Se trata del agente del Senasa, inspector certificante en el sector de Lácteos del Centro Regional Córdoba, Gastón Pérsico casado con Nicolás.
En una resolución histórica, sin precedentes no sólo para el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) sino también para la Administración Pública Nacional y con la vista puesta en “proteger el interés superior de los menores y garantizar la consecución de los derechos y obligaciones que los trabajadores y trabajadoras tienen en el ámbito de sus responsabilidades parentales con aquellos”, es que se le otorgó, a Gastón Pérsico casado con Nicolás, una licencia especial por 100 días para ejercer el principal rol de cuidado de su bebé recién nacido, Bautista, en los primeros días de vida, cooperando además con la integración familiar.
La presidenta del Senasa, Diana Guillén destacó que “la decisión de acompañar y apoyar esta situación, que en otro contexto institucional no hubiera sido posible, ya que no estaban dadas las condiciones políticas y jurídicas, es el resultado de un camino que lleva a la ampliación de derechos y al debate de la perspectiva de género y diversidad sexual, entre los cuales un hito importante hacia la apertura institucional es la sanción de la Ley 27.499, conocida como Ley Micaela”.
«Teniendo en cuenta que la subrogación de vientre no está reglamentada y que las licencias por nacimiento que están contempladas legalmente, no están adecuadas a los nuevos tipos de familia, el equipo de nuestra Dirección de Asuntos Jurídicos trabajó sobre la normativa apoyándose en el convenio colectivo de trabajo para la administración pública que reconoce para el caso de adopción, 100 días de licencia sin distinción en el género de las personas adoptantes. Además siempre nos basamos en el derecho de los niños como elemento fundamental para argumentar la decisión que tomamos. De esta manera, se logró un dictamen ejemplar, que genera jurisprudencia y que pone en primer plano los derechos del niño a ser cuidado por sus padres”, agregó Guillén.
Asimismo, otro hecho que no es menor, es que en el Senasa existe un espacio de transversalización de la perspectiva de género, desde el 2020 que nació como consecuencia de la Ley 27.499, conocida como «Ley Micaela», y es dentro de este lugar desde donde se aboga cotidianamente por esta ampliación de derechos y por considerar las cuestiones de género como un tema prioritario.
La historia de Gastón y Nicolás
Gastón se casó con Nicolás en 2017. Aunque la voluntad de formar una familia ya estaba dentro de sus intenciones desde hacía un tiempo. En 2010, cuando uno de los terremotos más devastadores en la historia de la humanidad, se registró en Haití, se acercó, sin éxito alguno, al Consulado del país caribeño para consultar sobre la posibilidad de ayudar a algún niño o niña que haya perdido a su familia en el desastre.
Pasado el tiempo, en 2015, la pareja se anotó en el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos. En 5 años nunca fueron contactados, razón por la cual en 2020 comenzaron a evaluar otras alternativas ya que el sentimiento de criar y ampliar la familia era cada vez más fuerte. En este sentido destacan el apoyo de sus familias y amigos quienes seguían de cerca sus intenciones y desilusiones.
Fue así como luego de investigar la posibilidad de subrogar un vientre en otro país se dieron con la noticia de que esta práctica se podía realizar en la Argentina. Con todas las ilusiones renovadas y las energías recargadas y luego de varias consultas decidieron tomar el camino más largo; pero el que les hacía estar más seguros y tranquilos. Es así que, a través de un abogado, presentaron una demanda en los Tribunales de Familia en la cual solicitaban que al nacimiento del bebé, éste sea anotado a nombre de ellos. El proceso fue largo y requirió de varios encuentros y evaluaciones psicológicas; pero afortunadamente para la nueva familia fue exitoso ya que les fue concedido el permiso.
Ya con las autorizaciones en su poder, la sustitución o subrogación de vientre fue iniciada en una clínica especializada en fecundación de la ciudad de Córdoba. La formación del embrión se realizó en laboratorio con un óvulo donado, el cual fue transferido a una gestante solidaria, quien se ofreció a ayudarlos en este proceso.
Mientras el bebé crecía y se desarrollaba, Gastón y Nicolás acompañaron y compartieron con su gestante todo el embarazo. Ambos están tan comprometidos con su nuevo rol que hasta hicieron un curso de paternidad como para estar más orientados y salvar algunas dudas típicas de esta etapa que están viviendo.
En enero de 2022, ya avanzado el embarazo, Gastón presentó ante el Senasa un pedido para que le sea concedida una licencia especial por nacimiento, similar a la de “maternidad”, para poder desarrollar el cuidado pleno de su bebé el primer tiempo de vida. Su pedido fue otorgado y hoy Gastón y su pareja, Nicolás, disfrutan de su familia, luego de un largo proceso que sienta un precedente en nuestro país.
«Es así que agradezco a la presidenta del Senasa, Diana Guillén, al vicepresidente, Rodolfo Acerbi, a todo el equipo técnico de la Dirección de Asuntos Jurídicos y a otros sectores que intervinieron y que se ocuparon en analizar y escuchar mi pedido. Es mi voluntad la de ser pionero en cuanto a licencias especiales por nacimientos ya que el amor y los cuidados se manifiestan de diferentes formas, todas válidas y respetadas”, afirmó Gastón.
Gastón Pérsico, nacido en la ciudad de Necochea, provincia de Buenos Aires es ingeniero agrónomo, egresado de la Universidad Nacional de la Plata en 2005 con un posgrado en Alta Dirección en Agronegocios y Alimentos en 2007. Ingresó al Senasa en 2014, actualmente trabaja como inspector certificante en el sector lácteo en la Coordinación de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria del Centro Regional Córdoba.