Por Lorena Almirón, Secretaria General de ATE Rosario.
El Gobierno Provincial no ha dado respuesta a uno solo de nuestros reclamos y no resolvió hasta ahora ninguno de los problemas de fondo del sistema de salud que, en pocas semanas, se vio desbordado ante el crecimiento exponencial de los contagios por COVID 19. Los trabajadores estamos «agotados”, trabajamos bajo presión, con sobrecarga laboral, tenemos salarios congelados desde el 2019, bajos salarios que generan que muchos de nosotros tengamos doble o triple carga laboral (pluriempleo), muchos no accedimos a las vacaciones (licencia anual ordinaria), hacemos horas extras con pagos que se retrasan entre 3 o 5 meses.
Los insumos siguen siendo insuficientes y a cuentagotas, exponiéndonos a enfermarnos o dejar desamparada a la comunidad. En los protocolos el gobierno planteó el armado de equipos específicos que se dediquen a la atención de pacientes sospechosos de Covid- 19: ¿cómo piensa esta gestión provincial cubrir esos equipos, cuando desde principio de año venimos diciendo que hay efectores de salud con menos cantidad de personal del que se necesita? La realidad es que falta personal. Las áreas Covid están equipadas, pero no hay personal técnico especializado.
Según Ernesto Kofman, Doctor en Ingeniería y Vicedirector del Centro Internacional Franco-Argentino de Ciencias de la Información y de Sistemas (Conicet/UNR): «en Santa Fe hay un tema fundamental hoy por hoy, que involucra a los trabajadores: una persona que es contacto estrecho de un caso sospechoso, es decir, de alguien que tiene síntomas y muy probable sea positivo, tiene que ir a trabajar”. Según el especialista, el protocolo así lo indica. “Se está poniendo en riesgo la salud de todos los trabajadores y trabajadoras, además de propagar la enfermedad por todos lados, y eso debería ser un reclamo gremial ya, fundamental», advirtió.
La falta de camas de terapia intensiva (UTI) es un problema de larga data, y algo que la población desconoce es que siempre fueron cubiertas por el sistema privado. Según la Vicegobernadora Alejandra Rodenas, “el nivel de ocupación de camas críticas es del 60% a nivel provincial, lo que implica que quedan 96 camas disponibles en todo el territorio santafesino. En Rosario, el nivel de ocupación es del 75%, siendo sólo 20 las camas disponibles, contemplando tanto lo público como lo privado».
A seis meses de haber comenzado esta pandemia, ¿qué hizo el Gobierno respecto a la generación de camas UTI? ¿Cómo es posible que estemos pensando en derivar pacientes a otras provincias, cuando la nuestra hace dos semanas era el ejemplo de la salud pública?
Hace largo tiempo denunciamos que su no viene sólo de la gestión de Mauricio Macri, si no de mucho más atrás. Pero, sin dudas, la llegada del Macrismo implementando la Cobertura Universal de Salud, degradando al Ministerio de Salud a mera secretaría, y maltratando a las y los trabajadores, profundizó más el desguace.
Actualmente, el 0800 está colapsado, con casos de Covid positivos y aislados en la central del SIES, con las bases del distrito noroeste y la del geriátrico provincial en pésimas condiciones edilicias. Pero, los gobiernos le siguen tirando la pelota al laburante: el problema es que les trabajadores no se cuidan bien.
Dice Ernesto Kofman: «El ‘autocuidado’ es una farsa, porque es ‘que se cuide el que pueda cuidarse’ en realidad. Pero después también está la cuestión social. Yo noto una actitud general de pasarle la responsabilidad a la población y después están las condiciones materiales, es decir, la pregunta es si el Estado está dando las condiciones materiales para que la gente se cuide. Yo más bien veo que no. La gente tiene que salir a ganarse el mango y no tienen tampoco las herramientas para cuidarse. Lo veo más como pasar la responsabilidad del Estado a la sociedad y desligarse un poco del tema».
«No puede haber política sanitaria sin política social», como decía Ramón Carrillo. Por eso, desde ATE Rosario insistimos en que la solución de fondo sigue siendo el fortalecimiento del nuestro sistema de salud pública para mejorar la respuesta a esta pandemia sin precedentes. Esto se logra con infraestructura, recursos, salarios dignos, condiciones salubres y empleo registrado. Y respetando la constitución nacional y las instituciones democráticas, como la negociación colectiva.
La mirada de la historia
Tristeza le daría a quien fue Ministro de Salud de la Nación Argentina durante la presidencia de Juan Domingo Perón, ver la insensibilidad del Gobernador Omar Perotti. Advertir que ‘un correligionario’ declaró esenciales a sus trabajadores, los mandó al frente sin resguardos necesarios, les congeló los salarios y les dio bonos a modo de ‘vales de probreza’, que no cubren ni dos de los bolsones alimentarios reducidos que se entregan en los comedores escolares.
Por estos días, nos preguntábamos qué diría también Norma Pla de ver que Perotti le da a jubilados y jubiladas provinciales un bono menor, de $2400. ATE Rosario rechazó también este desprecio a quienes trabajaron toda su vida por parte del gobernador, exigiéndole un aumento de emergencia que aporte a la obra social y a la previsión.
Perotti fue uno de los responsables de la privatización de nuestro Banco de Santa Fe, y podemos decir que ha tenido rasgos repudiables de coherencia. Una de sus primeras medidas de gobierno, fue derogar la expropiación del Ingenio Las Toscas. El ‘Plan Perotti’ en Vicentín, fue un fracaso tan anunciado como planificado. Al principio de la pandemia, el Gobernador que prometió en campaña ‘Paz y Orden’, nos ofreció un bono de $3000 por única vez, solo al personal de planta y un 30% de aumento solo a médicos monotributistas, dejando por fuera a enfermeros y no profesionales que se encuentran precarizados y que son una parte importante de quienes sostienen las guardias y las salas de internación de los hospitales.
Posteriormente vino la nueva ‘camada de excluídos y excluídas’ con el estímulo de la Nación, que se terminaría de abonar este mes y que había dejado afuera a Atención Primaria de Salud, a SAMCOS sin internación y a los trabajadores de salud mental de los dispositivos territoriales. Gracias a la lucha persistente de ATE Rosario y sus bases, estos sectores lo cobraron recientemente. Pero ¿Y ahora qué?
A esta altura queremos ser claros y claras: suena a verso eso de poner la salud sobre otras necesidades. ¿Dónde están los controles reales en los sitios públicos de circulación? ¿Cuál necesidad cubre la no entrega en cantidad y calidad de elementos de protección personal? ¿Cómo se garantiza atención a la población con trabajadores pobres, sobreexplotados y subreconocidos?
La perspectiva
Consideramos ciertamente que el retroceso de fase debería ser un hecho. Los tiempos de reproducción de los casos en Rosario se acelera y, con esta perspectiva podríamos duplicar la cifra del día de hoy. Por eso es necesario de manera urgente restringir algunas actividades. Las camas ocupadas por casos Covid rondan el 10%.
«En los lugares de trabajo deberíamos estar atentos al alta médica de los compañeros que se han infectado y al alta de los contactos. Es importante que, a un contacto de caso confirmado, que guardó distanciamiento por 14 días, le realicen un examen médico, para chequear que no presente inflamación de garganta, ni ruido en el pulmón y que eso no exija hacerle un hisopado en el momento», expresó Mariano Mussi, médico epidemiólogo. Además, como medida de prevención habría que garantizar exámenes serológicos mensuales a todo el personal esencial.
Entendemos que esta situación de emergencia sanitaria, de cuarentena obligatoria, distanciamiento social, impactó fuertemente en la subjetividad de toda la sociedad, pero principalmente en la de los trabajadores de la salud. No hay que olvidarse: son la atención directa con la población enferma; los mismos sin la contención necesaria, situación que genera incertidumbre, eleva el monto de ansiedad y genera un impacto fuerte en la reorganización de nuestra vida cotidiana. La salud de los que cuidan está en riesgo.
“Frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social de los pueblos, los microbios, como causas de enfermedad, son unas pobres causas». Ramón Carrillo