Representantes del Club Argentino de Rosario se presentaron este lunes a la Comisión de Seguridad del Concejo Municipal y dieron a conocer la situación de extrema inseguridad que se vive en la entidad.
Expusieron ante el presidente de la Comisión, Gabriel Chumpitaz y los ediles María Eugenia Schmuck, Roy López Molina, María Fernanda Gigliani, Pedro Salinas y Eduardo Trasante, los reiterados hechos delictivos que sufre la institución deportiva que nos ocupa, motivo por el cual, en razón de los reiterados episodios de depredación, la misma funciona al límite de sus posibilidades.
Los ediles tomaron debida cuenta de más de dos decenas de hechos que impiden, cada semana, brindar el adecuado servicio a casi cinco centenares de niños, quienes acuden a la entidad para jugar al fútbol y recibir la copa de leche.
Entre los robos denunciados se cuentan cuatro columnas de 12 metros de altura, el termotanque, luces, reflectores, la heladera y un compresor, sustraídos en los últimos 20 días.
Los directivos hicieron mención a los “problemas de convivencia” que el club viene soportando y denunciando con los vecinos de las viviendas construidas en las dos hectáreas que oportunamente se cedió a tal fin.
Indicaron los interlocutores de los concejales que “Argentino, desocupó dos hectáreas de tierras nacionales, de las 12 que ocupa su polideportivo sobre Sorrento, las que el club explotaba desde hacía casi treinta años”.
A cambio, la intendencia se comprometió a financiar una serie de obras en el complejo deportivo a través del Plan Abre, junto a la provincia, esto es mejorar las canchas de fútbol y el cerco perimetral.
Vale apuntar que antes de ir a la reunión con los concejales, los directivos ya intentaron obtener una respuesta de las autoridades de la seccional 10ª y del Ministerio de Seguridad.
La Municipalidad había construido un paredón que divide el barrio del club, pero lo tiraron abajo. “Se llevaron las columnas, no tenemos más paredón”, subrayaron los denunciantes.
Otros robos denunciados a las autoridades han sido las puertas de los vestuarios. Incluso algunos jóvenes fueron víctimas de robos cuando se estaban cambiando.
Tienen temor los dirigentes que el predio sea usurpado por individuos que se dedicarían a la venta de estupefacientes en la zona. Un ejemplo de ello es que ya fueron colocados caballos y desarmaron un rodado en un predio adyacente al club.
Los técnicos de las divisiones inferiores y juveniles se ven obligados a llevarse las pelotas de fútbol que se utilizan en las prácticas para que no se las roben y el encargado del bufet hace lo propio con la mercadería del mismo. Incluso, todas las tardes se ponen y luego retiran las lamparitas para que no se las roben.