Las siete pinturas desaparecidas del genial artista argentino Ernesto Deira, presumían habían sido destruidas por la dictadura capitaneada por Augusto Pinochet en Chile.
Las obras llegan este viernes 1º de abril, luego de gestiones realizadas por los hijos del pintor, el Ministerio de Cultura y la Cancillería de ambos países, informaron desde el gobierno nacional.
Señalaron desde el Ministerio de Cultura de la nación que, la restitución de las obras se logró luego de un acuerdo entre la Universidad de Chile y la familia del artista y la colaboración de Interpol, y las embajadas y los ministerios de Defensa, Relaciones Exteriores y Cultura de la Argentina y Chile.
Agregaron que, la serie Identificaciones, conformada por obras que se centran en el asesinato del Che Guevara, pertenecían a una muestra inaugurada en la Galería de Carmen Waugh de Buenos Aires en septiembre de 1971 y que en noviembre de ese año viajaron para exhibirse en la Universidad de Chile.
Asimismo, ese mismo año se realizó una muestra en la Ciudad de Santiago de Chile, en la Sala Universitaria del Instituto de Arte Latinoamericano de la Universidad de ese país, con motivo de la visita de Fidel Castro. Más tarde, en septiembre de 1973, el golpe de Estado de Augusto Pinochet derrocó al entonces presidente Salvador Allende.
Junto a Luis Felipe Noé, Rómulo Macció y Jorge de la Vega, Deira formó el grupo que se presentó, por primera vez en 1961, en la exposición Otra Figuración en la Galería Peuser. La agrupación neofigurativa se destacó por negar tanto la abstracción como las formas tradicionales de representación y reintroducir la imagen del hombre en la pintura, indicaron los funcionarios.
Indicaron que, fue precisamente Noé quien alertó a la familia de Deira sobre la aparición en Chile de las obras que el propio artista sospechó, hasta su muerte en 1986, que habían sido destruidas durante la dictadura por su contenido político explícito.
Sin embargo, en el año 2003, diecisiete años después del fallecimiento de Deira, Noé se enteró que las pinturas se encontraban en perfecto estado y se hallaban ubicadas en un depósito del Museo de Arte Contemporáneo de Chile. A partir de ahí, la familia Deira acordó con las autoridades chilenas acreditadas en Buenos Aires, gracias al apoyo del Ministerio de Cultura, la repatriación de las obras y firmaron un convenio para que permanezcan en calidad de comodato por el lapso de tres años en exhibición en el Museo Nacional de Bellas Artes, señalaron.
“Las obras fueron protegidas por trabajadores del Museo de la Solidaridad chileno que cuando vio lo que empezaba a pasar con el arte durante la dictadura de Pinochet tomó la precaución de guardar esas y otras obras”, explicó el hijo del pintor, Martín Deira.
Añadió, “Lo que no sabemos bien es cómo fue que las guardaron aunque hay alguna especie de leyenda urbana que dice que las pusieron detrás de una falsa pared para que no las descubrieran. Tampoco sabemos cuándo fue que finalmente se sacaron del escondite y se volvieron a poner a disposición. Nos enteramos de su aparición gracias a Yuyo Noé que en un viaje a Chile se encontró con Carmen Waugh y nos avisó”, relata Martín.
A partir de allí, la familia empezó el largo trámite para recuperarlas. Incluso las obras volvieron a exhibirse en 2008 en la exposición Los fragmentos del conflicto del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile (MAC).
“Ha sido un acto de justicia y de reparación histórica en tanto Ernesto Deira no había tenido la voluntad de dejar esas obras en Chile, sino que la convulsionada situación a partir del golpe de Estado en ese país, le hizo presumir que sus obras estarían destruidas”, sostiene el director del Museo Nacional de Bellas Artes, Andrés Durpat.
“Desde el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) celebramos el acuerdo entre la Universidad de Chile y la familia Deira que implica la devolución de las obras que habían quedado en Santiago de Chile hace medio siglo, soslayó.
En el marco de la mutua cooperación policial internacional, Interpol Argentina coordinó con su par, Interpol Santiago, para contar con el apoyo de la Brigada Investigadora de Delitos Contra la Salud Pública y Medio Ambiente Metropolitana de la Policía de Investigaciones de Chile, para el traslado, servicio de seguridad y entrega de las obras en el aeropuerto del país limítrofe, las que se encuentran debidamente resguardadas en dos cajas de madera, cuyas medidas son de 2,5 m. y un peso aproximado de 100 kg. cada una.
Asimismo, las obras arriban al país este viernes y el próximo martes ya estarán colgadas en el Museo donde las podrá ver el presidente de Chile, Gabriel Boric, quién visitará nuestro país junto con otros funcionarios. Luego, se expondrán en el hall del MNBA como un avance de la muestra de la serie completa que a mitad de año y con la curaduría de Mariana Marchesi, directora artística del museo, pondrá en valor y contexto las obras a partir de una minuciosa investigación, remarcaron.
Por su parte, “Las obras quedarán en comodato por tres años en el Museo para su estudio y exhibición, y luego serán devueltas a los legítimos herederos. El acuerdo ha llegado gracias a la buena predisposición de las partes y la colaboración de ambos países a través de ambas embajadas, Interpol, el Museo de Arte Contemporáneo y la Universidad de Chile, los Ministerios de Defensa, Relaciones Exteriores y Cultura de la Argentina así como de sus pares de Chile”, explicó Duprat.
Martín Deira manifestó que “Después de que estuvieran guardadas durante 50 años, para la familia es una enorme alegría que el público argentino pueda a volver a ver las obras, especialmente en el MNBA, probablemente la más prestigiosa institución del arte en la Argentina”, afirmó.
“Para Ernesto que el público viera sus obras era fundamental. Él pintaba no para su placer sino para que la gente tenga sus propias impresiones, relata Deira. Es difícil expresar todo lo que significa en pocas palabras, pero estamos orgullosos y agradecidos de compartir estas obras que estuvieron desaparecidas, apropiadas, y ahora fueron restituidas”, remarcó.