La titular de Aguas Santafesinas SA, Anahí Rodríguez, anunció un ajuste argumentando achicar el déficit en la firma estatal. En ese sentido, la firma ha decidido no abonar más un histórico pago extra, para los empleados sanitaristas, dicho pago viene de la época del gobierno que comandaba Jorge Obeid y es una “bonificación por indemnización de acciones de la superada gestión privatizada”.
Ante estos rumores la respuesta gremial no se hizo esperar y el mismo secretario general del gremio de Obras Sanitarias , Silvio Barrionuevo, salió al cruce: “Se jactan de reducir en casi 9 mil millones la masa salarial en sueldos de trabajadores activos, mientras cuentan con 70 jerárquicos que cobran más de 4.000.000 de pesos”.
Por lo pronto, desde la empresa estatal apuntan contra el gremio señalando que pretenden “una cogestión”, en la conducción de ASSA según Anahí Rodríguez. Fundamentalmente se ha puesto en discusión el presupuesto de la empresa y desde la presidencia parece que pretenden “un claro ajuste”, hacia los trabajadores
Ante dicho escenario, Barrionuevo, en su doble rol de titular de los sanitaristas y de director obrero de la sociedad anónima de capital estatal, señaló: “Hoy existe una confrontación clara entre la presidencia de la empresa y el sector de los trabajadores que represento, por la que pretende incumplir arbitrariamente obligaciones que paradójicamente fueron establecidas en un gobierno de gestión socialista y existe una gran diferencia con el liderazgo que pretende ejercer la actual presidenta”.
El titular del gremio explicó que acuerdan con la decisión de Maximiliano Pullaro de bajar el déficit: “Siempre tratamos de construir acuerdos mediante el diálogo, pero esta presidenta viene tomando una actitud verdaderamente inadmisible. Desde el sindicato venimos acompañando la convicción del gobernador de sanear la empresa, dada la crítica situación financiera en la que estaba. Por eso, si bien existen muchas cuestiones pendientes en relación a las condiciones laborales, decidimos con la comunidad sanitarista enfatizar en las cuestiones de mayor urgencia, y continuar resolviendo el resto, pero de manera progresiva. Pero a pesar de nuestra entera predisposición, está clara la intencionalidad de la presidenta de atacar la representación gremial para justificar sus posiciones”.
Desde el sindicato señalan que “hay una estrategia de ajuste que atenta contra la prestación del servicio, considerando únicamente el factor económico, repercutiendo en las condiciones laborales de los empleados”.
“Ahora se pone en duda el pago de la bonificación por indemnización de las acciones que reciben los trabajadores de la empresa, pero se suma a las urgencias delicadas en materia de seguridad laboral (entre ellas coches en estado deplorable con verificación técnica rechazada); ordenar el cumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo en cuanto a la inclusión del Sindicato en la discusión por despidos (recurrencia de despidos injustificados e inconsultos en las últimas semanas); licitaciones que se cierran de manera directa, posiblemente sin adecuarse a la normativa que las regula, entre otros aspectos. Como reciente director, vengo solicitando información sobre diversos aspectos vinculados a la asignación de recursos pero no se nos brinda acceso”, disparó Barrionuevo.
Además, el titular de Obras Sanitarias amplió señalando que, “hoy la conducción de la empresa apunta a cortar el hilo por lo más delgado: el sueldo de los trabajadores, aunque implique sacrificar la eficiencia del servicio o el bienestar de los trabajadores. Se han desvinculado cerca de 100 personas, sin reposición de los puestos, lo que ya representa un ahorro importante. Además, se jactan de reducir en casi 9 mil millones la masa salarial en sueldos de trabajadores activos, mientras cuentan con 70 jerárquicos que cobran más de 4.000.000. Toda una definición: según ellos la crisis de Aguas es por los que salen a embarrarse con el mameluco a la calle, pero no por la manifiesta incapacidad de los que conducen la empresa”.
“Por lo visto ese ahorro por desvinculaciones, reducciones salariales, quite de adicionales, cancelación de inversiones, y todo eso con un aumento sideral de la tarifa de un 500%, no le bastó a la presidenta para enderezar las finanzas. Por eso creemos que insiste en estigmatizar a los trabajadores sanitaristas, endilgándoles cínicamente actitudes despreciables, con el fin de desmoralizar y desvalorizar el desempeño laboral, para justificar ante la opinión pública el constante ajuste salarial que vienen aplicando sistemáticamente, y que ahora llega al colmo con la pretensión de no pagar la Bonificación, que alivia las cuentas de los trabajadores, algunos de los cuales hoy no cubren el costo de la canasta básica. Reestructuración si, zafarrancho con los trabajadores no”, completó Silvio Barrionuevo.