Los clubes del Fonavi más grande del país disputaron una serie de amistosos en Esteban de Luca y Cepeda, en una jornada promovida por el municipio en el marco de múltiples acciones sociales.
En cada rincón de Rosario se respira pasión por el deporte y, en especial, por el fútbol. Y barrio Grandoli no es la excepción. Los clubes Lamadrid y El Ombú son los protagonistas del clásico futbolístico del Fonavi más grande del país y este miércoles 8 de enero se volvieron a unir para compartir una verdadera jornada de convivencia, con una serie de encuentros amistosos de categorías infantiles, juveniles y de adultos masculinas, además de la primera división del fútbol femenino de ambas instituciones.
La jornada se desarrolló en el predio de Esteban de Luca y Cepeda, lindero a las 33 torres y los 164 monoblocks que componen el populoso complejo habitacional, donde el Club Atlético Lamadrid tiene su localía y a tan sólo unos cien metros de donde se encuentra la sede de su rival de barrio. El espacio que albergó la serie de encuentros amistosos estuvo durante años en desuso, hasta que un grupo de vecinos y vecinas, con el acompañamiento del municipio, decidió recuperarlo para que una de las instituciones del barrio pueda utilizarlo.
El primero de los partidos de una típica jornada calurosa de enero se inició a las 19 y se extendió hasta bien entrada la noche, en un predio que lució colmado de familiares de los protagonistas y de vecinas y vecinos del barrio que se acercaron a compartir una tarde unida por la pasión del deporte y en la que quedó claro que no son dos equipos enemigos, sino solo rivales deportivos del mismo territorio en el que viven unos 85.000 rosarinos y rosarinas.
Tampoco faltaron los curiosos que tras disfrutar de una tarde de pileta en el Parque del Mercado, polideportivo municipal situado justo frente al predio, se encontraron con el espectáculo deportivo y se sumaron a disfrutar de la jornada deportiva con sus reposeras y los infaltables equipos de mate.
La jornada se dio en el marco de las múltiples acciones que promueve el municipio con el objetivo de fortalecer la convivencia y fue impulsada desde la dirección del Centro Municipal Distrito Sur. Surgió a través del vínculo y el diálogo permanente entre las autoridades del minimunicipio con los representantes de las comisiones directivas de ambos clubes, que aprovecharon la oportunidad para fortalecer los lazos y generar a través del deporte mayor convivencia en el barrio y promover el respeto.
“Venimos trabajando con las dos instituciones desde el día que ingresamos al barrio con la intervención porque para nosotros son actores fundamentales, porque son lugares que contienen a los jóvenes”, señaló el director del Centro Municipal Distrito Sur, Diego Herrera, quien estuvo presente durante la jornada acompañado por el director de Clubes del municipio, Germán Zaina.
Herrera, quien por la mañana supervisó un operativo integral con múltiples acciones en el mismo sector, destacó la importancia de demostrar que “más allá de una rivalidad futbolística de barrio los dos equipos pueden jugar en este lugar que se ha recuperado hace siete u ocho meses”. Precisamente el trabajo conjunto entre los miembros de la comisión directiva de Lamadrid y el municipio permitió volver a poner en condiciones las instalaciones del predio, que ya cuenta con iluminación, baños y vestuarios renovados.
“Pablo (Javkin) lo ha planteado desde el primer día que asumió, que su intención es unir a todos los rosarinos y un poco esa es la idea; con los clubes, con las instituciones, con las escuelas, trabajar para tener un mejor barrio, un mejor distrito y una mejor ciudad”, agregó el funcionario.
Un protagonista especial y el tercer tiempo
La jornada futbolística en barrio Grandoli tuvo un protagonista especial y, como no podía ser de otra manera, también vinculado al barrio. Se trata de Brandon, un joven de 19 años que hizo su debut como árbitro y fue el encargado de impartir justicia en los cuatro partidos que se disputaron.
Además de haber vivido de chico en el barrio, el joven inicio su formación como referí en las instalaciones del Club El Ombú, donde se dictó una capacitación del programa Nueva Oportunidad, en la que participaron diez chicos. Si bien en la previa confesó estar nervioso y hasta con un poco de miedo, Brandon logró llevar adelante la jornada sin inconvenientes y con un buen rendimiento.
Respecto a la capacitación que realizó, el muchacho se mostró contento y sostuvo que “te abre las puertas a nuevos proyectos”. Además, remarcó que “se aprende y se disfruta con los compañeros y profesores”. Ahora, Brandon continuará con su formación para convertirse en árbitro profesional.
Una vez que el joven referí dio el silbatazo final del último encuentro -en el que se enfrentaron los adultos de ambos equipos-, jugadores, entrenadores, miembros de comisiones directivas y vecinos y vecinas del barrio se trasladaron hasta la instalaciones de El Ombú, donde disfrutaron de una choripaneada y compartieron un grato momento.
Los clubes
El Club Atlético Lamadrid surgió en el año 2018 con el reencuentro de un grupo de veteranos del barrio que, paradójicamente, solía acercarse los fines de semana a las instalaciones del Club El Ombú para observar los partidos en donde jugaban sus amigos y también vecinos del Fonavi.
La sede fundacional de Lamadrid se encuentra en el corazón del complejo habitacional, en la pizzería de Andrés, quien hoy es el presidente de la institución y sostiene que el principal objetivo de la institución es que “los pibes tengan un lugar donde jugar y no estén en la calle”.
Con el correr de los meses, fueron ampliando la cantidad de categorías y se sumó un grupo de veteranas para iniciar la rama femenina. Así, el club se convirtió en un espacio de encuentro en el barrio y cada vez se fueron sumando más categorías con la participación de grupos de padres y vecinos y vecinas.
Sobre el clásico del barrio, Andrés aseguró: “Es una rivalidad hermosa, muy lindo para todos los chicos y para el barrio. Es sólo rivalidad futbolística, y eso es lo lindo. Queremos que se terminen los problemas que tenía antes el barrio, acá nos conocemos entre todos”.
En la actualidad, la institución cuenta con personería jurídica y está habilitado como centro de encuentros deportivos y recreativos. Lo conforman 8 categorías masculinas y 6 femeninas, con alrededor de 200 socios activos.
Por su parte, el Club Atlético El Ombú funciona en el barrio desde 1984, cuando un grupo de veteranos conformó equipos de juveniles en un principio y luego infantiles y femeninos.
Coincidentemente con el planteo de Andrés, el presidente del club de calle Nale Roxlo, José Rojas, destacó que “la intención es sacar a los chicos de la calle”. Sobre el encuentro con el clásico del barrio, señaló: “Cuando nos llegó esta invitación estuvimos encantados. Somos todos del mismo barrio, no hay rivalidad, es sólo un partido de fútbol”. Actualmente, la institución cuenta con categorías que van desde 2005 a 2012, veteranos 40 y súper veteranos 60. Posee más de 70 socios activos y concurren alrededor de 300 personas en jornadas deportivas.