Rosario.
La ciudad vive uno de los momentos más difíciles desde que comenzó la pandemia del coronavirus, ya superó los 5.000 casos de contagios y tuvo que retroceder una fase, suspendiendo todas las actividades habilitadas durante el “aislamiento social, preventivo y obligatorio” .
El Intendente de la ciudad Pablo Javkin, tras escuchar los anuncios del gobernador de la provincia Omar Perotti de las nuevas medidas, señaló que “Hemos visto en estos últimos días un problema muy grave en la velocidad del virus, de los contagios”. Resaltó “Debemos tomar decisiones con responsabilidad, equilibrando la salud, el trabajo, la economía, la producción, y las libertades, entendiendo que es lo que hay que priorizar en cada momento”.
El gobernador suspendido el comercio mayorista y minorista de venta de mercaderías de rubros no esenciales, y la apertura de locales gastronómicos (bares, restaurantes, rotiserías, heladerías, y de venta de productos alimenticios), pudiendo estas solo funcionar bajo la modalidad exclusivamente para envíos a domicilio y hasta las 22 horas con el servicio para llevar (take away).
Además, las actividades comerciales de shoppings; el ejercicio de profesiones liberales y los servicios de personal doméstico. Además, no podrán realizase actividades religiosas; obras privadas y actividades administrativas. Tampoco podrán practicarse actividades deportivas y físicas en instalaciones cerradas (clubes o gimnasios) o en espacios públicos al aire libre. Además, queda suspendida la pesca deportiva.
También, suspenden los servicios de peluquería, manicuría, cosmetología, y podología. Los museos, bibliotecas y lugares recreativos deberán permanecer cerrados, así como también las salas de ensayo y la enseñanza de disciplinas artísticas.
Sin embargo, este domingo en los alrededores y barrios en la ciudad el panorama fue distinto al del centro donde hubo mayores controles, centralizando el problema en este sector de la ciudad.
En las banquinas de avenida de Circunvalación a la altura del supermercado Carrefour se venían vehículos al costado de la misma con familias tomando compartiendo mate y disfrutando del espacio público e inhalando el humo de los caños de escape de los rodados.
En una canchita ubicada en el Fonavi de Donado y Mendoza jugando un “Picadito” de barrio. Fueron numerosos los reclamos que hicieron muchos rosarinos sobre que sucedía en las periferias de la ciudad de Rosario.
Esperemos que las autoridades realicen controles más exhaustivos en distintos puntos de la ciudad por el bien de la salud de la comunidad rosarina.