional que trabaja en la ciudad con la población más vulnerable que son los adultos mayores y los niños y niñas.