Fuerzas conjuntas de Gendarmería Nacional y Fuerza Policial Antinarcotráfico desarticularon la banda narco de “Yiyo”: ofrecía un bono extra a sus sicarios por acertar un tiro en la cara a sus víctimas. La banda funcionaba en Santa Fe y Córdoba, y era dirigida desde la cárcel de Ezeiza. Hay 18 detenidos.
La banda narco era liderada desde el penal de Ezeiza por Evelio Horacio “Yiyo” Ramallo, condenado por distintos delitos de narcotráfico y homicidios, investigado por un sinnúmero de asesinatos, vinculado la banda de Los Monos, un preso de alta peligrosidad, detenido en Marcos Paz y trasladado al penal de Ezeiza hace pocos meses; conocido por ofrecer un bono extra a sus sicarios por acertar un tiro en la cara.
Un espectacular operativo que contó con 46 allanamientos en Córdoba y Santa Fe y la requisa de las celdas de Evelio Horacio “Yiyo” Ramallo, en Ezeiza, y de su ex pareja y socia detenida en el Penal de Mujeres de Rosario, fue el resultado de arduas investigaciones que llevaron a cabo de manera conjunta la Fiscalía Federal de San Francisco, dependiente de María Schianni; la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR); la Fiscalía de Lucha Contra el Narcotráfico de San Francisco; y la Fiscalía de la Acusación de Santa Fe. Como resultado del procedimiento, 18 personas fueron detenidas.
Este viernes se realizaron 21 allanamientos en las localidades cordobesas de Morteros, Brinkmann y Porteña, en los que se secuestraron cocaína, marihuana, cuatro armas de fuego y demás elementos que pueden ser de relevancia para la investigación. En forma coordinada y simultánea se llevaron a cabo otros 25 operativos en las ciudades de Rafaela, Sauce Viejo, Suardi y Frontera en la provincia de Santa Fe. Todos los procedimientos estuvieron a cargo de la Fuerza Policial Antinarcotráfico de la Provincia (FPA) y la Gendarmería Nacional Argentina.
Ramallo controlaba todo desde su celular y pactaba con los proveedores. La droga ingresaba al país por Misiones desde Paraguay, luego llegaba a Santa Fe mediante personas que lo transportaban en colectivos, o envíos postales que llegaban directamente a Rafaela. Luego, la carga era almacenada en diferentes puntos, desde donde era puesta en circulación.