Ituzaingó/ Buenos Aires.
Una mujer fue asesinada este viernes a cuchillazos en la puerta de su casa del partido bonaerense de Ituzaingó por su ex pareja, quien tras el femicidio se autolesionó, fue reducido por vecinos y terminó detenido e internado, informaron fuentes policiales y judiciales.
El hecho ocurrió alrededor de las 8, en una vivienda situada en la calle Cuyo 835 y la víctima fue identificada por una de las fuentes como Sabrina Vanesa Ovalle (35), quien trabajaba como cajera en un supermercado Yaguar de la zona.
El imputado es César Fernando Díaz (39), quien producto de las lesiones que aparentemente se autoinflingió luego de cometer el femicidio y por los golpes que recibió por parte de vecinos que lo retuvieron cuando quiso huir, terminó detenido y fue trasladado al Hospital de Haedo.
Por la tarde, luego de ser intervenido, Díaz, que estaba desocupado, permanecía internado en terapia intensiva, pero fuera de peligro.
Una fuente de la investigación indicó a Télam que la pareja estaba separada desde hacía unos tres meses, luego de que ella realizara una denuncia por violencia de género en un Juzgado de Familia de Morón y se le dictara una restricción perimetral y una exclusión del hogar.
No obstante, de acuerdo con los primeros testimonios recopilados, en la práctica esta medida no se cumplía y el hombre a veces se acercaba a ver a sus hijas, de 2 y 4 años.
Al parecer, con esa excusa, el hombre concurrió por la mañana a la vivienda donde ocurrió el crimen, que es la casa del padre de la víctima, quien está de vacaciones en su provincia de origen, Salta.
Según determinaron los investigadores, en el porche de entrada, se inició con una discusión que terminó cuando Díaz asesinó a cuchillazos a Ovalle.
Si bien los vecinos llamaron enseguida a una ambulancia, ésta demoró unos 10 minutos en llegar y la mujer quedó allí agonizando, aseguró un vecino.
Por su parte, una fuente judicial dijo a Télam que «la víctima presenta múltiples heridas punzocortantes y el imputado también terminó con algunas heridas de arma blanca que estamos tratando de establecer si fueron producto de la lucha o si, tal como señalan algunos testimonios, fue un intento de suicidio».
También detalló que las dos hijas de la pareja estaban presentes en la casa, pero no fueron testigos del crimen de su madre.
Ovalle, además, tenía un hijo de 14 años con otra ex pareja, pero que el adolescente no estaba en la casa donde asesinaron a su madre.
Una vecina que vive en la casa lindera y cuyo marido es uno de los dos hombres que retuvo a Díaz en el lugar del hecho, contó a la prensa que ellos estaban despiertos cambiando a su beba cuando escucharon «los gritos».
«Pensábamos que le estaban robando. Salió mi marido y volvió a agarrar el teléfono y me dijo ‘el marido la mató’», relató la mujer.
La testigo confirmó que quienes detuvieron a Díaz para que no huya fueron su marido, quien además llamó a la Policía, y «el chico de la esquina, que fue el que primero llegó».
La vecina confirmó que en la casa estaban las hijas de la víctima, pero que creía que «no vieron nada», ya que su marido fue quien las sacó tapadas de adentro con una frazada y las llevó a su vivienda hasta que fueron entregadas a una tía.
«Las nenas no me conocían a mí y tuvieron que venir a mi casa. A Sabrina la conocía, era súper tranquila, pero no teníamos una relación. Al chico (por el imputado) lo vimos vivir un tiempo acá», agregó la vecina.
Por último, la mujer reconoció que en un momento se acercó al presunto femicida y le dijo: «Ojalá que te mueras desangrado. Porque no te merecés otra cosa».
El caso es investigado por la fiscal Paula Hondeville, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 10 especializada en Violencia de Género de Morón, quien estuvo en la escena del crimen recolectando testimonios y dando directivas a la Policía y a los peritos de Policía Científica.