La Federación Universitaria de Rosario reafirmó el compromiso en la defensa de la Educación Pública, cogobernada, no arancelada y de excelencia que han sido objeto de una profunda lucha y hoy están siendo amenazados por las últimas decisiones del Ejecutivo Nacional y que ponen en riesgo muchos de los derechos ganados, los principios republicanos, cómo la división de poderes, la periodicidad de las funciones, principio de igualdad, rendición de cuentas del funcionario, manifestaron en un comunicado.
La agrupación que nuclea a los estudiantes universitarios indicaron, que en dicha ley a través del articulo Nº 2 habilita a disponer aranceles para aquellos estudiantes extranjeros y como gremio estudiantil y reformistas abogamos por la democratización y gratuidad de la educación superior, y el mismo establece una clara barrera económica en el acceso a la educación y no garantiza la equidad.
La imposición de aranceles es un obstáculo al espíritu de cooperación internacional y de integración. Dicha medida es un paso más hacia la mercantilización de la educación superior, que deriva en transformar la Universidad en una entidad más orientada hacia el lucro que hacia el acceso universal de enseñanza.
Detrás de esta propuesta de arancelamiento hay líneas que apuntan a una suerte de justicia distributiva: paga el que tiene y quien usufructúa el servicio. La formación universitaria hace mejor a los individuos pero también a la sociedad de la que forman parte. La vida universitaria construye el pensamiento crítico y de valores, por ejemplo, la solidaridad y el compromiso ético, sostuvieron los estudiantes.
La Educación Pública Argentina es un derecho, no un privilegio, ni un gasto público y debe estar abierta a todo aquel que desee habitar el suelo Argentino, como así lo establece el preámbulo de nuestra Constitución Nacional porque de esta manera entendemos la educación, como un derecho universal, independiente de nacionalidad y que contribuye al desarrollo individual y colectivo de la sociedad.
En dicha ley (art 58) se establece el marco para la distribución del aporte del Estado Nacional a las instituciones universitarias distribuyéndose en función del número de estudiantes, tipo de carrera ofrecida, área de formación y números de egresados, lo que no siempre refleja las necesidades reales de cada institución, generando una distribución desigual y dejando a algunas universidades con financiamiento insuficiente y limitando el acceso a los recursos que necesite. Lo que podría generar un enfoque cuantitativo sobre calidad educativa. La orientación entre la cantidad de estudiantes y egresados como un criterio principal para la distribución de recursos genera tensiones entre la necesidad de construir excelencia académica y la presión de cumplir un requisito cuantitativo.
El presupuesto a Educación no puede estar condicionado a un aspecto cuantitativo. Ya hemos sido testigos del intento de desfinanciar, vaciar y atacar el sistema educativo, siendo reflejo de esto, no contar con presupuesto para el año entrante, en un proceso inflacionario que lo desvaloriza cada día más.
Ningún país puede progresar y crecer si no invierte en Educación de calidad y excelencia, ni puede desarrollarse de forma equitativa si no invierte en más y mejores herramientas que contribuyan a un mejor desarrollo.
“No somos ajenos a la crisis política, social y económica que atravesamos pero estamos convencidos que la única manera de salir de ella es invirtiendo en más y mejor educación. Tampoco somos necios, la educación viene siendo una variable de ajuste desde hace años, con una creciente profundización en el presupuesto del 2023 enviado por el gobierno saliente. Pero no podemos permitir que cada vez que la situación económica de la Argentina sea crítica, el primer sector que sufre sea la educación pública”.
Desde el movimiento estudiantil nos hemos movilizado ante todo aquello que atente contra los derechos consagrados fruto de una larga lucha profunda, de valores, de construcción social, cultural, política y económica que nunca terminará y por eso no vamos a permitir que se amanece y ponga en riesgo la existencia, autonomía y funcionamiento de la Universidad Pública. No se trata de una cuestión partidaria, ni una crítica al gobierno de turno, se trata de una cuestión de principios, universidad pública, no arancelada, irrestricta y de calidad, siempre, expresó la Federación Universitaria de Rosario.