El tribunal integrado por los jueces María Trinidad Chiabrera, José Luis Suárez y Facundo Becerra comenzó a juzgar el homicidio de un albañil que se negó a vender su casa a un padre e hijo que la querían para usarla como búnker.
Mauricio Julián Pogonza, de 24 años, fue acusado por el fiscal Adrián Spelta de haber tenido una participación necesaria en el homicidio de José María Ferreyra, cometido pasada la medianoche del 27 de octubre de 2019 en Vicente Medina al 6800 en el barrio Tío Rolo.
Anteriormente, él y su padre Oscar habían pretendido comprarle la casa por poco dinero debido a que contaba con un pasillo estratégico que daba acceso a zonas posteriores de la villa, lo que permitía huir en caso de conflicto.
Ferreyra siempre se negó y aquella madrugada, luego de haber sido rechazados nuevamente, Mauricio y Oscar Pogonza volvieron armados y, tras discutir y forcejear, Oscar disparó reiteradas veces al albañil. Al escuchar los disparos se acercaron los dos hijos de Ferreyra, uno de los cuales recibió un balazo en una de sus piernas.
La balacera terminó porque a Oscar se le trabó el arma, momento en el que se retiraron del lugar.
Al día siguiente Mauricio volvió a amenazarlos disparando al aire.
El 20 de enero de 2020 Mauricio se entregó. Spelta lo acusó de ser partícipe necesario del homicidio de Ferreyra y de la tentativa contra sus dos hijos.
Además, el fiscal Apanowicz lo acusó por un tenencia de arma de 2017, cuando fue allanada la casa en la que vivía con su padre (a una cuadra de donde vivía Ferreyra) y le secuestraron una pistola Bersa Thunder 380, 150 mil pesos y estupefacientes.
Por estos hechos pidieron al tribunal que sea condenado a 21 años y 6 meses de prisión.
La defensa de Pogonza comenzó con la declaración del propio imputado. Según su versión de los hechos, aquella noche estaba fumando en la calle luego de haber cenado en lo de su cuñada cuando apareció José María Ferreyra. Lo saludó dándole la mano y, debido a que se acordó de un problema que había tenido con su cuñada, le recordó que le había pegado a la pareja de ella y que no tenía miedo de hacerle lo mismo a él y a su padre porque “siempre te hacés el malo”.
En ese momento apareció su padre y se puso a forcejear con Ferreyra, momento en que se escuchó un disparo que lo dejó shockeado. Luego se escucharon otros disparos pero nunca fue él quien gatilló.
La defensora pública Adriana Lucero puso el foco en Pogonza padre, ausente en el juicio (prófugo) y principal responsable. Remarcó que su defendido se presentó espontáneamente ante la justicia y que no tuvo la intención de participar del hecho.
A su entender, los testigos podrán acreditar la materialidad del hecho pero no la participación necesaria de Mauricio, por lo que solicitó al tribunal su absolución.