En total son catorce formaciones que participan de la celebración. Zafiro y Los Herederos se encuentran en el barrio Molino Blanco en la zona sur de la ciudad y cuentan su historia.
Con la llegada de febrero vuelven los Carnavales a Rosario. Esta celebración implica el esfuerzo conjunto entre los vecinos y las vecinas de todos los distritos y el municipio para promover la participación y motivar la creatividad. Durante todo el año, los grupos planifican y ensayan para llegar lo más preparados posibles a la competencia.
Desde la Municipalidad se ofrecen espacios gratuitos para acompañar esa preparación a través de seminarios intensivos de danza, maquillaje, confección de vestuarios y armado de carrozas y accesorios para todos los integrantes de las comparsas y público interesado, que favorecen un diseño integral del Carnaval.
Entre las formaciones que se han preparado en estos talleres, se encuentra Zafiro. En el distrito Sur, específicamente en el barrio Molino Blanco y en una casa de familia, esta comparsa constituida por ochenta personas se encuentra en plena preparación. En la mesa no faltan las plumas, los brillos y los trajes.
Leonardo, Silvia y Eli llevan con orgullo una remera con el nombre de la comparsa. Todos los años van cambiando el diseño según la temática que trabajen. Silvia es la directora general, Leonardo toca la batería y como menciona es “una especie de vicedirector” y Eli se encarga del cuerpo de baile, los trajes y el maquillaje. Los tres coinciden en que esta comparsa es su familia.
«Participamos en distintas comparsas en otras partes del país. Y la verdad que nos cansamos un poco de hacer para otros y decidimos conformar nuestra propia comparsa. Empezamos siendo siete, ocho y ahora somos ochenta. Casi todos somos del barrio, pero también hay personas de zona norte, oeste, y de Pérez que se toman hasta dos colectivos», explican con orgullo.
De los Carnavales de la ciudad participaron por primera vez en 2018 y este año debutarán en la competencia. Para la temática decidieron inventar una historia sobre la vida de una bailarina que lleva el nombre de la comparsa: Zafiro. «Este año la temática se llama ‘Noche de Encanto’, hablamos de una bailarina que se escapó del Moulin Rouge en Francia y que llega a Rosario a cumplir su sueño, poder vivir de lo que ama hacer. En esta historia representamos un poco la inmigración, perseguir los sueños y ser libres», señala Leonardo.
La comparsa ensaya en la cochera de una casa de familia y cuando el clima lo permite, salen a la vereda para poder tener mayor espacio. Camila practica los pasos, mueve las piernas y se ríe; vive en el barrio y empezó a participar de la comparsa hace dos años, siempre quiso bailar pero nunca se animaba. «Siempre me gustó y ahora soy reina de batería, nunca pensé que podía llegar a este puesto. Estoy muy contenta. Estamos todo el año trabajando, y ahora que estamos más cerca de la fecha ensayamos todos los días. Además practico en mi casa viendo videos», cuenta entusiasmada.
Eli, se dedica a hacer el diseño de la carpeta de la comparsa y de los trajes. Luego se ocupa de la confección y les enseña a las chicas y los chicos a bailar. «La Municipalidad nos brinda talleres tanto en el área de diseño, vestuario, maquillaje y baile, y nos ayudan a armar los diseños según la historia que queremos contar», dice. Durante todo el año Eli investiga, compara, evalúa qué vestuario le quedaría más cómodo a cada integrante. Además, arma las escuadras y enseña a cada quien a armar su traje.
Para ella esta comparsa es su familia. El Carnaval, dice, le salvó la vida. «Pasé por procesos muy feos y es donde yo descargo. Para algunos será leer un libro, para otros salir a caminar, para mí es formar parte de esta comparsa. No somos únicamente integrantes de la comparsa sino que también somos amigos y familia», menciona.
En el mismo sentido, Leonardo agrega: «Queremos enseñarle a los chicos que existen otras cosas, otras posibilidades, que nos podemos juntar y aprender a convivir, aprender sobre música. No importa el lugar donde vivamos, ni la condición económica, nosotros siempre queremos mostrar buenos valores: educación y respeto sobre todo. Lo más lindo son las juntadas, el carnaval finalmente son veinticinco minutos que tenemos que desfilar, acá pasamos días enteros, por eso pertenecer a esta comparsa es todo. A nosotros no nos interesa el género de quien quiera participar, nos interesa juntarnos, pasarla bien. Le ponemos corazón y no hay palabras para describir lo que significa esta comparsa para nosotros».
Los Herederos del 2001
En el mismo barrio, a unas cuadras, se encuentra el Centro Comunitario Libertador San Martín donde se ensaya la comparsa Los Herederos, que fue elegida como la mejor comparsa del carnaval en 2019.
Claudia Fleitas es la directora, con su energía incentiva a que los chicos y las chicas se involucren en este proyecto en común. Sobre la decisión del nombre, explica: «Acá hablamos de los 30 mil desaparecidos, marchamos todos los 24 de marzo, e incluso la comparsa ha participado de las Rondas de las Madres. Además, una vez al año tenemos un Encuentro Juvenil, donde hablamos de historia, política y solidaridad».
La temática de este año es ‘Un viaje a la tierra soñada: Maravillas Argentinas’, a través de la cual recorrerán los lugares turísticos del país pero también las costumbres que diferencian a los argentinos del resto del mundo como el tango, el chamamé, las empanadas, el truco y el infaltable mate. En este sentido, cada escuadra representará a una provincia distinta.
A Patricia le dicen Tita, ella cose los trajes y participa de la agrupación hace muchos años. «Estoy desde chica en la comparsa, a mí me re gusta pero más que nada es una contención para todos los chicos del barrio. Tenemos muchos chicos que viven en una esquina y ahora le ocupás la cabeza estando acá», cuenta.
Con las remeras naranjas y blancas, colores que identifican a la comparsa, algunos jóvenes se acercan a la plaza que rodea el Centro Comunitario y comienzan a bailar. Claudia cuenta que la comparsa tiene orígenes sociales. «Nuestros instrumentos se utilizaban para los piquetes en el 2001. Y por una idea de los jóvenes, concretamente de Patón el chico que muere en el Triple Crimen de Villa Moreno junto con Mono y Jere, se les ocurre usar los instrumentos de otra forma y ahí piensan en armar una murga. Comenzamos a bordar remeras tipo chalecos con algunas lentejuelas. De hecho, en 2007 ya nos presentamos como comparsa en los carnavales y salimos sin plumas, descalzos. A medida que fue creciendo la comparsa, nos fuimos reconociendo como productores de cultura con un fuerte compromiso para mostrar algo para reflexionar».
En el galpón se encuentra un grupo de personas cosiendo los trajes mientras toman mates y charlan. Cada día que pasa, las expectativas son mayores. Entre los chicos y chicas que bailan y la batería de instrumentos son 160 personas, 80 conforman la batería y el resto son bailarines. Incluso, hay 20 nenas que no compiten en el carnaval pero que desfilan en las salidas barriales. «Lo que crecimos es increíble. El año pasado resultamos ganadores del Carnaval rosarino, fue una locura. Los pibes estaban re contentos, fue una gran satisfacción. También participamos del carnaval de Gualeguay donde también salimos primeros. Y fuimos a San Luis, a Salto Grande, a Villa Amelia. Acá los chicos también toman la leche y se sienten contenidos», mencionan mientras continúan cosiendo.
En el Centro Comunitario, además de la comparsa, funciona una Escuela de Género, una Escuelita de Música y de Arte, y un comedor con el que reúnen dinero para sustentar los gastos para el carnaval. Asimismo, en el espacio se realizan talleres del programa Nueva Oportunidad, como el de serigrafía y textil. El más nuevo es el de Unidad Productiva, en el que los chicos hacen estampas. De esta manera, realizan los parches para los bombos de la comparsa, que los decoran según la temática.
Lidia se sumó a la comparsa cuando su hija comenzó a bailar. Desde ese momento cose los trajes de las chicas todos los años. Luego, se integró a la batería. «Vengo acá porque me encanta, estoy sola y me olvido de todas mis necesidades. Esta es nuestra segunda casa. Ahora también bailo de bahiana y se sumaron mis nietitos para bailar también. Así que estamos en familia. Vengo todos los días, a la mañana y a la tarde, no hay día que no venga. Estamos con toda la fuerza», dice.
Gisela es bailarina y va a participar en la escuadra de Viñedos de la provincia de Mendoza. «Venimos a coser los trajes con las chicas a la mañana y a la tarde. Participo hace diez años aproximadamente. Este año voy a hacer de bahiana. Me encanta venir, tengo dos nenes también que participan de la comparsa, tanto mi hija como mi hijo. Es nuestra segunda casa. Esta es nuestra familia heredera», menciona.
En el Centro Comunitario hace calor, pero nadie detiene su trabajo, saben que el tiempo corre y que cada tarea que fue asignada es imprescindible para llegar listos a la competencia. Según Claudia, el Carnaval rosarino viene creciendo y comenta: «La Municipalidad se ha dedicado a hacer corsódromos, en el de Scalabrini Ortiz como en el resto de los distritos, es una apuesta interesante».
Además, en 2014 ganaron en todos los ejes de la competencia: Mejor comparsa, Mejor batería, Mejor reina de batería y Mejores reyes con la temática ‘Herederos de nuestra historia’. En ella abordaron la evolución musical de Argentina, desde rituales indios hasta zamba, chamamé y tango.»Nosotros queremos marcar un estilo propio en los carnavales de Rosario y usamos el acordeón como un instrumento sumatorio a la samba brasilera. El año pasado también ganamos y fuimos reconocidos. La temática era ‘Herederos de la Revolución’, jugamos con el simbolismo patrio, celeste y blanco, las islas Malvinas y recuperamos los valores que en la actualidad no deberían faltar», dice la directora de la comparsa.
Para Claudia la comparsa es lo que alimenta el alma. «Los pibes son ese motor que te transmiten energía, son esos que te empujan a multiplicar, a no parar, si estás triste te secás las lágrimas y seguís. Estos pibes son la resaca del neoliberalismo, son quienes no van a la escuela, quienes les cuesta conseguir trabajos formales y a través de la comparsa fabrican sus propios ritmos, bailan, se ríen sin perder eso que los caracteriza. Acá hay chicos que hace diez años que están, y ya se están formando familias juveniles, uno de los ejes más importantes dentro de esta organización es la comparsa como contención y protagonismo juvenil», finaliza.
Las comparsas que van a estar participando del Carnaval 2020 son: Ebacoi y Percusión Oeste de distrito Norte; Carumbe, Todo por un sueño, Andoriñhas Du Verao y Rekebra de distrito Oeste; de distrito Noroeste, Arandu y El sueño del Rey Momo; Zafiro, Los Herederos y Luz propia de distrito Sur y de distrito Sudoeste, Ñaro Pereri, Rosario Do Samba y Esplendor del Sol.