En plena pandemia, cientos de trabajadores públicos cumplen labores clave en contexto de emergencia. Profesionales del laboratorio del Cemar realizaron ya 11.000 análisis para detectar el virus.
Con el transcurrir del aislamiento dispuesto por el gobierno nacional, hoy transformado en distanciamiento social, preventivo y obligatorio en gran parte del país, Rosario incluida, las respuestas adoptadas por el municipio a los distintos escenarios que se fueron presentando se multiplicaron, con el aporte humano fundamental de miles de trabajadoras y trabajadores municipales cuya labor fue declarada servicio esencial por el intendente Pablo Javkin.
En este marco, las y los profesionales del Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (Cemar) vienen desempeñando un rol fundamental en el diseño de distintas medidas que las autoridades fueron desplegando para evitar la circulación local del virus.
Es que casi desde el inicio de la cuarentena el pasado 20 de marzo, el efector sanitario se convirtió en centro de referencia regional al ser habilitado para realizar los análisis de diagnóstico de la Covid-19, de los que tienen capacidad para producir unos 200 por día. Hasta la fecha, según los registros del efector, se concretaron alrededor de 11.000 testeos.
Un esfuerzo que vale la pena
Elina Gentini es bioquímica y trabaja desde hace más de 12 años en la red de laboratorios municipal, específicamente en el área de Biología Molecular y Celular del laboratorio del Cemar. Ella es una de las ocho mujeres profesionales que se dedican casi por completo a las muestras que llegan para detectar la enfermedad.
“Yo estoy trabajando el doble de tiempo que antes, pero vale la pena cuando ves que la gente entendió que se tiene que cuidar, que todos nos tenemos que cuidar, que esta es la única forma de frenar esta pandemia, en Rosario por lo menos, y sí, te sentís contenta, trabajas duro pero tiene sus frutos, haber logrado que no haya circulación es algo muy bueno, es una satisfacción muy grande”, expresa la trabajadora municipal.
“Esta situación nos cambió la vida a todos; en lo personal, fueron más horas de trabajo, esta pandemia nos obligó a hacer refuerzos, con lo cual tuvimos que dejar un poco a nuestras familias en casa”, cuenta Gentini, quien, además, es mamá de una nena de 9 y un nene de 7. “Quizás sea en lo que más se piensa, pero, sabiendo que los chicos están con su papá y con gente que los quiere y los cuida, una puede poner más empeño y esfuerzo en su trabajo”, confiesa.
La bioquímica también manifiesta su orgullo por pertenecer a una institución de excelencia, en el aspecto profesional y en el humano, como lo es el Cemar. “Dentro del laboratorio nos protegemos mucho, tenemos que trabajar con mucha cautela, utilizar elementos de protección personal siendo muy cuidadosos al manejar las muestras y, sobre todo, estando muy concentrados en lo que uno está haciendo”, explica la profesional, al advertir que el lugar ya contaba con una experiencia previa al tratamiento de este tipo de diagnóstico con muestras respiratorias: la Gripe A.
Reconocido en el ámbito nacional
“Eso fue en 2009”, rememora por su parte Sergio Lejona, jefe del área, y añade que él mismo fue enviado, ante la pandemia de Gripe A, al Instituto Malbrán para generar la primera transferencia tecnológica que posibilitase que en Rosario se pudieran hacer los diagnósticos de esa patología viral, además del Dengue. “En ese entonces, el Cemar fue el primer laboratorio argentino, después del Malbrán, en hacer ese diagnóstico, y empezó a funcionar como un centro de referencia para toda la provincia, y todavía lo sigue siendo”.
Basados en el estrecho vínculo entre el Malbrán y el laboratorio del Cemar, que integra la red de laboratorios del reconocido instituto y cuenta por ello con todos los protocolos y cuidados de bioseguridad nomenclados por el Ministerio de Salud de la Nación, el profesional explicó: “Para esta nueva pandemia nosotros ya veníamos trabajando de forma conjunta, de modo que nuevamente fuimos uno de los primeros laboratorios que a nivel regional empezó a hacer diagnósticos de Covid-19 y a resolverlo de forma local”.
El laboratorio del Cemar es el de mayor complejidad de la red de laboratorios de análisis clínicos de la Municipalidad de Rosario, brindando un destacado aporte a la tarea asistencial con casi 2,5 millones de prácticas anuales que se realizan en muestras de pacientes atendidos en los distintos centros de salud y hospitales municipales. Está equipado con una compleja tecnología de última generación y allí se desempeñan profesionales y técnicos cuyo trabajo se refleja tanto en prestaciones bioquímicas en los tres niveles de atención como en todo lo referido a la atención bioquímica en las áreas de las distintas especialidades clínicas, área materno-infantil, de medicina laboral, consultorios de detección de VIH-Sida y chequeos de pacientes oncológicos.
Lejona recuerda que desde los comienzos de la pandemia continuaron haciendo los análisis habituales de muchas patologías. “Nuestro laboratorio trabaja mucho con urgencias, y otro dato muy importante es que, además de la pandemia del Covid-19, seguimos procesando muestras de dengue que en cierto sentido nunca aflojó”, destaca.
Frente a la nueva situación de emergencia sanitaria, explica que el laboratorio debió reacomodarse para sostener la diversidad de prestaciones, y pondera, en este sentido, el apoyo de las autoridades para poder llevar adelante su trabajo: “Las solicitudes que hicimos fueron respondidas rápidamente”.
Responsabilidad profesional y calidad analítica
El jefe de Biología Molecular y Celular subraya que dirige un plantel eminentemente femenino, en particular el equipo abocado a las muestras de Covid 19. “Somos ocho profesionales, siete bioquímicas y yo, que tenemos entre 10 y 20 años de antigüedad en la red de laboratorios municipal”, detalla, a la par que aclara que, ante una mayor demanda de trabajo en el marco de la pandemia, fueron incorporados al sector cinco profesionales más de refuerzo (cuatro mujeres y un varón) para la parte preanalítica de procesamiento, también afectados al análisis de la patología de coronavirus.
El equipo se completa con personal de soporte que son quienes cargan resultados y notifican al Sistema integrado de sanidad argentino. A su vez, otras tres mujeres, también bioquímicas, llevan adelante el área de citometría de flujo, inmunocromatografía y pesquisa neonatal.
Desde su rol de responsable del área, este bioquímico y doctor en Ciencias Biológicas hace hincapié en el estricto cuidado de las acciones relacionadas a la bioseguridad de los trabajadores, pero también a la contención anímica de todo el equipo. “Nuestro grupo de trabajo es bastante compacto, y tenemos una relación de hablar mucho, asumiendo la responsabilidad real, porque realmente fue y es una responsabilidad muy importante. Esto se vio en las primeras semanas de la pandemia porque tuvimos mucha presión a nivel personal, realmente desde el punto de vista emocional fue un desafío”.
“Yo creo que todos tomaron conciencia y estuvieron a la altura, por eso hacemos nuestro trabajo con calidad analítica», asevera Lejona, y concluye: «Estamos entregando un resultado, y somos muy conscientes de que ese resultado puede cambiar la realidad de la gente, puede cambiar la realidad de las determinaciones que se toman a nivel ciudad y región; tenemos una responsabilidad muy importante”.