74 mil grullas plegadas por cientos de manos llegaron desde distintos puntos de Argentina y de países extranjeros, resultado de un gran trabajo que expresa el pedido por el bienestar común.
Este lunes 6 de agosto tuvo lugar en La Ciudad de los Niños una nueva edición de Mil grullas por la Paz, acción simbólica dirigida a sensibilizar sobre el concepto de la paz y su vinculación con la construcción de una sociedad más justa y solidaria. En esta oportunidad y en el marco del 20º aniversario de la iniciativa, se instalaron 74 mil grullas que llegaron desde distintas provincias argentinas y también de países extranjeros.
Declarada de interés municipal, la tradicional intervención es organizada por La Ciudad de los Niños, el proyecto Mil Grullas por la Paz y la asociación civil Chicos. Se trata de una propuesta que consiste en plegar cada año al menos mil grullas y colgarlas en un espacio público. Así, a lo largo de estos 20 años, la instalación itineró por espacios como la sede de Chicos, la Isla de los Inventos y el Monumento Nacional a la Bandera. Actualmente, se realiza en La Ciudad de los Niños, un enclave ideal porque tiene garantizada la escena institucional que recupera la mirada de las niñas y niños que habitan la ciudad y que, como tal, son sujetos de derecho y necesitan opinar y ser escuchados.
Las ediciones de Mil Grullas por la Paz se llevan adelante cada 6 de agosto, fecha en que se conmemora el aniversario de la caída de la bomba atómica sobre Hiroshima, que a su vez es la primera bomba arrojada sobre la población civil. “La intención es que podamos pensar qué tenemos que aprender de hechos como éste para que no vuelvan a suceder”, manifestó Meri Affranchino, directora de La Ciudad de los Niños y referente de la acción en Rosario, quien encabezó la actividad junto al secretario de Cultura y Educación Guillermo Ríos. Si bien en el mundo hay muchas guerras, su finalidad es poder reflexionar acerca de la importancia de vivir en paz.
El origen de la acción es un taller de origami que recupera una vieja tradición milenaria japonesa que propone que, al plegar mil grullas, se cumple un deseo. La primera vez que se realizó fue en un festejo del día de la familia, hace 20 años. “Aunque hoy parezca extraño festejar el día de la familia, en ese entonces fue innovador porque la intención es que volviéramos a celebrar lo colectivo, la red que nos sostiene, y no las individualidades. En ese primer año no llegamos a plegar mil grullas, hicimos alrededor de 300”, sostiene Affranchino.
Para esta edición, la grullas se plegaron en la Asociación Chicos, en los espacios del Tríptico de la Infancia, en escuelas que las pliegan como parte de sus contenidos pedagógicos. Además, llegaron desde otras latitudes del país: las más lejanas son las que enviaron desde Puerto Santa Cruz. Localidades de Brasil y Chile también enviaron sus grullas.
Mil grullas, un deseo
Mil Grullas por la Paz es una acción que nace como un intento de sensibilizar a la población acerca de lo necesarios que son los pequeños gestos para generara transformaciones para modificar conductas y como símbolo de convivencia y trabajo colectivo.
La tradición milenaria recupera la historia de Sadako Sasaki, una niña de dos años que sobrevive a la bomba de Hiroshima. Cuando Sadako Sasaski cumple sus 13 años contrae leucemia y en el medio de la desesperación, sus compañeros le cuentan esta leyenda y se ponen a plegar grullas. Sadako fallece antes de que sus compañeros puedan llegar a plegar mil grullas, pero en su memoria deciden alcanzar ese número y generan un movimiento colectivo de niñas y niños de Japón y colectan dinero de sus meriendas para armar una estatua en homenaje a su amiga. Esa imagen representa a todos los niños que fallecieron en el momento de la guerra o después de la misma. La estatua se encuentra en el Parque de la Paz en Hiroshima.
La historia de Sadako es el fundamento de esta acción, porque hacen falta muchas manos para plegar la paz. La energía que aquí aparece es fruto de la unión de gente distinta, de grullas que vienen desde lejos, de personas desconocidas, y todos ellos se igualan por algo tan simple como profundo: el deseo del bienestar común. Ese anhelo representa la figura de Sadako Sasaki. Así es como nace un movimiento mundial que genera acciones de Mil Grullas por la Paz. En este contexto, una de las acciones que más creció y que logró sostenerse en el tiempo es Mil Grullas por la Paz de Rosario.