El alemán Wolfgang Wengenroth dirigirá el nuevo concierto de la Sinfónica rosarina

La Orquesta provincial se presentará el próximo jueves 15 de agosto, a las 20, en el Teatro El Círculo (Laprida y Mendoza, Rosario), con un programa que incluirá obras de los compositores Anatoli Liadov, Serguéi Prokófiev y Max Reger. Las entradas se podrán retirar desde el martes 13 de agosto.

La Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario, dependiente del Ministerio de Cultura de Santa Fe, brindará un nuevo concierto de temporada en el Teatro El Círculo, esta vez bajo la conducción del director invitado Wolfgang Wengenroth. El programa incluirá el poema sinfónico «El Lago encantado op. 62» del compositor Anatoli Liadov y el «Concierto N°2 para violín» del compositor Serguéi Prokófiev con la participación, en calidad de solista, del concertino de la Orquesta Gustavo Di Giannantonio. Por último, el programa se completará con las «Variaciones y Fuga sobre un tema de Mozart» de Max Reger.

En relación al programa elegido para esta presentación, Wolfgang Wengenroth estableció un punto de encuentro entre las tres obras elegidas: «Aunque estas tres obras pertenecen a compositores y épocas diferentes, todas comparten un enfoque en la transformación y evocación de elementos preexistentes, ya sea un tema, una imagen o un estilo. Liádov, Prokófiev y Reger muestran una conexión con la tradición, ya sea a través de la evocación de la naturaleza, la exploración de la forma clásica del concierto, o la transformación de un tema de Mozart.

Además, cada compositor utiliza su habilidad para orquestar y desarrollar material temático de manera original, creando obras que, aunque enraizadas en el pasado, ofrecen nuevas perspectivas y experiencias musicales».

Además, el director invitado, dio detalles y precisiones sobre las tres obras: «‘El Lago Encantado’ es un poema sinfónico compuesto por Anatoli Liádov en 1909. Esta obra es un excelente ejemplo del estilo impresionista ruso, que busca evocar imágenes vívidas de la naturaleza a través de la música. Liádov utiliza una orquestación sutil y refinada para crear un paisaje sonoro etéreo y misterioso, que captura la serenidad y el encanto de un lago mítico. La pieza se caracteriza por su atmósfera tranquila y su rica paleta tonal, lograda mediante el uso de texturas delicadas y una armonía evocadora. Es una de las obras más representativas del enfoque lírico y pintoresco de Liádov hacia la música, revelando su habilidad para crear mundos sonoros llenos de magia y poesía».

Sobre la obra Serguéi Prokófiev manifestó: «‘El Concierto para violín n.º 2’, compuesto en 1935, es una obra central en el repertorio para violín del siglo XX. Prokófiev logra un equilibrio entre el virtuosismo técnico y la expresión lírica, presentando un concierto que es a la vez exigente y profundamente emotivo. El primer movimiento, con su tema principal melódico y rítmicamente incisivo, es seguido por un Andante assai de gran lirismo, que contrasta con la energía y el carácter danzante del movimiento final.

Esta obra refleja la capacidad de Prokófiev para combinar elementos del clasicismo con su estilo personal, caracterizado por la claridad formal, la originalidad melódica y la inventiva armónica. El concierto fue compuesto durante una época en la que Prokófiev estaba retomando un enfoque más melódico y accesible en su música, lo que se refleja en la elegancia y la belleza de esta obra».

Como cierre sobre «Variaciones y Fuga sobre un tema de Mozart» dijo: «Estas obras compuestas por Max Reger en 1914 son de las más importantes de su producción orquestal. Basadas en el tema del primer movimiento de la ‘Sonata para piano n.º 11’ de Mozart, estas variaciones demuestran el profundo respeto de Reger por los maestros clásicos, a la vez que ilustran su capacidad para transformar un material temático en una obra completamente nueva.

A través de una serie de variaciones que exploran diferentes estados de ánimo, texturas y técnicas compositivas, Reger lleva el tema mozartiano a nuevas dimensiones, culminando en una fuga majestuosa que resalta su dominio contrapuntístico. La obra es un homenaje a la tradición clásica y al mismo tiempo una declaración de la voz individual de Reger, que combina la complejidad estructural con una profunda expresividad».