Hasta el sábado se desarrolla Tríptico de la Infancia. Política y Poética, organizado por la Municipalidad y el gobierno provincial, con la participación del destacado pedagogo Francesco Tonucci.
Más de 500 personas participaron este miércoles 17 de octubre, en el Centro Cultural Parque de España, de la inauguración del Congreso Tríptico de la Infancia. Política y Poética. Un Congresito para Adultos, que se desarrolla en diferentes espacios hasta el próximo sábado 20. Organizado por la Municipalidad y el Gobierno de Santa Fe, el encuentro invita a pensar la ciudad en clave pedagógica, en términos de relato, desde la mirada sensible, descontaminada, genuina y única de las niñas y los niños.
“En este Congreso el pasado se encuentra con el presente y también con el futuro posible. Estamos hoy aquí para hablar y pensar nuestras infancias y cómo atraviesan la ciudad. Podemos hoy pensar eso junto a una presencia como la de Francesco Tonucci, a quien recibo en nombre de Mónica Fein, intendenta de la ciudad de Rosario, y Miguel Lifschitz, gobernador de la provincia de Santa Fe”, expresó Guillermo Ríos, secretario de Cultura y Educación en la apertura del evento.
“¿Qué pasa con las niñas y niños que habitan la ciudad?”, fue la pregunta que hizo Ríos, recuperando el puntapié inicial que hace muchos años dio el propio Tonucci al acuñar la fórmula que sostiene que una ciudad que está adaptada a los usos y necesidades de los niños es una ciudad vivible para todos. “Esto no es un proyecto ni educativo, ni cultural. Es un proyecto de ciudad y no puede pensarse en forma sectorizada”, sostuvo el funcionario municipal y realizó una mención especial para el ex intendente Hermes Binner, en tanto impulsor de este modelo, y para Chiqui González, a quien luego cedió la palabra.
La ministra de Innovación y Cultura provincial dio la bienvenida aludiendo el objeto que se le entregó a los asistentes al ingreso del Teatro Príncipe de Asturias: un collar con un corazón de hojalata. “Hicimos más de quinientos corazones; antes los hacíamos de tela, ahora los hacemos de lata, porque necesitamos que resistan. Esta es una época de una intensa responsabilidad, y hoy estamos inaugurando dos congresos en uno”, dijo Chiqui González, al explicar que en el encuentro confluyen el modelo de Tríptico y la experiencia de La Ciudad de los Niños, representada a través de 20 ciudades integrantes de la red latinoamericana que preside Francesco Tonucci, su promotor.
“No concebimos política sin poética, porque poética no quiere decir poesía, quiere decir capacidad de simbolización, capacidad de sustitución de la literalidad del abuso, de las violaciones, del castigo sobre el cuerpo”, sostuvo la ministra. “¿Cómo seguimos? ¿Cómo se sigue, Francesco, cuando al Mediterráneo, dentro de dos mil años, lo desagoten y sea un cementerio de niños? ¿Qué dirán los antropólogos?”, se preguntó y le preguntó al destacado invitado.
A su turno, Francesco Tonucci afirmó, entre otras cosas, que escuchar a las niñas y los niños «puede darnos las pistas necesarias» para encontrar algunas respuestas y destacó que «estamos haciendo las cosas mal». El especialista se refirió a la soledad de los niños, la imposibilidad de salir solos de casa; habló de la evaluación equivocada de los adultos, del mal manejo que hacemos del medioambiente “como su fuéramos la última generación que habitará el planeta Tierra” y sobre las ciudades construidas para el modelo de un varón, adulto y trabajador.
Para cada caso, trajo la voz de una niña o de un niño. Así, el auditorio fue siguiendo atento las experiencias de Victoria, la niña rosarina que dijo “la culpa de todo es de los grandes. Hay que ponerle límite a los grandes”; la de Nicolai, el niño al que sus padres habilitaban a volver solo de la escuela pero sus maestros se lo impedían; la del chico que dijo “hay que cuidar lo público, porque para algunos es lo único”; la de la chica que en España le mandó una carta al alcalde de su ciudad para reclamar que había puesto al revés los bancos de la plaza y “de esa forma mi abuelo me mira cuando juego, y yo no lo soporto”, y por último, la del niño que dijo “que los adultos ayuden, pero de lejos”.
A su vez, los postulados de Tonucci se encontraron con los de Patricia Redondo (pedagoga, profesora e investigadora), quien finalizó la apertura del Congreso con su conferencia. “Necesitamos que se multipliquen los Trípticos, necesitamos recibir a los que nacen como una nueva esperanza, porque traen la novedad de la infancia”, enfatizó Redondo y remarcó que allí donde no hay infancia no hay futuro ni porvenir. “La infancia habla una lengua que muchas veces no escuchamos y tenemos que entenderla como un lugar para ser y pensar”, afirmó.
El Congreso continúa con programación hasta el sábado 20. Para este jueves 18 se destaca (con participación abierta al público sujeta a capacidad de sala) la propuesta Maratón de experiencias mínimas. Relatos breves inspirados en las infancias, lenguajes y estéticas, que tendrá lugar en el Teatro Príncipe de Asturias del Parque España. Participarán Dante Taparelli (artista plástico), Zulema Amadei (arquitecta), Martín Fumiato (actor), Griselda Rinaldi (narradora), Juan Pablo Geretto (actor), Amanda Pacotti (educadora), Pablo Rodríguez Jáuregui (dibujante, animador), Julia Retamal (estudiante), Ana Prada (cantante y compositora) y Verónica Fiorito (gestora cultural).
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Modelo Trípico
El Congreso– al que asiste público diverso, inscripto en forma previa- retoma el modelo Tríptico que las gestiones gubernamentales de la Provincia de Santa Fe y de la Municipalidad de Rosario propusieron y sostienen a través del Tríptico de la Imaginación (Santa Fe) y el Tríptico de la Infancia (Rosario).
Cada una de las instituciones que integran este modelo, tanto en Santa Fe ciudad -La Esquina Encendida, La Redonda. Arte y Vida Cotidiana, El Molino. Fábrica Cultural- como en Rosario -La Granja de la Infancia, La Isla de los Inventos, El Jardín de los Niños- se han constituido en un faro cultural y en ejemplo modélico de pedagogía urbana con resonancias y reconocimiento en la comunidad local, nacional e internacional. Un modelo que contiene un mundo de posibilidades al que se invita a chicos y grandes a jugar, experimentar, imaginar a través de tremendas locaciones cargadas de sentido, desde su recuperación y su origen histórico hasta su uso actual, en manos de familias, de niños que los resignifican a diario, de adultos que van a jugar y vuelven modificados.