La colectividad, conformada como organización hace un año y medio, se suma por primera vez al encuentro con una participación cultural en el marco de la edición virtual del evento.
La 36° edición de la Fiesta y Encuentro Nacional de Colectividades, que tiene una versión particular debido a las condiciones de distanciamiento imperantes por la pandemia, cuenta con una nueva colectividad que hizo su debut oficial en el evento este año: la Asociación Civil de Venezolanos en Rosario.
La organización, que representa a los más de 4.500 venezolanos y venezolanas que viven en la ciudad, se suma al encuentro con una participación cultural, en el marco de la edición virtual de la fiesta. Si bien esta vez no forma parte de la propuesta gastronómica, sí difunde y muestra su cultura, costumbres y tradiciones a través de las cuentas de redes sociales de la asociación.
“Sabemos que es una fiesta atípica, pero para nosotros lleva el mismo entusiasmo y emoción, nos hemos estado preparando mucho”, señaló Alexander, el secretario de la Asociación, y comentó que hasta tal punto se prepararon que, aunque sabían que no iban a poder lucirlos en un escenario, frente al público, hicieron una producción completa de todo su atuendo.
“Con un equipo de trabajo estuvimos diseñando y confeccionando nuestros trajes para poder retratarnos y hacer videos para mostrar por nuestras redes”, destacó y en ese sentido adelantó: “Le daremos impulso desde nuestras cuentas de Facebook, Instagram y Twitter a las y los emprendedores venezolanos, para que también los conozcan, para que vean los servicios que ofrecen aquí en la ciudad”, en tanto agregó que también van a difundir lugares típicos de su país y las comidas más tradicionales, las que esperan poder compartir en próximas ediciones del encuentro.
Desde el momento en que se puso en marcha la asociación, ser parte de la fiesta de las colectividades siempre fue un anhelo. Si bien el año pasado no lograron estar en la 35° edición del encuentro, sí tuvieron su primera participación en la Noche de las Colectividades.“Pudimos hacer una gran feria venezolana, con música, danza, comida. Aprovechar para que los emprendedores venezolanos pudieran mostrar sus productos y servicios. Fue una noche que nos unió más como venezolanos y también sirvió para dar a conocer más la tradición venezolana en la ciudad”, recordó Alexander sobre el encuentro que tuvo lugar sobre un bar de calle Pellegrini, ya que aun la asociación no cuenta con sede propia.
También les sirvió como impulso para continuar trabajando dentro de la organización y poder alcanzar el gran objetivo de ser parte de la fiesta en el Parque Nacional a la Bandera. “Conformamos una agrupación de danzas venezolanas, tenemos también un grupo de música tradicional y latinoamericana que se llama Son y Tradición”, expresó con alegría el joven de 30 años y afirmó: “Le fuimos dando forma a todos los requisitos y organizándonos”.
Para Alexander el deseo de ver a su colectividad en el predio, participando de la fiesta, es una idea que lo acompaña desde hace tiempo. “La primera vez que llegué a la ciudad y fui a la Fiesta de Colectividades, en 2016, era mucha la expectativa porque no sabía si Venezuela estaba, no tenía esa información”, rememoró, y agregó: “Ese día entró en mí esa espinita de querer participar y ver en algún momento la danza venezolana en el escenario mayor de la fiesta”.
“Es grato sentir el apoyo y el cariño de los rosarinos”
La comunidad venezolana en Rosario creció de manera considerable en los últimos años. Según los registros que manejan en la propia asociación, hace cuatro años, cuando llegó Alexander a la ciudad para instalarse definitivamente, la ciudad contaba con cerca de un millar de habitantes nacidos en Venezuela. Hoy, el número es más de cuatro veces superior.
“Desde hace año y medio o dos vimos el crecimiento exponencial y rápido del número de venezolanos en la ciudad. Muchos de ellos llegaron también migrando desde otros países de Sudamérica, muchos también de una migración interna de otras localidades y provincias hacia la ciudad de Rosario”, explicó Alexander.
“Ha sido una ciudad que a los venezolanos, y en forma particular a mí, nos ha abierto las puertas”, destacó el muchacho oriundo de Maturín, localidad ubicada al Noreste de Venezuela y capital del Estado de Monagas, quien valoró algunas de las bondades que, según su mirada, tiene Rosario: “Una ciudad que no es ni muy grande ni muy chica, pero que tiene todo bien organizado; una ciudad bonita, limpia”.
Otro punto que remarcó el joven es la accesibilidad que han tenido tanto él como sus coterráneos para desarrollar emprendimientos propios en la ciudad. El propio Alexander, ingeniero de profesión, es dueño de una barbería y de un almacén de productos típicos ubicados sobre avenida Avellaneda, en barrio Echesortu.
Además, Alexander hizo hincapié en “la cercanía de la gente de Rosario, que le abre las puertas al inmigrante”, y reflexionó: “También por la misma cultura de las colectividades, por ser una ciudad que viene con una historia de inmigrantes, para nosotros los venezolanos es grato poder sentir el cariño y el apoyo de los rosarinos”.
Una asociación nueva y en crecimiento
El proceso de conformación de la asociación civil no fue sencillo. Si bien la intención existía desde hace años, recién se logró a mediados de 2019. “Desde que empezaron a llegar venezolanos a la ciudad quisimos organizarnos, pero costó mucho obtener la personería. Hace un año y medio que nos pudimos constituir como entidad y tener una estructura jurídica”, relató Alexander.
Sobre los objetivos de la asociación, el joven especificó: “Fundamentalmente poder llevar programas de migración responsable. Para nosotros era una responsabilidad siendo más de 4.000 compatriotas (ahora más de 4.500 en la ciudad de Rosario) tener una plataforma que pudiera tener incidencia positiva en los venezolanos en la ciudad de Rosario”.
“Poder organizar una comunidad migrante profesional pero que también pueda dar su aporte en valores, en cultura, como sociedad, como profesionales. Hacer mayor empatía y conexión con las instituciones públicas, con las empresas privadas”, añadió.
Por otro lado, subrayó la importancia que la organización puede tener a la hora de brindar contención a los miembros de la colectividad ante diversas situaciones. “No es fácil para nosotros los venezolanos la migración, porque no somos un país de cultura migrante, para nosotros la migración es nueva. No somos un país que ha sufrido décadas o tiempos de guerra, es totalmente nuevo para nosotros”, dijo.
En ese marco, se han propuesto ofrecer apoyo psicológico a los miembros de la comunidad que lo necesitan, siendo un espacio de acompañamiento fundamental para los venezolanos y venezolanas que viven en la ciudad.
Uno de los próximos anhelos a cumplir es que la Asociación Civil de Venezolanos en Rosario tenga su propia sede. “Queremos contar en algún momento con un espacio propio donde podamos albergar a venezolanos en encuentros culturales y deportivos. La idea y las ganas están”, manifestó.
Y si bien hoy las fuerzas y el trabajo se concentran en esta atípica edición de la Fiesta y Encuentro Nacional de Colectividades, ya se proyectan y esperan con ansias la posibilidad de participar del gran evento en el Parque Nacional a la Bandera. “Nos encantaría que el venezolano sienta que tiene ese pedacito ahí en la Fiesta de Colectividades y que podamos ver a nuestros artistas en un gran evento y que puedan ser parte del escenario mayor”, concluyó.