Clara Rohner es una de las únicas dos remeras rosarinas que llegaron a ser parte de un Juego Olímpico. Hoy, enseña y marca el camino de los más jóvenes de los seleccionados.
En medio de barrancas, miradores y naturaleza, el río Paraná fue testigo del nacimiento de grandes remeros que más tarde llevaron su talento y pasión por el mundo. Desde Justo Pellejero, el recordado Alberto Demiddi o Hugo Aberastegui, hasta Mario Cejas y Gustavo Pacheco. Históricamente el remo siempre fue protagonista en la ciudad. No por nada es una de las disciplinas que más cantidad de deportistas locales le aportó a la historia argentina en Juegos Olímpicos. Sin embargo, de los 44 atletas rosarinos que tienen escrito su nombre en el libro olímpico, solo dos son mujeres: María Gabriela Brest y Clara Rohner, quien tras retirarse de la actividad en 2016 se convirtió en la primera mujer en entrenar al equipo nacional de remo y hoy trabaja con el seleccionado argentino en el proceso de los Juegos Olímpicos de la Juventud Dakar 2022.
A pesar de desarrollarse en un ámbito deportivo profesional en el que la presencia masculina es mayor, el currículum de Rohner incluye los Juegos Olímpicos de Londres 2012, campeonatos argentinos, panamericanos, mundiales y sudamericanos. “Es un deporte donde predomina el sexo masculino, también por las características del deporte, pero no quiere decir que una mujer no lo pueda hacer. Considero que cualquier persona que tenga determinación y pasión por lo que hace puede lograr lo que se ponga como objetivo”, indicó la remera.
“A pesar de tener más importancia en varones, mi perfil me llevó a poder alcanzar los objetivos. Todos los entrenadores y compañeros que tuve siempre me hicieron sentir cómoda. Eso es lo importante: compartir los valores que el deporte nos da, hacer docencia en cada espacio que transitamos y capacitarnos para formar de la mejor manera a las más jóvenes”, agregó la entrenadora del club Remeros Alberdi.
Más allá de que la costa norte de Rosario es su lugar en el mundo, el primer contacto de Rohner con el remo llegó casi de casualidad. “La primera vez que me subí a un bote fue en 2001, yo hacía otro deporte, hacía patín. En el club me invitaron a remar porque me veían condiciones. Desde el primer día que me subí a un bote sentí la combinación del entrenamiento con el río Paraná y la naturaleza, y desde ese momento no me bajé más”, contó.
Y dejó su parecer sobre porqué la ciudad se ganó su lugar en la historia grande del remo mundial. “En Rosario tenemos muchos clubes y esto tiene que ver. También creo que en el río es importante y todos los rosarinos disfrutamos mucho de las actividades náuticas. Es esa pasión que se va transmitiendo de generación en generación, tenemos muchos ex remeros olímpicos como un legado que pasa de año a año. Lo considero una herencia”.
Con el correr de los años, Rohner se transformó en una referente para todas aquellas chicas que recién se inician en el deporte. “Lo importante es la pasión por hacer, saber a dónde queremos llegar y mantener los valores a la hora de enseñarles a los chicos”, manifestó, al tiempo que quiso dejar su mensaje por Día Internacional de la Mujer que se conmemora este domingo: “La mujer tiene un montón de cosas para dar. ¡Pregunten! Siempre nos vamos a equivocar, pero hay que tener esa chispa para ser la mejor versión de nosotras mismas”.