Tres historiadores aportarán distintas perspectivas para pensar el origen y la construcción de la identidad rosarina, en una charla abierta a la comunidad.
En momentos en que no es posible el encuentro en comunidad ni llevar a cabo las usuales actividades de conmemoración del 5 de agosto, el Museo de la Ciudad organizó un conversatorio virtual para abordar la fecha desde distintas perspectivas y recuperar su importancia en la historia local.
Abierto a todo público, desde las 19 horas del mismo miércoles, el espacio buscará abordar los procesos que llevaron a constituir a Rosario como ciudad y las transformaciones materiales e inmateriales que provocó la declaración. Quienes tengan interés en participar, deben inscribirse a través de un formulario online y así recibirán un link al encuentro, tras el cual se otorgarán certificados. De todas maneras, anticipando gran convocatoria, desde el Museo habilitarán una transmisión en vivo por YouTube.
“Es una fecha que ha costado visibilizar a lo largo de la historia, sobre todo en el siglo XX, porque prevaleció una visión más religiosa hacia el 7 de octubre. Pero el 5 de agosto es un parteaguas en la historia de nuestra ciudad, porque desde ahí se construye la idea de ciudad puerto, de ciudad pujante, a la que empiezan a llegar inmigrantes, que se empieza a complejizar”, anticipó Nicolás Charles, director del Museo de la Ciudad, que oficiará de moderador del conversatorio.
“Desde el Museo de la Ciudad, creo que tenemos la responsabilidad de trabajar mucho en la construcción identitaria de la ciudad a partir de su historia. Por eso para este conversatorio invitamos a distintos historiadores con distintos perfiles”, afirmó respecto de los tres protagonistas de la charla.
Romina Garcilazo, doctora en Historia y especialista en el período de finales del siglo XIX, aportará la perspectiva más académica, “la parte más dura del contexto, la última etapa rosista, la batalla de Caseros y todo el conflicto que termina en la declaración de Rosario como ciudad”.
Por su parte, Ignacio Lardizabal es del equipo del Museo y va a tomar la perspectiva de Wladimir Mikielievich. “A partir de que el Museo ha recibido el archivo de Wladimir, empezamos a indagarlo y a tener estas perlitas en las que él hablaba del 5 de agosto y de qué había pasado. De hecho es uno de los fundamentos de su investigación”, adelantó Charles.
Finalmente, Pablo Mercado es un arquitecto rosarino y un entusiasta de la historia de la ciudad. “Es una persona que investiga por sus propios medios y construye circuitos culturales. Desde hace 20 años, cuenta el origen del 5 de agosto en el Casco Histórico. Me parece que contar con esta visión menos académica y más desde una construcción de divulgación, nos da una perspectiva diferente”, sumó el director.
Precisamente, el propio Mercado afirma que el 5 de agosto debe ser entendida por lo que es: una fecha de peso dentro de varias que tienen importancia en la constitución de la ciudad: “No debe ser soslayada para la identidad de los rosarinos. No debe ser omitida ni tampoco puesta a pelear con otras fecha”.
“Creo que tiene una identidad particularmente interesante porque tiene que ver con el federalismo, con la Confederación Argentina, con ser una ciudad que nace como producto de leyes de esa Confederación, con la actividad portuaria y comercial, con una noción de pluriculturalidad. Rosario no tiene una raíz, sino que tiene distintos actores de distintas nacionalidades que se hacen presentes acá. Eso en otras ciudades no existe”, contextualiza este apasionado del devenir histórico de la ciudad, quien señala que ese origen particular tiene relevancia especial porque sentó las bases de la idiosincrasia que la ciudad consolidó con los años.
Entre los tres historiadores, analizarán la constitución de Rosario como ciudad y su relación con el contexto político, local y nacional de su época, las obras de infraestructura que la organizaron (puerto y ferrocarril), y la expansión del casco urbano que acompañaron y profundizaron cambios en el espacio y la sociedad desde mediados de siglo XIX, así como también la forma en que Rosario se pensó a sí misma.
168 años de historia
El 5 de agosto de 1852, el gobernador Domingo Crespo promulgó la ley que, sancionada dos días antes por la junta de representantes, declaró a Rosario como ciudad. Así fue como Villa del Rosario pasó a ser conocida como ciudad. Esa declaración sintetizó procesos históricos que habían dado a la Villa del Rosario un lugar protagónico en la historia argentina.
“Una construcción de fines del siglo XIX que si no se hubiera declarado ciudad, no se hubiera transformado en un puerto con una potencia comercial importantísima en Argentina, disputando en muchos momentos el mismo rol a la ciudad de Buenos Aires”, enfatizó Nicolás Charles.
Hasta entonces, la “ilustre y fiel villa” –un conjunto de casas bajas que no superaba los 3.000 habitantes– había sufrido la postergación del centralismo de Buenos Aires. Su puerto natural, que brindaba excelentes perspectivas desde el punto de vista del libre comercio, había sido cerrado a los buques extranjeros por un decreto del gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, el 22 de enero de 1841.
Tras la batalla de Caseros, en la que combatieron dos batallones de rosarinos, los milicianos fueron especialmente felicitados por Urquiza, con la promesa de que ayudaría a la villa en sus aspiraciones de progreso. Consecuencia de ello, el 9 de junio de 1852, Urquiza escribió al gobernador Crespo para que procurara erigir a Rosario en ciudad.
El mandatario provincial gestionó por sí mismo, ante la Junta de Representantes, para que sancionara la ley respectiva. Entre sus argumentos, se destacó “su posición local, que la pone en contacto directo con el interior y exterior, por su crecido número de habitantes y por su comercio activo con todos los pueblos de la república”. Dicha declaración abrió además puertas a otros acontecimientos no menos relevantes, como la apertura de los ríos a la libre navegación, lo que significó terminar con el monopolio de Buenos Aires e iniciar camino para el desarrollo del puerto de Rosario.
Cuando se conmemoró el 150º aniversario de la declaración de Rosario como ciudad, el entonces intendente Hermes Binner decidió instituir esta fecha como reconocimiento y homenaje a los hombres y mujeres que dieron impulso a aquella villa y que también acompañaron a San Martín y Belgrano en sus campañas.
El 16 de octubre de 2008 la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe dio además sanción definitiva al proyecto de ley por el cual se instituye el 5 de agosto de cada año como Día de la Declaración de La Ciudad de Rosario de Santa Fe, en consonancia con el decreto firmado por el gobernador Domingo Crespo el 5 de agosto de 1852, por el cual se recategorizó la entonces denominada Villa del Rosario.