Distinguieron al fabricante de calesitas Raúl Dalmaso

Se trata de Raúl Dalmaso, quien recibió con mucha emoción el reconocimiento por “su innegable contribución al desarrollo de la producción y economía local”.

En un emotivo acto, Raúl Dalmaso fue declarado Empresario Distinguido de Rosario por su histórica trayectoria en la administración, fabricación y venta de calesitas y carruseles. Además, se destacó “su innegable contribución al desarrollo de la producción y economía local”, trayectoria que se inició hace 70 años.

El proyecto de distinción fue presentado por Mónica Ferrero, del bloque Socialista, acompañada por Verónica Irizar, de la misma bancada. También rubricaron la iniciativa la presidenta del cuerpo María Eugenia Schmuck y Ciro Seisas, de Arriba Rosario, y Susana Rueda, de Rosario Progresista.

Hacia el inicio del acto protocolar, la autora de la iniciativa reconoció el esfuerzo y compromiso de Dalmaso en el empresariado local, tradición que mantiene desde la primera calesita que instaló hace 70 años y hoy continúan sus hijos y nietos. “Varias generaciones hemos disfrutado esas maravillosas calesitas que nos llenaron de felicidad”, afirmó en discurso.

Junto a Ferrero, en el acto que se realizó en el recinto de sesiones “Raúl Ricardo Alfonsín” estuvieron presentes su compañera Irizar, y Carlos Cardozo, de Unión Pro-Juntos por el Cambio.

Muy conmovido, Dalmaso dejó su lugar en el palco de honor que ocupaba con su esposa Nélida y sus hijos Omar y Sergio, y se dirigió a los allegados, familiares y otras personas que estaban en las bancas.

Así, agradeció el acompañamiento de todos los presentes en el acto, además de reconocer a las autoridades del cuerpo y concejales por la distinción. Y cerró sus palabras con un ¡Viva Argentina!.

Trayectoria

En 1936, los hermanos Sequalino fundaron en nuestra ciudad, la primera fábrica de calesitas del país, en tanto Dalmaso continuó la tradición, convirtiéndose en heredero y constructor del mismo legado

En 2011, el Concejo Municipal declaró Patrimonio Histórico de Rosario a las calesitas y carruseles, poniendo en valor su contribución a la construcción identitaria de la ciudad.

En los inicios de su emprendimiento, Dalmaso debió vender su propia casa para la adquisición de la primera calesita en Alta Gracia, Córdoba. La instaló en la intersección de calles Río de Janeiro y Córdoba, hace 70 años.

Según relató el propio empresario en entrevistas, por aquellos tiempos él trabajaba en el ferrocarril y durante un viaje que realizó a Córdoba, se inspiró en la idea cuando vio una calesita. “Le cuento al dueño que me encantan y que es mi sueño, y meses después me escribe una carta diciéndome que me la vendía”, expresó en una nota publicada por el diario «La Capital».

El pequeño emprendimiento familiar fue creciendo hasta contar hoy con una empresa que fabrica sus propias calesitas y repuestos para la venta, no sólo en el mercado interno sino también externo.

Al mismo tiempo, actualmente continúan con la administración de la mayoría de las calesitas y carruseles que funcionan en la ciudad, entre las que se encuentran aquellas situadas en cercanías al Monumento Nacional de Rosario, los parques Hipólito Yrigoyen, Alem y Urquiza. Además, hay calesitas emplazadas en Funes y en Granadero Baigorria.

Según señala la autora en el texto del proyecto “Dalmaso supo transmitir su pasión por las calesitas y juegos infantiles a su hijo Sergio, quien hoy se encuentra al frente de un negocio caracterizado por el esfuerzo y la capacidad de reinvención e innovación constante”.

Además de la administración de la mayoría de las calesitas y carruseles en la ciudad y la instalación de la fábrica, cuentan con salones de fiestas infantiles distribuidos en el centro, norte y oeste de la ciudad. Esas estrategias han diversificado el rubro y generado trabajo genuino.

Las calesitas y carruseles no sólo se han transmitido generacionalmente en la familia Dalmaso, sino que, resistiendo los embates del tiempo y los avances tecnológicos, árboles genealógicos completos han disfrutado y disfrutan estos juegos que son parte de la memoria colectiva de muchas familias rosarinas.