El presidente Javier Milei encabezó este jueves 20 de junio en Rosario, el acto oficial por el Día de la Bandera, y nuevamente lanzó una convocatoria a todos los sectores políticos para firmar el Pacto de Mayo el 9 de julio en la provincia de Tucumán.
En un discurso en cadena nacional tras la fallida firma del Pacto el pasado 25 de Mayo, el jefe de Estado pidió dejar de lado las diferencias partidarias para trabajar en que la Argentina vuelva a ser una potencia mundial.
El presidente estuvo acompañado por todo su Gabinete, el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y el intendente de Rosario, Pablo Javkin, quienes fueron los oradores del acto del Día de la Bandera.
«Quiero aprovechar este día con la bandera argentina flameando en el cielo, avanzada ya la sanción de la Ley Bases y el paquete fiscal, para convocar a todas la autoridades nacionales, los gobernadores, los ex presidentes, los miembros de la Corte Suprema, empresarios y trabajadores a que nos encontremos la noche del 9 de julio en Tucumán para firmar el Pacto de Mayo», remarcó el mandatario.
El mandatario destacó la figura de Manuel Belgrano, al que definió como «un maximalista de la libertad» y un «ejemplo de austeridad y honradez en el ejercicio de la función pública» y, tras un breve recuerdo histórico, realizó algunos paralelismos con la actualidad.
«El Gobierno de Buenos Aires rechazó y le pidió que izara otra bandera porque el Gobierno de Buenos Aires aún no hablaba de independencia, no hablaba de un país libre, sino de un gobierno autónomo de las autoridades virreinales, pero fiel a la corona, a Fernando VII», planteó, y aclaró: «En consecuencia, no querían mandar un mensaje diplomático equivocado, querían cuidar las formas, como algunos les gusta hoy. Guiados por el miedo porque aún no se animaban a ser libres».
En la misma línea, continuó: «Otros porque directamente querían seguir siendo súbditos, trataron de despojar al ejército de un símbolo que gritaba independencia y así no autorizaron al pueblo que se diera a sí mismo una primera bandera propia».
«Pero a Belgrano le importó un rábano las órdenes de las elites porteñas y llevó su insignia a las batallas. No espero la autorización de nadie e hizo lo que esperaba correcto, algo que se ha convertido en una sana costumbre en el interior del país cuando las decisiones de los políticos de Buenos Aires son excesivas e infundadas», remarcó el presidente.
En su discurso continuó «la Libertad no pide permiso, se impone. No se esperan las órdenes de ningún burócrata que especula qué conviene y qué no. La libertad es un instinto innato de ser argentino porque es ineludible por más que unos pocos se resistan o la quieran contener». Añadió «Belgrano como tantos otros tuvo que enfrentarse a las porosas manos de los políticos. Murió pobre, sin poder cobrar el dinero que el Estado le debía en concepto de general».
«Nunca le pagamos correctamente por el servicio que había prestado. No es un invento de las últimas décadas que los políticos le falten el respeto a los uniformados que ponen el cuerpo por la patria sino una tradición lamentable que debemos terminar», sostuvo.
«Por eso las banderas no se queman, no se lavan ni deben ser capturadas por el enemigo porque son la materialización de la libertad y la autonomía del pueblo», señaló el mandatario.
Acompañaron a Milei, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, los ministros Mario Russo (Salud), Patricia Bullrich (Seguridad), Sandra Pettovello (Capital Humano), Luis Petri (Defensa), Diana Mondino (Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto) y Mariano Cúneo Libarona (Justicia). Además, los secretarios; Javier Herrera Bravo (Legal y Técnica), Karina Milei (General de la Presidencia; el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y el vicejefe de Gabinete, José Rolandi.