A dos de ellos se les impusieron penas de cinco años de prisión. Para los otros dos fueron de cuatro años y seis meses y cuatro años y dos meses de prisión, respectivamente. Para cometer los delitos, ostentaron su función de personal policial, vestían el uniforme, tenían el rostro cubierto y exhibieron sus armas de fuego reglamentarias. El fiscal que investigó los hechos es Ezequiel Hernández.
Cuatro policías de la Unidad Regional I fueron condenados a penas privativas de su libertad por intentar robar en una vivienda ubicada en la zona oeste de la ciudad de Santa Fe y por querer falsificar el acta en la que constaba lo ocurrido.
Los cuatro condenados son suboficiales de la fuerza provincial. Se trata de Adrián Oscar Celer de 42 años y Cristian Basilio Gutiérrez de 40, a quienes se les impusieron penas de cinco años de prisión, respectivamente. Por su parte, Exequiel Sebastián Romero de 37 años fue condenado a cuatro años y seis meses de prisión, mientras que Leonardo Abel Velázquez de 33, fue condenado a cuatro años y dos meses de prisión.
Las penas impuestas a los cuatro agentes de la fuerza fueron por ser coautores de los delitos de tentativa de robo calificado (por ser en poblado y en banda; por el uso de arma de fuego; y por ser miembros de una fuerza de seguridad). Además, Celer y Gutiérrez también fueron condenados como autores del delito de portación ilegítima de arma de fuego de guerra.
Las penas fueron resueltas por los jueces Rodolfo Minganrini y Jorge Patrizi en el marco de sendos juicios en los que se abreviaron los procedimientos. Por su parte, el fiscal que investigó los ilícitos es Ezequiel Hernández, de la Unidad Fiscal Especial de Delitos Complejos.
Con el uniforme
Los hechos investigados por Hernández fueron cometidos alrededor de las 2:30 de la madrugada del lunes 6 de noviembre de 2017.
“Los cuatro policías intentaron apoderarse ilegítimamente de elementos que eran propiedad de una pareja que vive en la casa número 13 ubicada en calle Iturraspe y el Terraplén. Para lograr su objetivo, antes de ingresar a la vivienda, acordaron y distribuyeron las funciones que tendría cada uno”, confirmó Hernández. “Celer, Gutiérrez y Romero ingresaron al inmueble, mientras que Velázquez se quedó fuera de la casa con el objetivo de asegurar la huida y advertir la presencia de terceras personas”, agregó.
El fiscal del MPA explicó que “para irrumpir en la casa de las víctimas, los agentes lo hicieron mediante la utilización de fuerza contra las cosas y violencia contra las personas”. En tal sentido, relató que “con un ariete rompieron las puertas delanteras y, una vez que estuvieron adentro, le exigieron a una de las víctimas la entrega de dinero, drogas y armas de fuego”.
“En su accionar delictivo, los cuatro condenados ostentaron su función de personal policial, vestían el uniforme de policía, tenían el rostro cubierto y exhibieron sus armas de fuego reglamentarias las víctimas”, informó Hernández. “Sin embargo, no lograron su objetivo por razones ajenas a su voluntad, ya que fueron sorprendidos en el lugar por personal del Comando Radioeléctrico”, añadió.
Acta falsa
“Minutos después de lo ocurrido en la zona oeste de la ciudad, los cuatro condenados comenzaron a redactar un acta de procedimiento policial en la que –a sabiendas de su falsedad– indicaron que el revólver calibre 38 que portaba Gutiérrez había sido secuestrado en el marco de un procedimiento legal realizado en el domicilio al que habían ingresado ilegalmente”, sostuvo el funcionario del MPA.
En relación a este hecho, el fiscal remarcó que “intentaron disimular el delito que habían cometido minutos antes, a través de falsear el acta de procedimiento, es decir, el documento que tiene como fin anoticiar a la Justicia Penal de la probable comisión de un hecho ilícito”. No obstante, el fiscal valoró que “nuevamente, no lograron su objetivo por razones ajenas a su voluntad, debido a que el personal policial presente en dicha delegación develó la mendacidad de lo que se intentaba plasmar”.
Portación
Las condenas a Celer y Gutiérrez también fue por la portación ilegítima de arma de fuego de guerra.
“A Celer se le encontró una pistola calibre 9 milímetros cargada con cuatro proyectiles del mismo calibre y en condiciones de utilización inmediata. La tenía en el asiento trasero de su auto, que estaba estacionado en inmediaciones de la avenida Peñaloza y Pedro de Vega. También tenía 10 proyectiles del mismo calibre”, enumeró Hernández.
En relación a Gutiérrez, el fiscal del MPA indicó que “al momento de ingresar a la vivienda de barrio Barranquitas, llevaba consigo –debajo de su chaleco balístico–, un revólver calibre 38 para el cual no contaba con la autorización correspondiente. El arma no tenía numeración visible, estaba en condiciones de utilización inmediata y contenía seis cartuchos en el tambor, cinco de los cuales estaban intactos y uno tenía signos de haber sido percutado”.
Dependencias
Celer y Romero prestaban funciones en el Comando Radioeléctrico, Velázquez lo hacía en la Sexta Zona de Inspección y Gutiérrez integraba el Grupo de Operaciones Especiales (GOE).