Las cámaras patronales CIARA, CIAVEC y CARBIO y las empresas que las componen tomaron la decisión de hacer pagar a los trabajadores aceiteros por la devaluación que le vienen pidiendo al gobierno nacional. Por eso, se negaron a presentar una propuesta de aumento salarial que permita satisfacer las 9 necesidades que establece la Ley de Contrato de Trabajo y la Constitución Nacional como Salario Mínimo Vital y Móvil: alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión.
Los representantes de las patronales sostienen que nuestro salario es elevado porque -en el fondo- quieren que el mismo se siga destruyendo hasta que sólo nos alcance para cubrir nuestra alimentación y la de nuestras familias. Añoran los años 90, cuando las políticas neoliberales demolieron la industria nacional y mantuvieron a los trabajadores en una situación cercana a la pobreza. Luchamos durante 20 años para salir de ese lugar y ya lo dijimos en el Primer Plenario Nacional Aceitero: “Basta de meterle la mano en el bolsillo a la familia aceitera”.
En ese Plenario, las y los delegados de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA) y del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) San Lorenzo dieron mandato a sus conducciones para tomar las medidas de fuerza que consideraran necesarias para defender el salario aceitero y las condiciones laborales.
Si las patronales quieren discutir cuánto es ganar mucho, estamos dispuestos. Pero ¿Quién gana mucho en este país? ¿Los trabajadores aceiteros, que diariamente ponemos nuestra fuerza de trabajo para convertir materia prima en productos oleaginosos y pretendemos darnos el lujo de que nuestras hijas e hijos puedan estudiar en la universidad, ganamos mucho? ¿Ganamos mucho los aceiteros que después de trabajar todo el año en turnos rotativos queremos darnos el lujo de vacacionar donde tengamos ganas? ¿Somos esenciales para trabajar en la pandemia pero no para garantizar una vida digna a nuestras familias? ¿O ganan mucho las empresas multinacionales y grupos nacionales que triangulan exportaciones, fugan divisas y anotan lo que exportan en una declaración jurada?
Llegamos a esta huelga porque las patronales presentaron una propuesta que es una provocación. Nuestra huelga, que es una medida legítima de acción sindical, se cumple porque las y los aceiteros no van a trabajar y las empresas son las únicas responsables por las situaciones que puedan generarse con las filas de camiones que se estacionan a la vera de las rutas.
Esta huelga comenzó después de tres semanas de reuniones en las que no hicieron otra cosa que dilatar el diálogo porque ellos tienen tiempo, no tienen problemas. Nosotros no tenemos tiempo. Al igual que el resto de las y los trabajadores vemos cómo el salario cada vez alcanza para menos y no queremos perder lo que conquistamos con años de lucha.
Las empresas buscan una devaluación, que va a afectar a trabajadores, desocupados y jubilados. Nosotros buscamos tener un salario que nos permita vivir dignamente después de cada jornada laboral.
Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) del Departamento San Lorenzo
Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA)