Los intendentes de Rosario, Santa Fe, Córdoba, Paraná y Bariloche enviaron carta conjunta a sus respectivos diputados y senadores a fin de gestionar la «extensión y refuerzo de compensaciones».
El intendente Pablo Javkin mantuvo un encuentro con sus pares de Santa Fe, Córdoba, Paraná y San Carlos de Bariloche para profundizar gestiones comunes ante la crítica situación por la que atraviesa el transporte urbano de pasajeros -paralizado en casi toda la Argentina-, al cabo del cual se consensuó un pedido conjunto a los legisladores nacionales de las respectivas jurisdicciones a fin de que impulsen «la extensión y refuerzo de las compensaciones nacionales» que permitan el sostenimiento de las empresas prestatarias del interior del país, fuertemente afectadas por la inequidad distributiva vigente en favor de Buenos Aires y su área metropolitana (Amba), ámbitos exceptuados del prolongado paro de choferes que reclaman por haber percibido sólo parte de sus salarios de abril.
En la carta destinada a los legisladores nacionales (que Javkin remitió a senadores y diputados por Santa Fe de todos los partidos) se alerta sobre «la delicada situación económica y financiera del servicio público de transporte automotor» en las ciudades del interior, «fuertemente afectadas por las históricas asimetrías de distribución de compensaciones nacionales».
«Con las últimas modificaciones en la estructura de subsidios nacionales -recuerdan Javkin y sus pares-, las empresas del interior accedían a cuotas fijas y mensuales del Fondo Compensador del Interior, el cual venció el 30 de abril. En tanto, las empresas que prestan servicios en jurisdicciones nacionales mantienen y acceden a subsidios que compensan las diferencias monetarias entre las tarifas técnicas y las tarifas vigentes».
Los intendentes afectados remarcan en la nota que la coyuntura afecta tanto a las ciudades con y sin el sistema SUBE, las que no cuentan con subsidios nacionales «que permitan posibilitar la prestación de este servicio público, considerando también que la SUBE es un subsidio a la demanda pero que resulta ineficiente en esta situación particular, que requiere asistir a la oferta de prestación».
Ello contrasta con el hecho de que, paralelamente, las empresas de prestación en Amba (jurisdicción nacional) «cuentan con subsidios que contemplan las diferencias de costos y tarifas, sin considerar, aun, que coexiste el servicio con sistemas de transportes alternativos y complementarios con altos índices de subsidio también, como trenes y subterráneos».
El reclamo elevado a los legisladores nacionales enfatiza a la par que en el contexto de emergencia sanitaria el sector de transporte ha sufrido crecientes desequilibrios económicos «que han sido sorteados con el esfuerzo conjunto de las empresas operadoras y los Estados municipales y provinciales, lo que ha posibilitado la continuidad en la prestación de los servicios, garantizando movilidad para el personal exceptuado que cumple funciones esenciales dentro de cada ciudad».
Con las significativas pérdidas acumuladas desde el inicio del aislamiento «los costos de operación resultan difíciles de sostener, sin ingresos genuinos», destacaron Javkin y sus pares de Bariloche, Gustavo Gennuso, de Santa Fe, Emilio Jatón, de Córdoba, Martín Llaryora, y de Paraná, Adán Bahl.
Y agregan que «la caída en la demanda ha llegado al 90%, siendo los ingresos nulos desde el inicio del cese de la prestación, y los egresos fijos -principalmente salarios- se continúan acumulando mes a mes». Como factor adicional se suma el hecho de que la situación de los prestadores del transporte público del interior «previo al aislamiento ya resultaba compleja debido al recorte de los subsidios nacionales del año 2019, las sucesivas devaluaciones y los incrementos en los precios de los principales insumos».
«Esta situación impactó fuertemente en muchas de las ciudades del interior, que se encuentran hoy sin transporte, debido al incumplimiento de las obligaciones laborales, ocasionadas por la falta de recursos. Los esfuerzos fueron muchos para cumplir con los servicios, pero se necesitan recursos extra para salir de esta situación particular y que demandará una reestructuración integral del sistema para que sea sostenible a lo largo del tiempo, sin que se afecten fuentes de trabajo y se pueda reconvertir en pos de la sustentabilidad», consigna en otro apartado la carta remitida a los legisladores nacionales.
Y se ejemplifica que, en el caso de Rosario, «las pérdidas por ingresos tarifarios superaron los 10 millones de pesos diarios, estimándose una baja en la recaudación de 680 millones de pesos en los primeros 65 días del aislamiento. En la ciudad de Santa Fe, las pérdidas ascienden a un promedio de $2.200.000 diarios, registrando desde el estado de aislamiento un déficit superior a los 120 millones de pesos. Y en Bariloche las pérdidas ascienden a $1.500.000 diarios, incluyendo la disminución del servicio en un 70%, no pudiendo afrontar los gastos administrativos».
Javkin, Jatón, Gennuso, Llaryora y Bahl remarcaron al mismo tiempo que el transporte urbano de pasajeros «se ha puesto a disposición y se han tomado todas las recomendaciones en términos de prevención, requerimientos y solidaridad necesarios para hacer frente a esta situación excepcional», por lo que reclaman que «se trate de manera igualitaria, como lo ha sido con otras actividades, inyectando recursos que permitan poder volver a la actividad, como también se permita su continuidad en los meses subsiguientes».