“No me gusta fingir”, afirmó la vicepresidenta al detallar por primera vez qué pensó en ese momento y por qué puso la cara que puso.
En la presentación de su libro en Cuba, Cristina Fernández de Kirchner reveló qué pensó cuando durante el traspaso presidencial llegó el momento de darle la mano al presidente saliente, Mauricio Macri. Sin referirse al expresidente por su nombre, contó, entre las risas de la concurrencia que “en realidad, cuando (Macri) me extendió la mano, no es que puse esa cara, me salió… Pero voy a explicar por qué”.
Respecto a darle la mano a Macri, la vicepresidenta admitió que “por un instante pensé en no dársela. ‘Se la doy, no se la doy’, la verdad que no se la quería dar, porque no soy hipócrita”. Empero, Cristina dijo que pensó en el escándalo que se hubiera armado y las cosas que hubieran dicho de ella, pero justificó ese deseo en que “después de todo lo que había hecho contra mí, contra mi familia, me parecía un gesto de hipocresía”.
“No me gusta fingir”, resumió Cristina Kirchner, que aseguró que pensaba todas esas cosas en ese momento y la cara “se me iba transformando y ese es el resultado de la cara”.
Luego comparó situaciones con lo que se vivió recientemente en Estados Unidos entre el presidente Donald Trump y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. “Ustedes vieron que en mi país hay muchos admiradores de lo que pasa en el gran país del Norte, siempre lo ponen como modelo de lo que hay que hacer. Nancy Pelosi, la líder de los demócratas, rompió el discurso… ¿Ustedes se imaginan eso en la Argentina? Si hubiera agarrado el bastón y lo hubiera tirado… Increíble. ¿Se dan cuenta los tilingos que somos los argentinos? Y me incluyo”.
Si hubiera pasado algo así en la Argentina, sostuvo que “nos hubieran excomulgado”, ante lo cual CFK sostuvo que “es hora de dejar de ser un poco tilingos y asumirnos, yo me siento orgullosa de pensar lo que pienso”.