El municipio fortalece el trabajo territorial junto al BAR con la iniciativa público-privada que articula la solidaridad para asistir a sectores vulnerables durante el difícil contexto sanitario.
En los últimos 6 meses, 390.000 rosarinas y rosarinos a través de 1.649 organizaciones sociales fueron beneficiarias de alimentos en el marco de la campaña llevada adelante desde la Municipalidad de Rosario, el BAR, el gobierno provincial, la Bolsa de Comercio, el Concejo y la UNR. El operativo conjunto “Contagiemos solidaridad” contabiliza de este modo 168 días de campaña y 4.000 toneladas de alimentos entregadas.
Para el municipio, la asistencia socioalimentaria es uno de los principales ejes de trabajo desde el inicio de la pandemia, junto con Salud, como parte de lo dispuesto por el intendente Pablo Javkin al determinarse el aislamiento social, preventivo y obligatorio en todo el país.
Al respecto Nicolás Gianelloni, secretario de Desarrollo Humano y Hábitat, remarcó que en este contexto de pandemia es fundamental seguir trabajando de manera articulada y apostando a la solidaridad. “Desde el municipio sostenemos el compromiso de ayudar a los sectores más vulnerables para que todos puedan quedarse en sus casas y que a nadie le falte un plato de comida, por eso nos esforzamos permanentemente a fin de desarrollar las acciones necesarias para salir juntos de esta emergencia”.
A los efectos de esta campaña desde el Banco de Alimentos Rosario mantuvieron su habitual metodología de trabajo aunque flexibilizando su estructura para poder llevar a cabo la operatoria diaria.
Fernando Cáceres, secretario en ejercicio de la presidencia del BAR, explicó: “Impulsamos junto a la Bolsa de Comercio la participación del sector privado y articulamos con el sector público y otras organizaciones de la sociedad civil en pos de un objetivo común: llegar con asistencia alimentaria a los sectores más vulnerables de la ciudad. Este objetivo implicó trabajo colaborativo, coordinado, transparente y sostenido que se capitalizó en un padrón unificado de 1.649 organizaciones sociales locales que reciben asistencia».
Los números de agosto
En el mes de agosto se entregaron 789.311 kilos de alimentos, de los cuales el 22% corresponde a donaciones del sector privado: lácteos y carnes, frutas y verduras, panificados y cereales. Esto se suma a los alimentos básicos garantizados por la campaña: polenta, arroz, harina, fideos, puré de tomate, azúcar, sal y legumbres.
En cuanto a la población asistida por las organizaciones sociales beneficiarias, el 70% está conformado por niños. Por esto es que la mayoría son comedores, copas de leche, iglesias y parroquias, cooperativas de trabajo, centros vecinales, instituciones educativas y clubes sociales y deportivos. Todas tuvieron que redoblar sus esfuerzos y en muchos casos redireccionar sus objetivos, haciendo hincapié en la inseguridad alimentaria que arrojó esta delicada situación social, sanitaria y económica producto de la propagación del virus Covid-19.
Los clubes han sido un claro reflejo de esta tarea social que es brindar asistencia alimentaria a los sectores más vulnerables, improvisando ollas populares que hoy se replican en los seis distritos de la ciudad. Y del mismo modo vecinos de distintos sectores se juntaron con el mismo fin, de modo que durante agosto la campaña pudo acompañar a 130 iniciativas de este tipo que aún siguen cocinando para las familias del barrio. Es un claro ejemplo de la solidaridad materializada, del trabajo colaborativo que se replica en las diferentes esferas de la ciudad con el mismo objetivo: llegar con un plato de comida a quienes lo necesiten.
¿Cómo hacer para donar?
El equipo de trabajo conformado por el gobierno de la Provincia, la Municipalidad de Rosario, el Banco de Alimentos Rosario y la Bolsa de Comercio puso en funcionamiento el sitio web contagiemossolidaridad.org.ar desde el cual se registran las personas o empresas que quieran hacer donaciones.
También es posible registrarse desde la web del municipio. Desde este espacio, el equipo de trabajo también se ocupa de contactar a las organizaciones beneficiarias, recibir los alimentos –comprados y donados–, armar los pedidos identificándolos por categorías según la población atendida por cada entidad, y garantizar que las organizaciones sociales puedan retirar alimentos.