Un nuevo informe “Directores de escuela secundaria: ¿quiénes son y qué piensan?”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Viviana Postay (Instituto de Enseñanza Secundaria y Superior de Villa Carlos Paz), Gabriela Catri y Martín Nistal (Observatorio de Argentinos por la Educación).
Con motivo del Día del Maestro, el documento describe algunas características de los directores de escuela secundaria e indaga en qué piensan sobre los principales problemas que obstaculizan la enseñanza y el aprendizaje, a partir de la información proporcionada por los propios directores en las pruebas Aprender 2019 (las últimas realizadas en el nivel secundario).
Entre otros aspectos el informe destaca que:
· El 75,4% de los directores de escuelas secundarias estatales son interinos o suplentes, mientras que solo el 21,8% son titulares de su cargo. Por el contrario, en las escuelas privadas el 87% de los directores son titulares, lo que les asegura mayor estabilidad en el cargo y, por lo tanto, condiciones para liderar la mejora escolar en sus instituciones.
· El 33,4% de los directores son varones, mientras que el 66,6% restante son mujeres. La edad promedio, en ambos casos, es 48 años.
· El 28,9% de los directores de escuela privada tienen más de 10 años en el cargo en esa escuela, mientras que este número desciende a 14% entre los directores de escuelas estatales. En las escuelas estatales, el 34,4% de los directores llevan menos de dos años en el cargo; esta cifra desciende al 23,6% en las escuelas privadas.
Esa inestabilidad en el cargo puede ser un obstáculo para la mejora educativa. En escuelas privadas, en cambio, casi 9 de cada 10 directores son titulares. Además, en las escuelas privadas los directores tienen en promedio más antigüedad. En la gestión estatal, la mayoría accede al cargo por concurso o puntaje, pero en las privadas rigen otros mecanismos.
El 75,4% de los directores de escuelas secundarias estatales son interinos o suplentes, mientras que solo el 21,8% son titulares de su cargo. Por el contrario, en las escuelas privadas el 87% de los directores son titulares, lo que les asegura mayor estabilidad en el cargo y, por lo tanto, condiciones para liderar la mejora escolar en sus instituciones.
Los datos surgen del informe “Directores de escuela secundaria: ¿quiénes son y qué piensan?”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Viviana Postay (Instituto de Enseñanza Secundaria y Superior de Villa Carlos Paz), Gabriela Catri y Martín Nistal (Observatorio de Argentinos por la Educación). Con motivo del Día del Maestro, el documento describe algunas características de los directores de escuela secundaria e indaga en qué piensan sobre los principales problemas que obstaculizan la enseñanza y el aprendizaje, a partir de la información proporcionada por los propios directores en las pruebas Aprender 2019 (las últimas realizadas en el nivel secundario).
En las escuelas secundarias argentinas, el 33,4% de los directores son varones, mientras que el 66,6% restante son mujeres. La edad promedio, en ambos casos, es 48 años.
Las escuelas privadas cuentan, en general, con directores con más antigüedad que las escuelas estatales. El 28,9% de los directores de escuela privada tienen más de 10 años en el cargo en esa escuela, mientras que este número desciende a 14% entre los directores de escuelas estatales. En las escuelas estatales, el 34,4% de los directores llevan menos de dos años en el cargo; esta cifra desciende al 23,6% en las escuelas privadas.
“El informe presenta datos que vuelven a poner sobre el tapete la cuestión de la privatización de la educación, con la consecuente construcción de circuitos diferenciados en la educación secundaria. Una vez más constatamos profundas desigualdades que afectan a la educación de los adolescentes en nuestro país y que interpelan seriamente las políticas públicas”, señala Viviana Postay, coautora del informe.
Formación y acceso al cargo
En cuanto a la formación, la mitad de los directores de escuelas privadas (50,1%) tienen título universitario, mientras que en las escuelas estatales la cifra es 34,7%. En ambos tipos de gestión predominan los directores con título superior no universitario (67,6% en estatal y 57,4% en privada). 2 de cada 10 directores de escuela privada (19,4%) tienen posgrado universitario; la cifra desciende al 11,2% entre los directores de escuelas estatales.
El acceso al cargo difiere en ambos tipos de gestión. En las escuelas estatales, los directores accedieron a su cargo principalmente por concurso (54,3%), seguido por el puntaje (29,8%). En el sector privado, en cambio, predominan otros procesos de selección (69,9%), y solo el 22% de los directores accedieron a su cargo por concurso.
“Los directores del sector privado poseen mayor margen de maniobra en sus decisiones, pueden tomar y despedir docentes, contratar capacitaciones a medida. Es entendible, entonces, que este alto nivel de discrecionalidad se vea también reflejado en las designaciones de las personas para los puestos de directores. Por el contrario, los directores del sector estatal se encuentran atados de pies y manos respecto de estas mismas decisiones y acceden por concurso, con mayor o menor grado de transparencia en el proceso”, reflexiona Verónica Gottau, investigadora asociada del CEPE en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).
“Una vez más quedan expuestas las limitaciones de los directores de escuelas estatales en cuanto a la autonomía del proyecto institucional. En este escenario cabe preguntarnos por qué seguir limitando las funciones del director de escuela pública, quien hoy no participa ni mínimamente en la contratación de los docentes de la escuela que dirige, mientras a los directores de escuelas privadas sí se les asegura esa posibilidad, aun cuando los docentes que contraten sean financiados por el Estado”, plantea Mariano Narodowski, profesor de la UTDT y académico asociado de Argentinos por la Educación.
Problemáticas cotidianas en la escuela
Al ser consultados sobre diferentes problemáticas que afectan el aprendizaje y la enseñanza, los directores de escuelas secundarias estatales y privadas difieren en algunas percepciones. El ausentismo e impuntualidad de los estudiantes, la inadecuación de las instalaciones y equipamientos, y la debilidad del vínculo entre las familias y la escuela preocupan especialmente a los directores de escuelas estatales.
Además, los directores de gestión estatal se muestran más preocupados que sus pares de gestión privada por cuestiones como el ausentismo docente, la convivencia escolar, la falta de actualización docente, la rotación docente durante el ciclo lectivo y la suspensión de clases.
Bernardo Blejmar, especialista en gestión escolar, propone una serie de interrogantes para seguir reflexionando sobre el rol de los directores: “¿Cómo es y cómo debería ser la formación para este rol de gobierno? ¿Con qué criterios deberían ser elegidos los futuros directores? ¿Cuáles son y cuáles deberían ser las condiciones umbral para el buen desempeño del rol? ¿Cómo es y cómo debería ser esa gestión colectiva? ¿Cuál es el tiempo deseable en la permanencia de un directivo para la generación de un proyecto educativo sustentable? ¿Qué tipo de sostén, contención y retroalimentación reciben y cuáles deberían recibir por parte de las políticas públicas?”.
Preocupa la baja de indicadores educativos en la región para alcanzar las metas del 2030
La baja de la tasa de egreso del secundario, el incremento de las brechas en el terciario y la reducción de la inversión entre el 2015 y el 2021 en América latina y el Caribe ponen en riesgo el alcance de las metas de desarrollo sostenible que la ONU fijó para el 2030 en la región, según un informe de Unesco, la Cepal y Unicef.
Estos datos del informe regional fue considerado este año en la llamada Declaración de Buenos Aires, en la que los ministros de 15 países de la región «reconocieron la dificultad existente para avanzar en las metas 2030» y asumieron «la necesidad de impulsar una transformación profunda» en sus sistemas, indicó la Unesco.
El informe «La encrucijada de la educación en América Latina y el Caribe. Informe regional de monitoreo ODS4-Educación 2030» fue lanzada hoy por los tres organismos internacionales en el marco del Día Internacional de la Alfabetización.
El documento sintetiza el ciclo de 2015 a 2021 en cinco grandes tendencias regionales. Las primeras dos destacan aspectos positivos en la evolución de algunos indicadores educativos y las restantes un estancamiento o reducción.
El informe revela que la tasa de finalización de la escuela secundaria registró un incremento de 1,9 puntos en el primer ciclo de la secundaria y de 2,1 del segundo ciclo entre el 2015 y 2020 cuando en el período 2010-2015 había sido de 6,1 y 6, respectivamente.
También se incrementaron las brechas en el nivel terciario que, si bien registró una expansión con la incorporación de 17 millones de estudiantes, ese incremento fue desigual, mientras que en la educación superior aumentó la brecha de acceso por nivel socioeconómico, que favoreció casi exclusivamente a sectores medios y altos.
En cuanto a los logros de aprendizaje hubo un descenso producto del impacto de la pandemia. Entre las pruebas del estudio Erce 2019 de la Unesco y la Terce 2013, la región no logró mejorar en las áreas de lectura, matemáticas y ciencias, lo que sí había ocurrido entre 2006 y 2013.
Respecto al financiamiento, el informe asegura que 15 países de América Latina y el Caribe redujeron su inversión pública en educación desde 2015 y que ese estancamiento se acrecentó con la crisis de la Covid-19.
En este sentido destacó el informe señala que entre 2015 y 2019, el gasto educativo como porcentaje del gasto público total cayó del 16,1% al 15,4% en la región y, en relación al PIB, cayó del 4,5% al 4,3%.
Entre los avances detectados en la región se ratifica la continuidad en el crecimiento generalizado del nivel educativo de la población, tanto en los niveles de alfabetización de los adultos y en el máximo nivel educativo alcanzado por la población.
Según los especialistas en los últimos diez años la cantidad de analfabetos se redujo en 7,7 millones, aunque en las zonas rurales el 12,8% de la población joven y adulta es aún analfabeta.
También se destaca el incremento del acceso al nivel preprimario, más marcado en los sectores rurales y en el quintil de la población con menores ingresos.
Por otra parte, la proporción de estudiantes con edades mayores a la esperadas en el nivel primario disminuyó del 14,4 al 7,8 entre 2000 y 2020, mientras que en la educación secundaria cayó del 18 al 13 entre 2010 y 2020.
Claudia Uribe, directora regional de Unesco indicó que «la evidencia muestra algunas noticias positivas, pero refuerza la apremiante necesidad de una mayor inversión y capacidades estatales para conducir los procesos de mejora y transformación sistémica de la educación para acelerar el avance en las metas educativas establecidas en 2015».
En la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, que tendrá lugar el 19 de septiembre próximo en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, se analizarán los esfuerzos mundiales para recuperar las pérdidas de aprendizaje por la pandemia y para alcanzar las metas establecidas por la ONU para el 2030.