[:es]Desarticularon un consultorio privado que había estafado al Estado por más de mil millones de pesos

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La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, junto al secretario de la UFI PAMI, Juan Barreiro, brindaron detalles sobre el exhaustivo procedimiento que culminó con la desarticulación de un consultorio privado operado por dos médicos patólogos empleados del PAMI que defraudaban al Estado Nacional.

Estuvieron presentes en la conferencia los secretarios de Seguridad, Eugenio Burzaco, de Coordinación, Formación y Carrera, Alberto Föhrig, la subjefa de la Policía Federal Argentina, Mabel Franco el subsecretario de Políticas de Seguridad e Intervención Federal, Darío Oroquieta, el director nacional de Investigaciones, Rodrigo Bonini, y el jefe del Hospital César Milstein, Alberto Lazo.

Los agentes federales de la División Investigación de Falsificación y Adulteración de Fármacos de la Policía Federal detuvieron a dos médicos patólogos, empleados de PAMI, quienes efectuaron una defraudación por perjuicio económico e institucional al Estado Nacional, en una suma que proyectada y actualizada, se estima en un monto que excedería los mil millones de pesos, sujeto a auditoría, producto de una maniobra llevada a cabo durante más de diez años.

Las investigaciones de los efectivos policiales determinaron que los facultativos, además de trabajar en PAMI, ejercían en el Sector de Anatomía Patológica del Hospital Milstein y contaban con un laboratorio privado de similares características en la zona de Pilar, provincia de Buenos Aires. Allí, realizaban la misma actividad de manera privada y/o mediante obras sociales, efectuando dicha defraudación.

La estafa consistía en que los estudios patológicos privados eran realizados con insumos del Estado, por intermedio de PAMI, generando un beneficio económico millonario para los dos médicos. Ello les permitía gozar de una excelentísima calidad de vida, accediendo a la compra de vehículos de alta gama, viviendas lujosas en la ciudad de Buenos Aires y en countries de la zona norte del Gran Buenos Aires.

Estas maniobras delictivas provocaban que los jubilados que se atendían por PAMI en el Hospital Milstein, no pudieran realizarse estudios por falta de insumos. Se estima en esta proyección, que más de 25.000 abuelos se vieron damnificados.